I. H.
Jueves, 11 de octubre 2018, 01:09
valencia. El empresariado valenciano recibió ayer con preocupación y cautela el jarro de agua fría llegado desde Colonia, en forma de anuncio de recortes de todo tipo en el negocio europeo de Ford. El presidente de la CEV, Salvador Navarro, hizo hincapié en la productividad y competitividad demostrada por Almussafes, sin querer anticipar escenarios en el actual contexto de proteccionismo y cambios en el negocio del automóvil.
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Y otro tanto sucedió con AVIA, la asociación que agrupa a Ford y un centenar de empresas de automoción. Sin entrar en las posibles consecuencias del ajuste de Ford, desde la industria auxiliar citaron «el 'Brexit', la situación de Turquía y los aranceles impuestos por Donald Trump en Estados Unidos» como los retos actuales del sector, que obligan a los proveedores a «ser más competitivos y flexibles con el objetivo de mantener las industrias que son, en definitiva, quienes proporcionan empleo y riqueza a la sociedad».
Las empresas de AVIA demandan a las administraciones la búsqueda de nuevas inversiones para la Comunitat Valenciana que les permitan diversificar su cartera de clientes y las posibilidades de generación de riqueza. Todo ello, en un contexto en el que deben dar «un salto cualitativo hacia las nuevas innovaciones disruptivas», y «por tanto dar entrada a nuevas industrias y sectores», mientras se prevé un cambio en el modelo de consumo de automóviles donde prime el uso sobre la propiedad.
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