El dueño de una almazara, sobre el precio del aceite de oliva en marzo: «Podríamos entrar en pérdidas...»

Hace no mucho el precio del aceite de oliva subía de manera desorbitada a cotas históricas para sorpresa y preocupación de los consumidores españoles, que veían como los lineales de los supermercados vendían el conocido como oro líquido a niveles inasumibles para los clientes. Afortunadamente, esta situación ha pasado a mejor vida y en los últimos meses la tendencia es claramente descendente.

Precisamente el AOVE y sus subtipos cierran el mes de febrero igual que lo empezaron: con bajada. Todo ello no es fruto de la casualidad sino más bien de la causalidad. Y es que el coste en origen del aceite de oliva dictamina lo que a la postre será el precio para el consumidor final, ese que disfruta del preciado chorro de este producto. Lo que está por ver ahora es si está situación se mantendrá en los próximos meses o, por el contrario, cambiará de tendencia.

La última voz experta en arrojar algo de luz sobre este asunto ha sido Antonio Velasco, socio fundador de Quaryat Dillar junto a su hermano José María, que ha concedido una entrevista al medio IDEAL donde afirma que la situación no parece que vaya a cambiar a corto plazo: «Esperamos que la tónica siga siendo esta, con algunas bajadas puntuales pero no demasiado grandes».

En este sentido, el dueño de la almazara no arroja las campanas al vuelo por lo que pueda pasar en futuros meses. «Dependeremos de la climatología y de cómo evolucione el mercado. Lo importante es que todavía hay un equilibrio en los precios, que son muy razonables», ha explicado.

No obstante, Velasco es optimista y confía en que la dinámica no se rompa demasiado o podría ser perjudicial para las pequeñas empresas del sector. Y es que en caso de que los precios bajen demasiado, «podríamos entrar en pérdidas». «Estamos en un rango de precios en los que el olivar tradicional todavía es rentable pero es importante que los precios no sigan bajando si queremos potenciar la agricultura y proteger las pequeñas almazaras», ha detallado.

«Las grandes corporaciones tienen asegurada la rentabilidad por su modelo de producción superintensivo». Una situación que no es igual para el olivar de toda la vida, el tradicional y «más frecuente en Andalucía y la España vaciada». «No podemos olvidar que los aceites de calidad dependen normalmente de este tipo de explotaciones, hay que cuidar al agricultor tradicional», ha concluido.

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