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Su nombramiento era uno de los más esperados –y codiciados– entre los cargos pendientes del nuevo Consell. Dos meses han tenido que transcurrir para conocer quién ocupará la presidencia de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), quién se pondría al frente de «la joya de la corona» de la economía valenciana como suele apostillar el presidente de la CEV, Salvador Navarro. Esta semana se ha despejado la incógnita: Mar Chao, hasta ahora directora Comercial y de Desarrollo de Negocio de la APV coge el timón de la institución. Un perfil técnico y alejado de la política que se antoja clave para la nueva etapa que se abre ahora en uno de los principales puertos del Mediterráneo con retos pendientes como la ejecución de la terminal norte, el desbloqueo de la ZAL o la descarbonización.
El gran desafío de Chao –cuyo nombramiento está pendiente de publicación en el BOE para que pueda tomar posesión del cargo– es la nueva terminal de contenedores. Porque los tiempos acechan. No es para menos. Precisamente este miércoles 27 se cumplirán cuatro años desde que el consejo de administración de la APV aprobara la selección de la oferta de TIL (filial de MSC) para la construcción y explotación, en régimen de concesión, de la nueva terminal de contenedores de la ampliación norte. Una decisión aprobada por nueve votos favorables y uno desfavorable (el entonces alcalde de Valencia, Joan Ribó) que marcaba un paso más –pero clave– para la continuidad del proceso administrativo.
Era septiembre de 2019 y, desde entonces, la ampliación norte se ha visto sometida a una presión política 'in crescendo' que ha desembocado en un bloqueo a pesar de contar con una DIA favorable, que está denunciada en los tribunales, y con el visto bueno de la Dirección general de Costas, obtenido el pasado noviembre. Esto llevó a la APV a aprobar en diciembre el proyecto constructivo de la terminal y elevarlo al Consejo de Ministros para su aprobación al superar los 12 millones de inversión.
Desde entonces, un trámite que se esperaba rápido quedaba bloqueada por cuestiones políticas, dado que el Gobierno central, debido a la oposición frontal de sus socios de Podemos, pospuso su autorización hasta después de las elecciones autonómicas y municipales del 28-M. Casi diez meses han transcurrido ya, dado que la incertidumbre tras el 23-J no ha favorecido que la licitación de las obras obtuviera luz verde.
«Es absolutamente necesario desbloquear el trámite de la terminal norte en el Consejo de Ministros y que se ejecute cuanto antes en la ya construida ampliación norte. Cada día que pasa con este proyecto paralizado supone una merma creciente de la competitividad de la economía valenciana», aseguraba esta semana el presidente del Propeller Valencia, Alfredo Soler, que también anticipaba «las dificultades» que podrían surgir ante un Gobierno con «exigencias» de sus socios, en clara referencia ERC y Junts.
Ese panorama es el que tendrá que afrontar Mar Chao para defender un proyecto que tiene un juego una inversión de 1.564 millones (542,7 millones públicos y 1.022 de TIL) y que entronca con otro de los desafíos del puerto: la descarbonización, pues la nueva terminal reducirá las emisiones de CO2 en un 98%, la electricidad procederá en un 100% de fuentes renovables, los barcos se conectarán durante su estancia en puerto a la red eléctrica y se potenciará el tren.
Precisamente el impulso al ferrocarril es otro de los ejes del plan del puerto para la reducción de emisiones, con iniciativas como la primera autopista marítimo-ferroviaria de España, la financiación de la modernización del tren Sagunto-Zaragoza o la remodelación interior de la playa de vías. Sin olvidar todos los proyectos relacionados con el hidrógeno que lidera la Autoridad Portuaria, donde el ejemplo que ya se puede palpar es la hidrogenera instalada en el muelle norte, en la zona del Bracet de la Xità.
La nueva terminal logística de Fuente de San Luis también juega un papel importante en el futuro del puerto, ya que completará al puerto, la ZAL o Mercavalencia. Ligada a ella surge también la búsqueda de nuevos espacios para los contenedores de importación. Por ejemplo, desde Propeller se apuntaba la necesidad de planificar un gran puerto seco e incluso una ciudad del transporte en la zona noroeste del puerto para cubrir tanto el corredor central de unión con Madrid como la zona norte azulejera y el clúster automovilístico que se está formando en Sagunto.
Es aquí donde entra en escena otro de los asuntos que Chao tendrá que afrontar: el acceso norte, del que se plantean hasta cinco alternativas para resolver la entrada de camiones y trenes a la ciudad desde la V-21 hasta los muelles portuarios. Un proyecto, en estudio por parte de Ineco, del que tampoco se han registrado avances y para el que los transportistas reclaman urgencia, pues actualmente sólo se puede acceder al puerto por la V-30. Aquí, además, la Federación Valenciana del Transporte y la Logística (FVET) reclama a Chao soluciones para «las ineficiencias operativas que entorpecen la labor de los profesionales del transporte».
La ZAL es otro de los asuntos calientes, ya que su puesta en marcha está paralizada en los juzgados. El Tribunal Supremo tiene que pronunciarse sobre los recursos de la Generalitat y de VPI Logística contra la anulación del plan y, en concreto, decidir si es necesaria una evaluación ambiental estratégica simplificada u ordinario. Lo que ha llevado a que los inversores interesados en los terrenos estén en el aire.
No ha llegado al juzgado pero sí hay un conflicto de calado con Ayuntamiento y Generalitat por la gestión de la Marina y, de fondo, por los usos de los espacios con concesiones. Tres meses quedan para que venza la prórroga dada al Consorcio para gestionar edificios y amarres sin que haya avances en un tema que puede enturbiar las relaciones entre el puerto y la ciudad.
La presidencia de Chao también estará marcada por las obras de la nueva ciudad deportiva del Levante UD, tras la cesión por parte de la APV al club el pasado marzo de 95.000 metros cuadrados en la frontera con Nazaret. Los trabajos ya cuentan con licencia municipal.
Otra actuación que deberá arrancar en los próximos meses es la nueva terminal de pasajeros que explotará Baleària en los terrenos de la antigua Unión Naval tras acometer una inversión de más de 100 millones. El consejo de administración de la APV aprobó la adjudicación de la construcción y el derecho de explotación en noviembre de 2022.
Por último, la inquietud que esta misma semana elevaba la APV por los efectos que puede provocar la puesta en marcha de una tasa medioambiental europea al tráfico marítimo en los puertos y que se traduce en el cobro de derechos de emisión a las navieras por los trayectos. Porque Valencia alerta de que puede provocar el desvío de tráficos a recintos cercanos y no europeos, entre ellos uno de sus competidores: Tánger Med en Marruecos.
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Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
Patricia Cabezuelo | Valencia
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