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Las marcas valencianas que triunfan dentro y fuera de la Comunitat y puede que no sabías que son de aquí Alejandro Ricós
Las empresas con ADN valenciano que traspasan fronteras

Las empresas con ADN valenciano que traspasan fronteras

Una decena de marcas muy famosas dentro y fuera de la Comunitat nacieron y crecieron aquí y puede que no lo supieras

M. Hortelano

Valencia

Domingo, 5 de mayo 2024, 01:13

Cualquier persona que hoy en día espere un vuelo en un aeropuerto o coja un tren en una estación se habrá topado de bruces con una gran vaca de decoración que custodia la puerta de uno de los establecimientos que más objetos curiosos tienen en su interior. Y aunque ni venden lácteos ni nada relacionado con este animal, la mascota de Ale-Hop es ya un distintivo que va más allá de la imagen de marca que en su día salió de Ondara, un pueblo de Alicante. Lo mismo sucede con el inconfundible olor a palomitas dulces que se respira en muchísimos centros comerciales de nuestro país, que invitan a entrar a un Belros para darse un capricho dulce. Los zumos de las cafeterías y supermercados, de naranja recién exprimida, llevan el sello de Zumex, mientras que por la Gran Manzana de Nueva York ya es posible ver a personas transportar su compra en un carrito fabricado en Pedreguer, de la marca Rolser. Los 'get ready with me' de cosmética y maquillaje de redes no se entienden ya sin el sello de la perfumería Druni, ni sin los productos de Sesderma. El sistema de fuentes de agua en oficinas y hogares de Aquaservice lleva sello valenciano, como el de los cuadernillos Rubio con quienes todos hemos definido nuestra letras a mano. Que media España lleve las zapatillas cpn las que Ana Boyer ganó Bake Off, unas HOFF diseñadas en Elche es ya algo común. Y comer cada vez más sano y más ecológico tiene el apellido Navarro. Son diez empresas con ADN valenciano que traspasan fronteras. Compañías que nacieron en la Comunitat, reconocidas por todos, pero de las que muchos desconocen que surgieron en Alicante, Valencia o Castellón.

Pero, vayamos por partes. Ya sabemos que a nadie le amarga un dulce. Y de eso, la compañía valenciana Belros sabe muchísimo. Suyas son las más de 300 tiendas de chucherías, dulces y palomitas que se distribuyen por las principales provincias de nuestro país. Creada en 1982, en Benetusser, sus establecimientos reciben cada año la visita de más de 25 millones de clientes, que son atendidos por más de 1.500 trabajadores. Entre ellos, un equipo de 100 personas se ocupa, desde la sede de Valencia, de que todo funcione como un reloj. Aquí están las oficinas y los almacenes desde los que se distribuyen 6,2 millones de kilos de producto cada año. Entre los productos más reconocibles, sus míticas palomitas de maiz de colores y algunos productos de regalo de marca propia y de conocidas licencias. Pero también las gominolas al peso.

Otro de los casos de mayor éxito silencioso es el de los carritos de la compra Rolser. Ni Vicente Server ni su mujer, Isabel Pérez, podrían haber imaginado en 1966, cuando comenzaron a fabricar capazos para la compra en Pedreguer, un pequeño pueblo de la provincia de Alicante, que sus carros iban a venderse en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Pero así ha sido. De las bolsas de la compra a carros con chasis en apenas seis años. En los 70 ya vendían el modelo a firmas como Galerías Preciados. Y poco después se lanzaron a innovar, con tejido vaquero y carros plegables. Aunque el mayor avance llegó en 1994, con el sistema patentado de cuatro ruedas. Así que cada vez que veas a alguien volver de la compra con su carro lleno, casi seguro que es de Rolser. Y por tanto, valenciano. A día de hoy, la firma sigue buscando nuevos usos a este objeto, para nuevos momentos como el gimnasio, los trastos de los niños o la playa. Siempre pensando en facilitar la vida de quien lo usa y evitarle molestos dolores de espalda.

Algo que también se ha popularizado muchísimo son las fuentes de agua de gran tamaño en los hogares y oficinas, como alternativa a la compra de agua mineral de supermercado. Y de eso tiene buena parte de culpa Aquaservice, la empresa valenciana que se fundó en 1997 para revolucionar el consumo de agua en los hogares y trabajos. Bajo la idea de fomentar la economía circular, apostaron por una única garrafa desechable, que el proveedor retira una vez está gastada y sustituye por otra llena. La firma tiene ya cinco manantiales y desde su epicentro, en Paterna, se ha conseguido ya colar en numerosos hogares gracias, también a haber recurrido a una cara tan conocida como la valenciana Núria Roca, como imagen de marca en su día. Pero hasta llegar aquí, la firma impulsada por Alberto Gutiérrez arrancó con apenas siete empleados y dos furgonetas. Un origen pequeño para una firma que ahora lidera este tipo de negocio, ya consolidado.

La naranja es en sí misma una marca propia valenciana. Asociada a la región, su versión en formato zumo, la manera preferida de consumirlo, no podía haber surgido en un lugar que no fuera la Comunitat. Y en Moncada, en 1985, surgió Zumex, la marca que transforma la fruta en zumo al instante para tratar de desterrar los concentrados. Nació de la mano de Víctor Bertolín y otro grupo de socios, quienes patentó un sistema pionero para aprovechar la fruta a nivel industrual. Líder en el sector de la hostelería y en los supermercados, amplió pronto su presencia fuera de las fronteras valencianas y ya está en países como Estados Unidos, México o Francia. La ola de las tendencias saludables en el mundo de la alimentación ha disparado su número de máquinas y su facturación. ¿El secreto? El diseño de las máquinas para que expriman el zumo al máximo, sin aportar nada de la amarga piel, con un reconocido sistema antibacteriano.

