El Consell paraliza la refundación de Feria hasta aclarar si la futura gestora será pública

El Consell modificará la hoja de ruta para reestructurar Feria Valencia, presentada en mayo de 2016 con la previsión de completarla al año siguiente. El proceso, atascado aún en la asunción de deuda de las obras de ampliación por parte de la Conselleria de Hacienda (PSPV), no continuará hasta que Economía (Compromís) aclare el modelo de la futura gestora del negocio ferial.

Así lo anunció este martes a los periodistas el subsecretario de la Conselleria de Economía, Natxo Costa, tras la reunión de la comisión de seguimiento del proceso entre la Generalitat, el Ayuntamiento y la Feria, y antes de informar al comité ejecutivo de ese cambio.

Según señaló, el departamento de Vicent Soler les comunicó la imposibilidad de asumir la deuda de los bonistas de forma voluntaria, por lo que primero habrá que resolver el futuro del negocio para quedarse esa deuda, de manera forzosa, cuando se disuelva la Feria actual para constituir la nueva sociedad.

Costa evitó dar plazos sobre esa «nueva hoja de ruta» y remarcó que ahora es momento de decidir el modelo, ya sin esperar a cerrar la asunción de la deuda. Aclaró, a preguntas de los periodistas, que será la Administración quien se encargue del diálogo competitivo con potenciales socios, no el presidente de Feria, y que vería con buenos ojos aplazar el relevo en ese cargo, dejarlo vacante y repartir funciones entre el director general y otros patronos, si así lo demanda el empresariado.

Sobre el futuro modelo, avanzó los resultados del estudio encargado a la consultora AMR International, que tienen desde el pasado mes de febrero, en el que compara a Feria con sus competidores y analiza distintos modelos de gestión, sin decantarse por ninguno.

Según Costa, ese informe refleja que «no necesariamente más privado quiere decir mayor eficiencia» y advierte, además, de que «a mayor participación privada, y más interés empresarial, existe la amenaza de que haya una mayor desalineación con los intereses de los accionistas», en este caso la Administración, que prima la vocación de «servicio público» de Feria, frente a sus resultados económicos.

En el resumen ejecutivo que difundió la Generalitat, AMR señala riesgos de incorporar a un socio externo, tales como un «conflicto de intereses de los accionistas» o la «pérdida de autonomía en las decisiones». Entre las ventajas, destaca que puede aportar fondos, clientes y habilidades para apoyar el crecimiento del negocio.

Para AMR, «todos los socios tienen pros y contras, pero los de la industria o de capital privado parecen los que aportan mayor valor agregado, en potencia». Así lo apunta en un documento que analiza el «mal desempeño» de Feria en la última década, con una caída de ingresos a la mitad de 2007 a 2013 y una recuperación desde entonces, aunque menor a la de sus competidores.

Según Costa, la Feria ahora tiene «más ocupación, más actividad y más facturación que nunca», en 2019 mejorará las previsiones y eso «ayuda mucho a la definición del modelo porque implica que en su actividad ordinaria puede ser autosuficiente y no requiere más inversiones públicas».

Cabe recordar que, desde el comienzo de la pasada legislatura, los socios del Botánico discrepan sobre el modelo de la futura gestora, ya que Compromís se aferra al control público y el PSPV se decanta por la mayoría privada para evitar nuevos disgustos en forma de deuda.