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Ya lo advirtieron diversos economistas y expertos del mundo empresa: las consecuencias económicas de la dana van más allá de los daños materiales y el ... lucro cesante de los meses que hayan podido estar paradas las compañías. Un claro ejemplo de ello es lo que están sufriendo empresas del sector químico en la Comunitat, que se han visto obligadas a paralizar inversiones de diferente índole tras haberse quedado sin dinero ante la lentitud del Consorcio para pagar las indemnizaciones.
Las compañías afectadas por las riadas del 29 de octubre han tenido que descapitalizarse para afrontar las reformas pertinentes de sus instalaciones y volver a la actividad, lo que ha comprometido seriamente su productividad y operaciones tan diversas como mejoras en innovación, ampliación de instalaciones o puesta en marcha de nuevos proyectos, según explica Amaya Fernández, presidenta de Quimacova a LAS PROVINCIAS.
«Se ha paralizado inversión en digitalización, en I+D+i para afrontar la sostenibilidad y la descarbonización, en innovación de nuevos materiales», explica Fernádez, quien subraya que se tratan de operaciones «muy necesarias» para seguir siendo competitivos. «Al haber usado el capital para reponernos de la dana con rapidez pues se van a retrasar hasta que repongamos ese capital», agrega la profesional, que es CEO de IRISEM, S.L.
La lentitud del Consorcio de Seguros en el pago de las indemnizaciones ha sido clave en esta parálisis, según Fernández. «Todas las empresas del sector nos hemos puesto en marcha con nuestros ahorros y fondos y seguimos con problemas para recibir dinero del Consorcio y de las ayudas. El problema que tenemos este años es que nos hemos descapitalizado y no hay dinero para invertir en innovación», reitera la empresaria, que sosotiene que «la productividad» de las empresas valencianas del sector se va a ver comprometida «si no reaccionan rápido».
El sector químico, que a su vez en globa multitud de subsectores, ha sufrido un impacto estimado de 30 millones en daños materiales a causa de las barrancadas que asolaron 75 municipios de la provincia de Valencia. A esto hay que añadir unas pérdidas de 120 millones de euros por lucro cesante, según los datos facilitados por Quimacova.
No obstante, una gran parte de esta industria se ubica en Paterna, por lo que la afección en términos generales ha sido inferior a la que han sufrido otros sectores más localizados en la zona afectada, como puede ser el mueble y el sector logístico.
En el caso del sector químico, se vio perjudicado de manera indirecta también por el daño que sufrieron las empresas de transporte especializadas, ya que la mayoría se ubica en Ribarroja. «Hemos estado como 20 días sin suministrar productos por esta cuestión. También hay que tener en cuenta las restricciones de entrada a los polígonos, ya que al no catalogar el químico como sector esencial, no podíamos acceder», explica Fernández, quien asegura que esta situación no ha derivado en el cierre de ninguna compañía del sector.
En el caso de su empresa, Fernández ha tenido que posponer la implantación de un programa para hacer las etiquetas con códigos de barras e instalar las pistolas de lectura en el almacén. «Lo hemos tenido que retrasar hasta saber qué nos va a pagar el Consorcio», cuenta desde su propia experiencia personal al cargo de IRISEM, S.L.
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