¿Cuánto cuesta poner el aire acondicionado en verano?

El verano trae consigo altas temperaturas que pueden resultar insoportables, y el aire acondicionado se convierte en un aliado indispensable para mantener el confort en los hogares. Sin embargo, este alivio térmico tiene un coste elevado, especialmente en un contexto de aumento de los precios en la factura de la luz. Con el calor extremo y el precio de la luz por las nubes, muchos se preguntan cuánto les costará realmente mantener sus hogares frescos durante los meses de verano.

Según los datos obtenidos en un estudio realizado por Kelisto, «un aparato de aire acondicionado consume entre 1 y 2 kWh por cada hora que esté encendido». Esto se traduce en un gasto mensual medio de entre 50 y 100 euros por hogar durante los meses de julio a septiembre. Un rango depende en gran medida del uso y la eficiencia del aparato.

Por ejemplo, para aquellos que hacen un uso moderado del aire acondicionado, encendiéndolo alrededor de cuatro horas al día, el gasto mensual puede situarse en torno a los 48,89 euros. Este cálculo se basa en el uso de un aparato con alta eficiencia energética, bien instalado y en una estancia adecuada para su funcionamiento. Por el contrario, si el uso es intensivo, es decir, durante ocho horas diarias o más, el gasto puede duplicarse hasta alcanzar los 97,78 euros mensuales. En este sentido, desde el comparador apuntan que factores como una mala instalación, estancias mal aisladas o una temperatura objetivo muy baja «pueden incrementar el consumo del aparato de 1 kWh a 2 kWh por hora».

Un uso responsable del aire acondicionado es clave para disfrutar de un buen confort térmico sin gastar de más durante estos meses de calor. Lo principal, según Kelisto, es vigilar el termostato.

El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), por su parte, explica que una temperatura de 27 grados «es suficiente para no pasarlo mal, con una ropa adecuada». Si queremos disfrutar de algo más de fresco en el hogar, mantener la temperatura entre 23 y 25 grados debería ser suficiente para que el aparato no funcione a máxima potencia durante periodos largos de tiempo y, por lo tanto, se dispare el consumo y el recibo. Asimismo, debes tener en cuenta estas cuatro medidas adicionales:

- Gasta mucho más llegar a casa acalorado y poner durante una hora el aire acondicionado a 19 grados que ponerlo a 24 grados durante tres horas. La segunda opción enfriará la estancia en un lapso similar y te ahorrará disgustos a final de mes.

- Es imprescindible cuidar el aparato, limpiando regularmente los filtros y de manera obligatoria a la llegada del verano, y vigilar su instalación para colocarlo, a ser posible, en una parte de la habitación que no reciba luz directa.

- A veces lo barato sale caro. Si no cuentas con aire acondicionado y quieres hacerte con este tipo de climatización este verano, vigila la etiqueta ambiental del aparato (que siempre sea de clase A) y revisa las especificaciones en búsqueda del consumo promedio: «debe ser de alrededor de 1 kWh para que su uso no te fastidie la factura de electricidad».

- Aísla bien la habitación que quieras refrigerar. Es evidente, pero lo recordamos por si acaso: de poco sirve encender el aire acondicionado en el salón y mantener la puerta y/o las ventanas abiertas, si vamos a continuar en esa estancia y no queremos bajar la temperatura de otras habitaciones anexas. Vigila también los posibles escapes: puertas que dejan pasar el aire por debajo, ventanas que no cierran del todo…

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