Se puede ver en Youtube: la prueba BPT consiste en tender un buen cabo de amarre entre el noray y el remolcador, colocar un dinamómetro entre dos gazas, y hacer que el motor y las hélices hagan su trabajo de toa, como si se quisiera ... arrancar de cuajo la riva. Si la amarra aguanta y el bolardo no se conmueve, el medidor dará su veredicto: ya sabemos la capacidad de tiro a punto fijo de un remolcador. Que en el caso del 'Bremen Fighter', la bestia más potente de la flota Boluda, supera al nivel de las 100 toneladas: lo que es mucho, y muy bueno, para una máquina llamada a trabajar en puertos del mar del Norte.
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Tugboat. Remolcador. Se toma un motor marino muy potente y versátil y se inserta en un casco recio, sólido y redondeado. Nace así el concepto de un navío especial, nacido para la faena de sirga. En los canales de la Albufera, en los tiempos antiguos, había reatas de bueyes que tiraban desde las motas de aquellos 'barquetots'cargados de arroz. En los puertos había que remar y remar… hasta que llegó la fuerza del vapor. Las máquinas, dicen, lo cambiaron todo; pero no lograron anular, sino todo lo contrario, ese papel singular, el más humilde pero el más sagrado, de los que tienen como misión auxiliar.
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Remolcar. Estar a las duras y a las maduras. Poner al mal tiempo buena cara. Hacer en el puerto tareas que parecen secundarias y que nadie quiere ni ver. Llevar al piloto al costado de los buques y halar de unos gigantes del mar que se transforman en diques tontos y ciegos cuando están encerrados entre muelles.
Solo a bordo de un remolcador se sabe lo que le pasa a un portacontenedores como cinco veces el Micalet cuando le empuja la brisa del mar. Solo en el puente de un remolcador se entiende lo que en España se llama 'hacer de carnero', meter la proa en la amura, justo debajo del ancla, y dar revoluciones al motor para que cien mil toneladas de inercia enmienden el rumbo.
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«Por don Vicente Boluda y doña Vicenta Crespo, y para su hijo Vicente, ha sido pedida, a don José María Fos y a doña Ángeles Senent, la mano de su bellísima hija María Dolores. La boda ha quedado fijada para finales del próximo mes de mayo». Es una nota de sociedad, un breve del diario 'Jornada' de 21 de marzo de 1953. Dos años después nació en Valencia Vicente Boluda Fos, un niño que acabaría siendo naviero en una línea de tradición familiar asentada en el puerto de Valencia: la de Boluda Marí y Boluda Crespo, por un lado, y la de la Naviera Fos, más antigua todavía, por otro.
Reunir una flota de 349 barcos bajo bandera propia, y hacerla trabajar día y noche en seis o siete mares, no es un deporte de fin de semana. Incluso si pasamos por alto que la lista incluye los puertos de Marsella, Rotterdam o Gibraltar. Hoy por hoy, Boluda Towage es la segunda compañía de remolcadores del mundo. Y Boluda Shipping extiende su negocio como un pulpo de la logística, con amarres, líneas marítimas, gestión de terminales y transporte de todo tipo. Sí, claro. El señor Boluda es un hombre peculiar, dotado de un carácter peculiar. Incluso parece un hombre poco convencional para esta sociedad de lo muy correcto, donde la proverbial rudeza de los empresarios clásicos del mar llama la atención a los pipiolos de los negocios. Pero me da en la nariz que Vicente Boluda es uno de esos tres o cuatro empresarios valencianos con cartel de los que se echa mano siempre que se quiere desatascar o empujar un asunto:
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–Vicente, el corredor mediterráneo… Vicente, los Premios Jaume I. Don Vicente, la logística, la fundación, ANAVE, la ópera, el Madrid, la Valencia Verde, el casino Monte Picayo, la Albufera, los grandes cruceros…
–En principio lo que me gusta menos es eso de prohibir…
Desde su carácter, desde su talante liberal, Vicente Boluda expresa su opinión, deja hacer y termina por concentrar las fuerzas que poco a poco convergen, mortecinas o estimuladas, desde la sociedad civil. Esta Valencia, indolente y perezosa, necesita que de vez en cuando la espabilen. Así es que Boluda, más de cuatro veces, usa los recursos de su oficio: las hélices Kort, con tobera, son estupendas. Y las Schottel, que pueden moverse bajo el agua en todas direcciones. Incluso hay ocasiones en que su papel de arrastrero y jalador funciona con sistema Voith Schneider, que permite al metafórico remolcador desplazarse sin restricciones. O sea, actuar fuera de los focos… ¡pero actuar, coño!
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–Don Vicente, que van a cerrar Aquarium…
–Déjame ver. Mándame los números…
Aquarium, la cafetería, no se ha cerrado. Enrique Ruiz, José Arocas, Guijarro, Germán Dos Santos, Indalecio, Miguel, Pepe el Largo… son empleados de leyenda. La historia no se cierra; y menos la de un sitio donde aún saben hacer rocafull. Y es que, ojo al detalle, el bar está decorado como un barco encallado en la Gran Vía, con maderas de caoba y focos náuticos. Vicente Boluda Fos: camino de la leyenda, un empresario singular.
–Siempre nos quedará París. Y Navajas, donde tiene usted habitación, Majestad.
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