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Un visitante en la última feria del azulejo de Cevisama, que se volverá a celebrar en 2023 tras tres años. Efe
Empresas de azulejos en Valencia, Alicante y Castellón | La crisis del azulejo manda un aviso a la economía valenciana

La crisis del azulejo manda un aviso a la economía valenciana

Freno al crecimiento. Los primeros cierres de empresas avanzan unos meses complicados mientras los expertos evitan descartar que se entre en recesión

Lunes, 24 de octubre 2022

Los malos presagios que vaticinaban que las verdaderas consecuencias de la guerra de Ucrania iban a llegar una vez terminase el verano comienzan a hacerse realidad. La Comunitat Valenciana, en sintonía con la situación española y europea, afronta una etapa complicada. Ha empezado el otoño viendo como los ERTE en empresas azulejeras se transforman en cierres y ERE en un momento en el que el consumo de los hogares se ha reducido por la alta inflación y la ralentización de la economía comienza a ser una realidad. Un panorama que no invita al optimismo al ser evidente que se alargará en los próximos meses, lo que hace temer lo peor en todo el tejido productivo.

El sector azulejero que tiene su epicentro en la provincia de Castellón es el ejemplo que evidencian los expertos de los malos vientos que arrecian. Fue uno de los que más rápido se recuperó de la pandemia ya que tras el confinamiento tardó poco en volver a crecer, tirando del carro de una economía autonómica que quedó muy resentida por la dependencia del turismo.

Pero la escalada de precios del gas rompió la buena tendencia ya que por la guerra de Ucrania ha llevado a que se tengan que asumir 1.000 millones de euros en sobrecostes por parte de unas empresas que dan trabajo a 24.000 personas de forma directa y que la factura se haya llegado a multiplicar por diez, lo que se tradujo una oleada de ERTE. Según los datos que maneja la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), hasta agosto se aprobaron –que no ejecutado– 41 ERTE que pueden llegar a afectar a 5.416 empleados. Pero en septiembre ha tenido lugar un importante repunte al elevarse el número de expedientes hasta los 63 y abarcar un total de 7.233 personas. No se sabe hasta qué punto de este tercio del total de empleos afectados no está trabajando con normalidad, pero según los datos del Ministerio de Trabajo rondarían los 2.000. Y todo indica que en octubre subirán.

El efecto contagio de estos ERTE comienza a ser una realidad en toda la industria auxiliar de la cerámica que da trabajo a 73.000 personas. Y lo peor es que en las últimas semanas los ERTE han dado paso a tres ERE que implican la destrucción de algo más de 400 empleos y el cierre de dos industrias.

Estos movimientos tienen una traslación directa a los datos de producción. Es una realidad que hasta el verano las exportaciones han seguido funcionando a buen ritmo debido a los excedentes que aún estaban en los almacenes, pero se espera que comiencen a ralentizarse debido a algo tan evidente como que se fabrican menos azulejos. Los datos de producción del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Institut Valencià de Estadística (IVE) evidencian que la producción en agostó cayó un 32,7% respecto al mismo mes del año anterior y un 25,4% si se corrigen los efectos estacionales y de calendario. En el conjunto del ejercicio esta cifra es del 10,4%, lo que constata que el problema se ha agravado con el paso de los meses.

Por ello, desde las azulejeras insisten mucho estos días en que son necesarias ayudas y medidas extra por parte del Gobierno para afrontar esta crisis ya que, hoy por hoy, apenas pueden sustituir el gas por otras fuentes de energía. Insisten en que en otros países hay un respaldo más claro, lo que les deja en una situación mucho más delicada en términos competitivos.

Los expertos consultados por este diario coinciden en que el azulejo es el más damnificado de la situación actual, aunque no es, ni mucho menos, el único sector que va a ver como se complican las cosas en los próximos meses. «Las industrias intensivas en energía son las que más van a sufrir en los próximos meses, pero esto va a ser algo que va a afectar a toda la economía», asegura Vicente Pallardó, analista de coyuntura económica del Instituto de Economía Internacional (IEI) e investigador senior de la Universitat de València (UV). Pese a todo, hay otros sectores que también lo pasarán mal como parte de las textiles que tienen un potente tejido en la comarca de la Vall d'Albaida y que también utilizan mucho el gas.

