«Parafraseando al gran poeta chileno Pablo Neruda, confieso que he vivido y he luchado por dar vida a mi sueño, hoy hecho realidad, cuyo ... proceso, mi propia vida, voy a narrar en las páginas de este libro». Es la voz -en este caso, la letra- de la empresaria Carmen Vidal quien define qué es Germaine de Capuccini (hoy GdC Beauty Group) más allá de la compañía de alta cosmética que podría aparecer en una tarjeta de visita. Esta argelina de Alicante (nació en Reghaia, Argelia, en 1915 pero se crió en Famorca, Alicante) creó, casi de forma artesanal, un emporio de la cosmética profesional que hoy está presente en más de 80 países y que mantiene su sede, y sus raíces, en Alcoi.
Publicidad
«Me gusta insistir en la idea de que la suerte llega a quien la busca. Yo no habría hecho nada si me hubiese quedado sentada [...] Cuando miro atrás, creo que mi éxito es una combinación de fortuna, trabajo arduo y perseverancia», cuenta la propia Vidal en su autobiografía 'Así creé Germaine de Capuccini' (Editorial Videocinco, 1997), una obra en la que repasa su historia y la de la conocida como empresa del cisne, además de la moda y la estética de las últimas décadas.
Y así lo atestigua Pedro García, country manager de España de la firma que durante más de 50 años ha sido familiar pero que desde 2019 está en manos del fondo de inversión Acon y de la familia Abelló tras la venta por parte de la familia Vidal. Un cambio de propiedad con la vista puesta en una mayor expansión internacional y que ha supuesto que la compañía pase a denominarse, desde 2021, GdC Beauty Group y a englobar tres marcas: Germaine de Capuccini, Ainhoa y Biomimetic.
Noticia Relacionada
Pero antes de llegar a ese punto Germaine de Capuccini fue Dermabel, una peluquería y salón de belleza en Alcoi, con un pequeño local contiguo para fabricar cremas, con el que Carmen empezaba a dar forma a ese sueño que tuvo en su infancia argelina, en su curiosidad por todo lo relacionado con la belleza y el cuidado de la piel y en su inquietud por formarse.
Publicidad
Y esa historia empieza en Argelia, donde nació Carmen ya que sus padres, José Vidal y Carmen, residían allí. El primero, «un erudito y un apasionado de todo lo relativo a la vid», explica Carmen en su autobiografía, era alcoyano y había recalado en Reghaia para dirigir una explotación agrícola. Con cuatro años de edad, la fundadora de Germaine de Capuccini regresa a España, donde la familia se instala en Famorca (Alicante) en una casa que rememora a la que tenían en Argelia. Su madre nunca dejara de contarle «exóticas historias» de aquel país que siempre la fascinó. A ambas.
De hecho, allí regresó con su padre a comienzos de los años 30 debido a la tensa situación política que se viví en España. Es el momento en que comienza su aprendizaje gracias al tiempo que pasó con las esposas de los amigos de la familia, quienes compartieron con ella sus secretos de belleza. En 1932 regresó a España y no tardó en elaborar sus propias cremas. La primera, «una pomada compuesta por esperma de ballena, agua de rosas, aceite de almendras dulces y cera de abejas», describe ella misma.
Publicidad
En 1935 se casaba y, un año más tarde, nacía su primer hijo, Vicente. Luego llegarían María del Carmen y los mellizos Rosario y Jesús. Este último tomó las riendas de la compañía con el fallecimiento de la fundadora de Germaine de Capuccini. Pero eso sería en 2003.
Los años de la posguerra fueron para la familia Vidal, como para tantos otros españoles, los de la subsistencia gracias a explotar las tierras que tenían. Quedó aparcado el sueño de Carmen de dedicarse plenamente al mundo de la estética aunque seguía preparando cremas para sus amigas. Lo retomó años más tarde cuando, para ayudar a la economía familiar, vuelve a trasladarse a Argelia y obtiene un contrato en el instituto de belleza de Madame Fabré al tiempo que completaba su formación con estudios de Enfermería y Fisioterapia. Comenzaba la década de 1950.
Publicidad
Los secretos y el uso de la cosmética natural aprendidos en Argelia durante su infancia y las técnicas y el saber hacer adquiridos en París (donde aterrizó el 30 de septiembre de 1962 y no abandonaría hasta 1966) habrían de convertirse en el estandarte de una de las empresas de cosmética profesional de mayor prestigio en el mundo.
Y lo hizo entrando en el mercado intermedio, en el de los productos y tratamientos exclusivos enfocados a la labor del profesional esteticista. Como recuerda Pedro García, «aquello fue un avance porque entonces los tratamientos de estética se veían poco en España y ella quiso darle una subida de nivel, basado en calidad, profesionalidad, compromiso con la mujer y la innovación».
Publicidad
Fue en su etapa parisina, donde trabajó con Madame Melià, colaboró como articulista en la revista 'Elle' y ejerció de enfermera, además de continuar sus estudios, cuando decide lanzarse de lleno a por su sueño y emprender, ya que Carmen Vidal tuvo la osadía de querer ser empresaria en una etapa complicada para el desarrollo profesional de la mujer, pues eran los años de la dictadura franquista.
