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Clara Alfonso
Valencia
Domingo, 14 de enero 2024, 00:13
Cuando se trata de hacer movimientos de fondos en nuestras cuentas bancarias, siempre surgen preguntas y dudas a tener en cuenta. Aunque tengamos la certeza de contar con recursos financieros suficientes, retirar dinero de nuestras cuentas puede no ser tan sencillo como parece a primera vista. En muchos casos, los bancos establecen políticas y procedimientos para asegurar una transacción segura y eficiente, especialmente si son sumas considerables.
A la hora de retirar o ingresar dinero de una cuenta bancaria, es importante tener en cuenta que las entidades financieras tienen una obligación legal de comunicar a la Agencia Tributaria ciertas operaciones realizadas por sus clientes, en particular aquellas que puedan generar sospechas. Este compromiso tiene como objetivo prevenir y identificar actividades ilícitas, como el lavado de dinero y el fraude fiscal.
En este contexto, el límite máximo que se puede retirar de un cajero sin justificación, independientemente de que haya más saldo en la cuenta, es de 3.000 euros. Un límite que se extiende también a los ingresos, ya sean puntuales o periódicos. No obstante, a pesar de que esa cifra sea el límite establecido por el Fisco, es muy habitual que el usuario reciba una llamada de su sucursal al retirar más de 1.000 euros, que tendrá que justificar. Si se desea retirar una cantidad superior, es necesario dirigirse a la sucursal bancaria y solicitar un comprobante. Una vez obtenido, el banco lo remite tanto al Banco de España como a la Agencia Tributaria.
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Lo mismo ocurre con las retiradas de efectivo desde la propia sucursal. Tal y como recuerda el Banco de España, las entidades bancarias suelen permitir retirar cualquier cantidad siempre que haya fondos suficientes para cubrir la transacción. Sin embargo, si se trata de sumas considerables, es posible que el banco requiera un aviso previo, «siempre que no disponga de fondos suficientes para atender tu petición».
En el caso de realizar depósitos en efectivo, el banco puede implementar ciertos protocolos, como retrasar el recuento del dinero entregado. En este caso, «el cliente recibe el dinero 'salvo buen fin' y más tarde el banco contará y confirmará el importe del ingreso asentándolo definitivamente en la cuenta».
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