El swing se baila con zapatos 'made in Elda'
Una licenciada en Bellas Artes creó Madame Dynamite para diseñar y producir modelos que no se fabricaban en España | La compañía nace en una de las cunas del calzado, recuperando el estilo de los años 30 para una afición que crece desde hace décadas en Europa
ELÍSABETH RODRÍGUEZ
Sábado, 13 de abril 2019
Una joven valenciana apasionada del swing y con titulación en Bellas Artes fueron los dos elementos principales para crear Madame Dynamite, una empresa que diseña y produce zapatos para practicar este tipo de baile, que nació en el sur de Estados Unidos y se fue desarrollando durante las primeras décadas del siglo XX al ritmo de jazz, alcanzando su apogeo en los años convulsos 30.
Según explica la fundadora de la firma, Mayte Ample, en España sobra la afición al baile, pero falta el material para bailarlo. Esa es la razón que le movió a emprender Madame Dynamite, una startup que acaba de sumarse al programa Garaje de Lanzadera -aceleradora de empresas de Juan Roig- para empezar a generar las primeras ventas. «Estuve muchos años metida en la escena swing y viajé a bastante a festivales dentro y fuera de España. Siempre que iba fuera veía a las bailarinas con unos zapatos super bonitos, y luego cuando venía a España no encontraba esos zapatos», cuenta la emprendedora.
Después de buscar durante años en internet zapatos 'made in Spain' para bailar swing, Ample dio el salto y se puso a producirlos. «Me fui a Elda, busqué una fábrica de zapatos y empezó todo», cuenta la joven empresaria. De este modo, la cuna de la industria del calzado en España acogió también la fabricación de un zapato absolutamente retro y orientado al baile.
La fundadora encontró un nicho de mercado tras varias visitas a festivales de otros países
«Además de tener un diseño retro que gusta mucho a los bailarines, para bailar swing es necesario que tengan suela de cuero para que deslice en suelos de madera, el material más habitual en las salas de baile. También tienen que ser muy cómodos y los míos gustan mucho porque lo son», explica Ample, que añade que estos zapatos no sólo interesan a bailarines, sino a cualquiera que aprecie la moda retro.
Una filosofía feminista
Junto a la estética y la comodidad, Madame Dynamite ha incorporado a su producto un discurso feminista que forma parte de la filosofía de la firma y que subyace en la historia de las mujeres que empezaron a calzar este tipo de zapatos. «Este nombre viene de una canción de los años 20 compuesta por Eddie Condon. Quería poner el nombre de una canción, busqué en la lista de canciones de Spotify específica para bailar balboa, con tiempos más rápidos, y allí estaba el nombre perfecto, Madame Dynamite, ya que para mí define un poco lo que quiero contar, los valores de la mujer del siglo XXI. Libre, decidida, femenina, aventurera y fiel a sus principios. Mujeres independientes, que no necesitan la figura del hombre para desarrollarse como persona y que salen a la calle diciendo que no somos el sexo débil», detalla la fundadora de esta startup.
En ese sentido, según apunta Ample, en la actualidad el 'lindy hop' es un baile igualitario, porque el bailarín y la bailarina intercambian los roles cada vez más a menudo. Hay que señalar que en este tipo de bailes el 'leader' es quien marca los pasos y habitualmente es el chico mientras que la 'follower' es quien los sigue y tradicionalmente es una chica. «Ahora cada vez hay más chicas que lideran», afirma. «En estos momentos está muy de moda que las chicas lideren o incluso que las 'followers' lideren, porque al final no es necesario que sea el chico quien siempre marque los pasos», indica.
Aunque el swing protagonizó su punto álgido en los años 30, en la década de los 80 se volvió a poner de moda en Europa debido al impulso inicial de dos personas en Suecia. «En aquel tiempo unos suecos vieron la película Hellzapoppin, un referente en el movimiento, y les gustó tanto que sacaron paso a paso la famosa escena de baile y aprendieron con ella», relata Mayte Ample.
Estos dos suecos fueron, en parte, responsables del «revival del swing» hace cuarenta años al rescatar a figuras como Frankie Manning, el coreógrafo afroamericano que aparecía en esa escena después de llevar 30 años retirado. Este bailarín se dedicó a viajar y a divulgar el espíritu del 'lindy hop' por el mundo entero. Manning fue la figura clave para que el baile swing se extendiera por Asia y Europa y en España.
Según explica Ample, el fenómeno swing se diseminó tanto que sólo en Valencia, por ejemplo, hay cinco academias de baile para este género musical.
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