Sin salir del mundo de la alimentación, llegamos a Herbolario Navarro, una de las marcas valencianas más longevas y con mayor auge hoy en día. Nacida en 1711, como una pequeña herboristería, cuenta ahora con más de medio centenar de supermercados ecológicos por nueve comunidades. Sus tiendas son ya una referencia en un sector en alza, como el de los productos ecológicos, orgánicos y sostenibles. Los inicios de los Navarro en el herbolario fueron en la calle San Vicente, aunque después marcharon a Periodista Azzati, al lado de un relojero. Músico Peydró, En Sanz, Padilla o Arzobispo Mayoral han sido otras de las calles testigos de la evolución de una empresa que ya factura más de 36 millones de euros. ¿Su calve? Haber sabido anticiparse a unas necesidades de un mercado que cada día es más verde.

En el mundo de la cosmética y la dermocosmética, la Comunitat es también un referente gracias a un buen puñado de marcas que llenan los estantes de salones de belleza y establecimientos de droguería. En nuestra región, en 2022, se vendieron al exterior productos cosméticos y de perfumería por valor de 545 millones de euros el pasado año. Y ahí, una de las referencias es Sesderma, la marca valenciana líder en innovación dermatológica. Fundada en 1989 por el doctor Gabriel Serrano, sus productos se encuentran en los lineales de los establecimientos de todo el mundo. Pioneros en el uso de la nanotecnología, sus cremas y sérums son ya un fijo en las rutinas de 'skincare' de pieles jóvenes y maduras que apuestan por la ciencia y no por los por los falsos milagros cosméticos.

Como curiosidad, el logotipo de la firma, una mariposa, también tiene historia. Su fundador, el doctor Serrano, es un enamorado de esta especie y en su país, Colombia, cuentan con el mayor catálogo de especies de mariposas del mundo. En concreto, 3.740. Así que es una manera de tener cerca sus orígenes. Además, estos animales están en continua transformación, desde que crean su crisálida hasta que son mariposas adultas. Un proceso que la marca quiere emular en su constante proceso de transformación de la piel.

Y precisamente Sesderma es una de las marcas que se puede encontrar en uno de los establecimientos de perfumería más reconocidos del país. Druni. Fundada en Carlet, en 1987, es ya una cadena de más de 300 tiendas y más de 2.000 empleados que triunfa, además, en el complicado mundo de las redes sociales, donde desde 2015 está posicionado a nivel digital con las compras online. Pero, Druni cuenta además con vistosos locales que funcionan casi como 'photocalls' para que los clientes puedan probar in situ los productos. Por eso, son unos de los redes del 'Get ready with me'.

Unos estislismos en los que, también se han colado por la puerta grande las zapatillas HOFF, diseñadas en Elche. Una de las marcas de calzado deportivo con mayor crecimiento en los últimos años. Influencers como María Pombo ya han sucumbido a esas zapatillas y la hija de Isabel Presyler, Ana Boyer, ganó el concurso de Bake Off: famosos al horno, calzándose unas. Fundada por Fran Marchena y Luis Miguel Botella, en 2016, su único objetivo era hacer zapatillas cómodas, modernas y versátiles. A juzgar por la facturación, lo han conseguido.

Su secreto no es otro que el producto. HOFF nació para ofrecer 'sneakers' de colores en un mercado en el que solo había zapatillas blancas. A esto además hay que sumarle sus suelas serigrafiadas, la comodidad del producto, que cuenta con plantillas que se adaptan a cada pie, y la continua innovación en sus siluetas que mezclan tejidos y detalles con los que captar distintas audiencias.

Como también Ale-Hop, la famosa marca surgida en Ondara, que tiene en la vaca de las puertas de los establecimientos a su mayor embajadora. Con una facturación de más de 170 millones de euros y pese a haber sido fundada por su propietario, Vicent Grimalt, con sólo dos empresarios, es una de las marcas con más valor para el consumidor. Y con sello valenciano. La de Ale-Hop es la historia de un empresario y sus cuatro hijos. Un relato que comenzó en Gata de Gorgos en los 70, con un pequeño negocio de souvenirs de madera de olivo y continuó en los 80 con importaciones de productos de Asia. En los 90 comenzó la implantación del negocio que es ahora, con una cadena de tiendas de distribución al por mayor y la apertura del primer local, en Dénia, con un concepto propio: que el local fuera el principal anuncio y con la vista puesta en la expansión. Así, la fachada, el escaparate y los primeros metros, donde se sitúa la famosa vaca, suponen una de las claves para el atractivo de los locales. Por eso, la firma se la juega a una buena ubicación de los establecimientos. Muchos, en grandes zonas de paso, aeropuertos o estaciones.

Aunque si hay una marca que traspasa fronteras es Cuadernos Rubio. La empresa valenciana ha estado presente en las casas de todos los niños y niñas de este país en los últimos 60 años. Sus pautas han servido para aprender operaciones matemáticas, ortografía o caligrafía. Unos cuadernos que, desde 2013,se venden en todo el mundo y que ya van por más de 325 millones de ejemplares. Una compañía que salió de la mente de un emprendedor como Ramón Rubio en 1956 para tratar de hacer «fácil lo difícil». Y a juzgar por el éxito de su método, 68 años después, parece un reto conseguido. Y con sello valenciano.

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