Un ejército de aliados contra el trips sudafricano

En una jornada técnica desarrollada en la finca experimental de AVA-Asaja, Alberto Urbaneja, investigador del IVIA y máximo especialista en esta materia, ha explicado cómo están encontrando en los huertos una súbita multiplicación de enemigos naturales de dicho trips.

Citó, entre ellos, a «trips depredadores que antes no veíamos», y a «muchos fitoseidos», que normalmente se alimentan de ácaros, pero también de trips, y si ahora mismo abundan tanto, cuando no están los primeros, es porque se ensañan con los segundos.

En plena época de mirar y remirar con lupa en las plantaciones de naranjos, y en los demás cultivos susceptibles de sufrir esta plaga, para poder determinar el momento más propicio en el que efectuar tratamientos con insecticidas (consultar la web del IVIA), es muy buena noticia que los técnicos e investigadores descubran una multitud de insectos aliados contra este problema. Entre ellos también destacan la presencia de crisopas, enemigos clásicos de los pulgones. Pero resulta que ahora mismo todavía no hay pulgones en los brotes tiernos de los cítricos. ¿Cómo es que se multiplican tanto las crisopas si aún no tienen a mano a sus presas más apreciadas, los pulgones? Pues resulta evidente: porque están comiendo otra cosa: por ejemplo, individuos de 'Scirthotrips aurantii', que ya empiezan a verse y multiplicarse.

¿Esto supone que debe primar hoy la lucha biológica sobre la química, o ante todo debe darse relevancia al papel de los insectos beneficiosos?. No, porque aún no está en un nivel adecuado para llegar a un equilibrio razonable, pero esto fortalece los postulados clásicos de una estrategia de lucha integrada, en la que se tiene en cuenta lo que hacen los aliados naturales y se actúa con insecticidas cuando no hay más remedio y es obligado tratar para evitar daños mayores.

Eso mismo es lo que defienden los especialistas del IVIA y en ello incide Urbaneja. Hay que realizar tratamientos químicos, es inevitable, pero teniendo siempre en cuenta varios aspectos en los que insistió en dicha jornada: siempre con productos que respeten al máximo posible los insectos beneficiosos, con las dosis autorizadas y alternando productos para evitar la aparición de resistencias que pudieran hacer que las mismas sustancias usadas acabaran siendo ineficaces.

Tanto los investigadores oficiales como los de la casa comercial que patrocinaba la jornada técnica (Certis-Belchim) hablaron de la necesidad de realizar frecuentes muestreos en las plantaciones para determinar los niveles de la plaga y en qué momento intervenir con insecticidas.

Hay coincidencia en que se deberá tratar varias veces, al menos entre dos o tres. La primera, apenas se detecte la presencia del trips sobre hojas recién brotadas, para rebajar el nivel de infestación. La segunda, con el 70% de los pétalos de flor caídos. La tercera, en función de cómo evolucione. Y aquí hay una posible ventaja añadida: la segunda o la tercera aplicación contra el trips muy bien puede coincidir con las que se vienen efectuando en los últimos años contra el 'cotonet de Sudáfrica', por lo que 'dos pájaros de un tiro'. Y aún quedaría la cuarta opción coincidiendo con el momento del piojo rojo, a final de mayo o primeros de junio.

Los investigadores del IVIA están muy preocupados por que no se cometan graves errores que traerían consecuencias muy negativas. Urbaneja aludió a que «se han hecho ya barbaridades en algunos casos». Por ejemplo: no repetir tratamientos con las mismas sustancias, no erradicar las cubiertas vegetales con especies en las que solo se cobijan y multiplican trips beneficiosos (consultar la web del IVIA), y tampoco incrementar las dosis establecidas.

La evolución de la plaga del trips sudafricano, que suscita ahora mismo la máxima preocupación entre los citricultores, bien podría tener en unos años cierto paralelismo con lo que fue el inicio del minador de las hojas hace treinta años. Hubo una alarma general, se multiplicaron todo tipo de tratamientos, llegaron a realizarse barbaridades, luego fue llegando la calma y hoy en día casi nadie le hace ya ni caso. El trips daña las naranjas hasta que tienen 3-5 milímetros de diámetro, luego ése es el periodo de protección, pero puede llegarse a que el nivel de plaga se reduzca mucho y los porcentajes de destríos de fruta pasen a ser irrelevantes. Y con las hojas, como con el minador: una plaga estética.