Un punto que pone encima de la mesa es la inflación general, que ya no solo afecta a la energía sino a todo tipo de productos y que también supondrá un freno para las empresas. Además, su gran impacto en hogares por la imparable escalada de la cesta de la compra también obligará a reducir el consumo y, por tanto, caerá la demanda interna, que suele ser uno de los grandes motores económicos.

Mabel Pisá Bó, profesora e investigadora de ESIC Business and Marketing School, asegura que la crisis del azulejo manda un aviso, destaca que habrá una ralentización de la economía española y valenciana y hasta admite que considera que se cumplirán los peores augurios y se entrará en recesión en 2023.

La economista también se refiere a una medida de calado europeo que impacta en infinidad de empresas valencianas, la subida de tipos de interés decretada por el Banco Central Europeo (BCE). Después de años con tipos muy reducidos que permitían acceder a créditos con más facilidades se han subido para tratar de frenar la inflación. El problema es que a corto plazo esta medida también implica que cualquier préstamo sea más caro, lo que conlleva un mayor gasto para las empresas endeudadas y fomenta que cualquiera se lo piense dos veces antes de hacer inversiones. Además, asume la tesis de los analistas internacionales de que los tipos seguirán subiendo en los próximos meses, lo que tendrá un mayor impacto.

El buen papel del turismo

Pese a las malas perspectivas de este último trimestre los registros de todo el 2022 arrojan resultados más positivos que los de Europa. La Confederación Empresarial Valenciana (CEV) apunta que la economía valenciana crecerá un 4% este año. Esto implica una rebaja respecto al inicio del año, pero son cifras más positivas que los de grandes exponentes de Europa, que es cierto que en la pandemia sufrieron menos en términos macroeconómicos.

Gran parte del impulso se debe al turismo, que al fin se ha recuperado en esta temporada y que tiene una importancia capital en la Comunitat Valenciana. De hecho, hasta este otoño-invierno parece que va a resistir al ser aún la ocupación alta. Lorenzo Serrano, investigador del Ivie y catedrático de la UV, remarca «que el cómputo general del año no va a estar nada mal gracias al turismo», que en este caso ha ejercido de salvavidas ante el déficit estructural de la industria en la autonomía y en España. Por ello, la situación que se vive en otros países de Europa más centrados en el sector secundario es ahora peor.

Sin embargo, todos los expertos coinciden en que el verdadero reto para las empresa valencianas será el 2023. Las previsiones apuntan que en este ejercicio la economía se resentirá e incluso podrá llegar a retroceder en algún trimestre. Serrano considera que parece claro que el turismo seguirá teniendo un buen comportamiento, pero incide en que puede que ya no sea tan bueno como el de este año porque gran parte de los ahorros de las familias españolas que se lograron en la pandemia han desaparecido. Además, la recesión será más intensa en otros países europeos, lo que podrá afectar a la llegada de turistas internacionales. Lo que sí está claro para los expertos es que se va a seguir viviendo con una alta incertidumbre marcada, una vez más, por la evolución de los conflictos internacionales.

Los casos de Halcón Cerámicas, Todagres y Azulejera Alcorense

Tres empresas son las que han anunciado estas últimas semanas ERE que implicarán el despido de unos 400 trabajadores. Dos de ellos, Todagres y Azulejera Alcorense, perteneciente al grupo Pamesa, se traducirán directamente en el cierre de las dos fábricas que cuentan con 158 y 78 trabajadores respectivamente. Sin embargo, el movimiento que más despidos conllevará será el de Halcón Cerámicas, que sin conllevar el cese de actividad llevará al despido de 185 empleados y la apertura de un ERTE para 550. En total, la compañía tiene un millar de empleados, por lo que la mayor parte se verán afectados.

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