Sentimientos contradictorios en la economía valenciana. La patronal autonómica tiene claro que el Producto Interior Bruto (PIB) crecerá por encima de un 4% en el 2022 y que conforme avance el año las perspectivas serán mejores incluso que las de España. Pero también asume ... que este incremento de la actividad será menor del esperado como consecuencia de la inflación y la guerra en Ucrania.
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Así se desprende del informe de coyuntura de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) que, pese a todo, refleja cierto optimismo para la segunda mitad del ejercicio. De hecho, la CEV considera que el crecimiento será algo mayor que el de la media española e incluso europea, que es cierto que sufrió una debacle con la pandemia mucho menor.
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Las relativas buenas perspectivas se basan en un viejo conocido para la economía autonómica, el turismo. El sector espera una campaña de verano como las de antes, protagonizada por unos visitantes internacionales con ganas de invertir en ocio lo que no han podido gastar en los últimos años. Y lo harán pese a que los precios van a ser más elevados que nunca.
Esto permitirá que en las semanas importantes de verano se acumule gran parte del crecimiento anual, ya que en el primer trimestre apenas se ha avanzado un 0,7%. Esto es debido a un sector agrícola que, después de sobrevivir con nota a la pandemia, se ha quedado algo estancado y a una industria que a partir de marzo ha vivido la tormenta perfecta a raíz de la guerra en Ucrania.
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El sector azulejero, con los precios del gas disparados, es el mejor ejemplo de la caída de la actividad materializada a partir del tercer mes del año y que se ha extendido a partir de entonces. A nivel general, la industria no ha podido tirar del carro y ha sido la construcción, con unas buenas perspectivas en el sector privado, la que permite consolidar al sector secundario.
Sin embargo, el hecho diferencial son los servicios con el turismo y la hostelería a la cabeza. Estas eran algunas de las pocas actividades que no habían podido recuperar los datos previos a la pandemia y ahora esperan unos muy buenos resultados, lo que permitirá mantener a flote la economía valenciana. De hecho, las mismas ya han sido fundamentales para aumentar la actividad y el empleo en el segundo trimestre.
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Si hay una palabra que marca las perspectivas de futuro es incertidumbre, un factor con el que se han acostumbrado a navegar las empresas valencianas. «La incertidumbre que impera sobre la duración de la guerra y su incidencia en los mercados energéticos y de materias primas perturba las decisiones de los agentes económicos y empaña, por ello, todo pronóstico macroeconómico», remarcan desde la patronal. Además, admiten que estos factores han restado hasta ahora varios puntos al crecimiento.
Por ello, desde la CEV depositan su confianza en el turismo internacional, pero también en inversiones anunciadas como las de Volkswagen y Ford, aunque son conscientes que no se materializarán en el corto plazo. Del mismo modo, advierten que los altos niveles de inflación y las expectativas de subidas de tipos de interés «restarán dinamismo al consumo de los hogares».
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