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La Cooperativa Agrícola Nuestra Señora del Oreto (CANSO), de L'Alcúdia, estima que este año multiplicará por seis la producción de su nuevo caqui ... precoz, bautizado precisamente como Oreto y destinado a alargar la campaña de comercialización de esta fruta, donde la entidad es líder.
La campaña pasada cosecharon 100.000 kilos y para la próxima esperan recoger al menos 600.000. Los socios de la entidad ya suman unas 600 hanegadas (50 hectáreas) plantadas con esta nueva variedad, que tienen registrada (patentada).
El caqui Oreto es el primer resultado palpable de la intensa colaboración de veinte años entre la cooperativa de L'Alcúdia y el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), cuyos trabajos se vienen desplegando en el centro de este organismo en Moncada y en los campos de experimentación de CANSO en dicha localidad de La Ribera del Xúquer.
Según ha explicado Cirilo Arnandis, presidente de la cooperativa, el caqui Oreto es fruto de la hibridación entre el caqui Rojo Brillante, el rey de la DO Kaki de La Ribera del Xúquer, y una variedad japonesa no astringente.
La fruta resultante tiene la misma consistencia que su parental Rojo Brillante, igual color y sabor, también la característica de la astringencia recién cogido del árbol, por lo que precisa el mismo tratamiento antiastringente en almacén para comerciarlo con larga duración, y presenta una forma menos globosa y más achatada que la clásica variedad local, con lo que se asemeja más en esto al otro parental japonés. Arnandis define así las cualidades del Oreto: «Es nuestra variedad más temprana de los caquis, con unas características organolépticas excelentes: sabor dulce y textura jugosa. Además de su delicioso sabor, esta fruta es rica en nutrientes, vitaminas A y C, fibra y antioxidantes, lo que la convierte en una opción muy saludable para incluir en la dieta». Para llegar hasta aquí, los investigadores del IVIA y los técnicos de la cooperativa han desplegado largos trabajos, rechazando muchas obtenciones que no alcanzaban los niveles requeridos, como por fin se ha conseguido con Oreto.
Se fue probando con todo, haciendo hibridaciones clásicas y sometiendo yemas a irradiación (en el Hospital La Fe de Valencia), cuando se sabe que muchas variedades de frutas nuevas de todo el mundo se han conseguido mediante este procedimiento, tratando de alterar la genética de la variedad base para intentar que se deriven cambios de caracteres que mejoren virtudes y anulen defectos (en mandarinas, por ejemplo, eliminar la aparición de semillas).
Como es evidente, gran número de subvariedades conseguidas fueron descartadas sucesivamente por no presentar las mejores condiciones que se buscaban. Ante todo se deseaba encontrar precocidad (o también, en el otro lado, retraso de maduración), pero desde luego sin perder de vista nunca el buen sabor, la presencia, una buena productividad...
Oreto es un caso único en Europa; los agricultores asociados en CANSO pueden estar orgullosos de liderar este segmento de innovación a nivel continental; no hay otro caso igual en caquis. Y su esfuerzo tiene además unas connotaciones muy meritorias. Porque en un centro de investigación es más fácil proseguir por su cuenta en líneas de I+D+i de este estilo, aunque no se logren cosas positivas en mucho tiempo, ya que todo el mundo entiende que para eso están, de eso se trata, y ya saldrá algo. También es más factible en el caso de una gran empresa con altos componentes de tecnificación e inversiones a largo plazo. Pero aquí estamos hablando de una cooperativa agrícola, con muchos pequeños y medianos agricultores asociados que no pueden prescindir de unos ingresos asegurados cada año, pues dependen de ello, y tampoco pueden dedicar mucho a I+D+i; siempre está muy presente el riesgo de perderse en esos galimatías de letras. Y, sin embargo, los socios de CANSO han sido capaces de demostrar que, pese a su modesta presencia, si se compara con los altos niveles de otros segmentos empresariales y tecnológicos, se sienten muy protagonistas en este segmento de los caquis y tienen muy decidido que quieren seguir en ello, siendo líderes. Por eso no han tenido problema en destinar más de un millón de euros en estos años para obtener una variedad precoz, aunque tardara en llegar. Ya la tienen, en exclusiva. Y ahora van a por otras variedades que sean más tardías. El objetivo del convenio con el IVIA es alargar la campaña lo máximo posible. Si cabe, desde final del verano hasta casi la primavera siguiente.
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