«Dos barcos con mis contenedores se han tenido que dar la vuelta en el mar Rojo y eso me ha retrasado las entregas»

«Yo exporto entre dos y tres contenedores por semana a países asiáticos. Rumbo a Hong Kong y a Singapur partieron sendos buques con tres contenedores de caquis, con 18.000 kilos en cada uno. A mitad del tránsito por el mar Rojo se vieron obligados a dar la vuelta y enfilar la ruta por Sudáfrica, por el cabo de Buena Esperanza», señala este empresario valenciano.

Este profesional del caqui, mientras varios de sus contenedores iban por el mar Rojo, embarcó otros cargamentos en buques que iniciaron la ruta ya por Sudáfrica para evitar a los piratas. De esta manera, obligado por las circunstancias, sus clientes en Singapur y Hong Kong recibirán casi al mismo tiempo nueve contenedores de caqui. «Los contenedores por el cabo de Nueva Esperanza llegan más tarde, y los que han tenido que dar la vuelta en el mar Rojo, todavía más. Lo que era un tránsito de 25 días se convierte en uno de 55. Afortunadamente nuestro tratamiento para la fruta es de 60 días, aunque debemos tener mucho cuidado para que el producto llegue en buenas condiciones», señala Juan Carlos. Los contenedores que ha llevado a China han llegado bien y la subida del precio de los fletes no le va a afectar porque ha terminado la campaña.

«Además, debido a la situación creada, he tenido que dar soporte a mis clientes asiáticos, ayuda económica para que no entren en quiebra. Hay que tener en cuenta que nos les ha llegado la carga en su momento, y esa rueda se ha parado debido a los problemas en el mar Rojo», termina Juan Carlos.