Borrar
Uno de los campos familiares de olivos, sin frutos por la sequía. J. Signes
La crisis del aceite de oliva valenciano

La crisis del aceite de oliva valenciano

El sector vive una intensa crisis ante una campaña marcada por la falta de agua y tras dejar atrás otra incluso peor por las excesivas lluvias

Martes, 19 de septiembre 2023, 00:50

En la panadería de la plaza de la Cueva Santa de Altura hay un corcho con anuncios que ejemplifica la situación actual del aceite valenciano. En el tablón cuelgan varios carteles que ofrecen comprar las olivas de los campos cercanos, recogerlas e incluso adelantar garrafas de producto a cambio de las mismas. Algo que era casi impensable hasta hace poco pero que en un momento en el que los precios oleícolas están por las nubes es una realidad. Porque sí, las aceitunas se han convertido en un bien más que preciado.

El sector español afronta en octubre una nueva temporada que se tiene claro que será mala porque la producción será escasa. La sequía que azotó el país, que produce la mitad del que ya es un verdadero 'oro líquido' a escala mundial, ha tenido graves consecuencias y la cosecha quedará mermada. En casi cualquier campo tradicional de olivos de la Comunitat Valenciana se pueden comprobar las consecuencias porque en muchos casos los frutos se pueden contar con los dedos de las manos. Una imagen demoledora.

Luis Velázquez Cortes, director de la Cooperativa Oleícola Alto Palancia, confirma que en la zona de la Sierra Calderona y Sierra de Espadán casi la totalidad de las plantaciones de secano, que son la mayoría en los cultivos de olivos, no darán apenas frutos y, por tanto, muchos optarán por no recolectar al no ser rentable. Considera que es pronto para dar datos pero, en cualquier caso, las expectativas no son buenas.

Los principales damnificados de la situación actual son los pequeños propietarios. En muchas familias de la Comunitat Valenciana aún existe la tradición de cuidar campos de olivos heredados para consumo propio y realizar una recolección que se suele hacer como toda la vida, golpeando a los árboles con varas para que caiga el fruto en las mallas. Luego se lleva a la almazara y se tiene aceite para todo el año. Pero esta bonita tradición no será posible en esta ocasión para infinidad de familias como la de los Torrejón, con campos en Altura. Ante la falta de lluvias no les merece la pena el esfuerzo porque, como se ve en sus parcelas, apenas hay olivas. Una imagen que se repite a lo largo de toda la geografía valenciana.

Pero las asociaciones agrarias confirman que esta situación también afecta a muchos productores que viven del campo porque la norma general es que estas plantaciones sean de secano. Y más en terrenos montañosos donde muchas veces se encuentran las valencianas y la mayoría tienen muy pocas olivas. Los únicos que se han salvado son los de pequeñas zonas que han sufrido menos estrés hídrico –que han sido la excepción estos últimos meses– y los cultivos que tienen instalado riego por goteo. Porque las últimas lluvias han llegado tarde y, aunque son beneficiosas para el campo en general, si el fruto no existe porque se ha caído para que el olivo pueda resistir a la sequía no puede terminar de crecer.

2022

El problema del que alertan los agricultores es que esta va a ser la segunda cosecha negativa consecutiva. Porque la de la temporada que arrancó a finales de 2022 fue de las peores que se recuerdan. Como aseguran desde las cooperativas, en esa ocasión estuvo marcada por las intensas lluvias de marzo y abril y unas variaciones en el clima que fueron muy poco habituales.

Esta anomalía climática llevó a que la cosecha fuera de las peores que se recuerdan. De hecho, los registros de Sistema de Información de los Mercados Oleícolas (SIMO) recopilados por el Ministerio de Agricultura evidencian que la producción del 'oro líquido' cayó nada menos que un 60% respecto a la campaña anterior, dejando la cosecha en 8.811 toneladas por la debacle general, pero en especial de la provincia de Castellón. En España, donde Andalucía es la gran protagonista del mercado, también se produjo una caída significativa de algo más del 50%.

Una familia de la Canal de Navarrés recuerda que el año pasado no pudieron recoger nada y admiten «que es la primera vez en décadas que estamos comprando aceite en el supermercado porque ya no tenemos cosecha propia». «Este caos climático es una locura, yo no he visto nada igual en los 30 años que llevo trabajando en el sector», destaca el director de la Cooperativa Oleícola Alto Palancia, que tiene claro que el cambio climático es una realidad y ya está afectando a los cultivos valencianos. La duda es si el 2024 dará un respiro porque la incertidumbre es total.

Y seguirá afectando, lo que lleva a que tanto productores como familias tiren la toalla ante la evidencia de que cada vez es más difícil rentabilizar los terrenos. Un problema que va de la mano de la falta de relevo generacional y allana el camino para que el suelo se dedique a otros usos. Como ocurre en la localidad de Bolbaite, donde fincas que tradicionalmente contaban con olivos han sido vendidas a una empresa para levantar un parque eólico. Ofrecieron una buena oferta y los propietarios apenas se lo pensaron.

Calidad

El único consuelo que queda en la actualidad en municipios como el de Altura es que la campaña de este año, pese a que va a ser negativa, mejorará un poco respecto a la anterior. Algo que les da esperanzas para tratar de consolidar una marca –en el caso de su cooperativa Oliespal– caracterizada por la calidad gracias a la variedad serrana, muy común en la zona. Ante la evidencia de que no se puede competir a precio con los grandes productores andaluces el aceite de Espadán y Calderona ha optado por esta vía que, si el clima lo permite, puede mantener la tradición oleícola de la zona.

Una estrategia clave una vez ha desaparecido la denominación de origen valenciana, que nació viciada al juntar esta zona con otras muy diferentes del interior de la provincia de Valencia y de Alicante. El objetivo actual de los productores es que vea la luz una propia con el nombre Espadán-Calderona.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias La crisis del aceite de oliva valenciano