Con los ahorros conseguidos decide montar, en 1964, una peluquería y salón de belleza en Alcoi, con un local contiguo para fabricar sus productos. Allí nacería el germen de Germaine de Capuccini bajo el nombre de Instituto de Belleza Dermabel, con tres oficiales y sus hijos Jesús y María del Carmen al frente. Dos años más tarde, en 1966, regresa a España con las ideas muy claras: crear una empresa de fabricación de productos cosméticos.
Noticia Patrocinada
Fue paso a paso y, tras años de trabajo y de su habilidad profesional, logró hacerse con una clientela estable y creciente. «Sólo quedaba un obstáculo [...] necesitaba un nombre», reconoce Vidal en sus memorias. Y, aunque le hubiera gustado que sus productos llevasen su nombre (algo habitual en países europeos), optó por uno extranjero. En la estética, la credibilidad se asociaba a lo francés y así surgió Germaine de Capuccini: Germaine para respirar carácter francés y Capuccini en honor a su actriz francesa favorita (Capucine). Y adoptó el cisne como imagen de marca porque ese ave simboliza «a la perfección lo que los productos cosméticos pueden aportar a la mujer: elegancia, serenidad, belleza y pureza».
«Mi historia es una buena prueba de que no hay una edad límite para empezar si se mantiene la ilusión y el convencimiento de que cualquier idea se puede sacar adelante», recoge la fundadora en su autobiografía. Y es cierto que su sueño no tuvo límites a la hora de crecer, pues en apenas una década el negocio de carácter artesanal y familiar se convirtió en una empresa que tuvo que ampliar instalaciones, dotarse de medios técnicos y contratar más personal.
Publicidad
Así, en 1975, se levanta la primera fábrica con almacén, laboratorio y oficinas. En 1976 la compañía pasa a ser sociedad anónima, con Carmen Vidal de presidenta y sus cuatro hijos en el consejo. Dos años después, en 1978, comienza la internacionalización por Venezuela. Hoy los productos de Germaine de Capuccini se distribuyen en prácticamente todo el mundo; de hecho, el 59% de sus ventas proceden del extranjero.
En 1982, nueva fábrica, «fue un paso más para mejorar las instalaciones, es donde nos encontramos en la actualidad y ha ido creciendo con la adquisición de naves colindantes, hasta los 16.000 metros cuadrados», detalla Pedro García. «Siempre quiso permanecer en Alcoi a pesar de haber tenido alternativas más operativas o cómodas; quiso mantener sus raíces y dar trabajo para la gente de la ciudad y la comarca, especialmente dar empleo a mujeres», añade el country manager de España de la firma. En este sentido, actualmente el 80% de los trabajadores de la sede central son mujeres.
Publicidad
Germaine de Capuccini fue creciendo y Carmen Vidal cosechando reconocimientos a su labor profesional, como la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo otorgada en el año 2000, el Premi a la Dona Treballadora de Les Corts y el Premio Nova a la Mujer Emprendedora del Impiva, entre otros. También fue nominada a Mejor Empresario del Año por la Cámara de Comercio.
En 2019, tras unos años de turbulencias internas entre las ramas de la familia, sus herederos (la segunda y tercera generación) acordaban vender el 100% de la empresa a la 'joint venture' formada por dos fondos de inversión (Acon Investments y Torreal). Empezaba así una nueva etapa centrada en potenciar la expansión internacional, sumar nuevas marcas en la cosmética y abarcar nuevos sectores, siempre con la I+D+i en el ADN de la compañía y con la filosofía de mantenerse al lado de los profesionales de la estética.
Publicidad
«A veces digo que Germaine es mi quinto hijo. Es el que más desvelos me ha dado, pero que también ha reportado innumerables satisfacciones a toda la familia», reflexiona en las últimas páginas de sus memorias Carmen Vidal, una mujer transgresora, enérgica y vital cuya historia es ejemplo de éxito empresarial.
Germaine de Capuccini se engloba, desde 2021, en GdC Beauty Group tras la adquisición del fondo de inversión. Como explica Pedro García, country manager de España, la compañía se encuentra ahora en un momento de «transformación digital, inversión en I+D y apuesta por la internacionalización». Una estrategia para las tres marcas: la consolidada Germaine de Capuccini; Ainhoa, «una marca profesional pero más popular y con precios más asequibles, orientada a cosmética natural y vegana; y Biomimetic, especializada en el canal de farmacia.
La empresa tiene el 41% de sus ventas en España, mercado principal mientras que el 38% procede de Europa, con tres filiales propias en Italia, Bélgica y Reino Unido. El tercer mercado es Latinoamérica, con dos filiales en Colombia y República Dominicana. «Como proyectos clave estamos inmersos en un plan de crecimiento ambicioso en Estados Unidos, con filial propia en Miami, y queremos desarrollar las tres marcas en el mercado asiático», detalla el portavoz.
Asimismo, han puesto en marcha el Club Germaine para fortalecer los vínculos entre el consumidor y el centro de estética. Según García, «te vinculas a un centro de estética y tienes unas condiciones promocionales. Y el centro siempre va a obtener un beneficio de la venta directa que GdC hace porque el cliente está asociado a ese centro». ¿El objetivo? «Dar respuesta a esas generaciones que compran todo online».
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.