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Imagen de archivo de una ITV en Valencia IRENE MARSILLA
ITV | La ITV endurece las inspecciones desde el 1 de junio

La ITV endurece las inspecciones desde el 1 de junio

Llegan cambios importantes y las sanciones serán más fuertes para los conductores de los vehículos que no estén en condiciones

R. D. | patxi fernández

Miércoles, 26 de mayo 2021, 19:46

Las ITV se endurecen a partir de junio. Llegan cambios importantes y las sanciones serán más fuertes por circular con el coche sin tener la ITV en regla. En la actualidad, casi el 8% del total del parque automovilístico de España no tiene ni la ITV ni el seguro vigente en regla. Representan más de dos millones y medio de vehículos y el 68% son turismos. Las autoridades se han puesto manos a la obra para solucinarlo.

Supone un peligro que los vehículos que no han realizado la ITV correspondiente, sin tener en cuenta si disponen de seguro obligatorio vigente, son 4 de cada 10. Esto significa que ese porcentaje de vehículos puede no estar cumpliendo con los estándares mínimos de seguridad y protección del medio ambiente y puede tener como consecuencia directa un aumento considerable tanto de la siniestralidad en carretera como de las cifras de heridos y fallecidos en accidentes de tráfico.

Según explican desde AECA-ITV, a partir del 1 de junio se endurecerán las sanciones por circular con el coche sin haber superado la ITV, además de introducirse algunos cambios en las inspecciones. Así, circular sin tener la ITV ni el seguro vigente se considera una infracción grave o muy grave. De acuerdo al régimen legal actual, no tener la inspección técnica al día puede conllevar una sanción económica de 200 o 500 euros, dependiendo del caso; mientras que no tener el seguro obligatorio vigente, puede implicar una multa que varía desde los 601 euros a 3.005 euros, según el tiempo sin asegurar y la reiteración de la infracción.

Tener la ITV caducada, es decir, tanto circular con el vehículo como tenerlo estacionado en el garaje o en la calle sin haber realizado la inspección técnica en la fecha en la que le correspondía acarrea una sanción económica de 200 euros y la obligación inmediata de realizar la ITV. Seguir circulando con el vehículo pese a que se detecten defectos graves que sólo le permitirían desplazarse hasta el lugar de reparación genera una multa de 200 euros. En este supuesto, el titular del vehículo está obligado a reparar los defectos graves y volver a la estación de ITV, en un plazo máximo de 2 meses, para comprobar la subsanación de dichos defectos.

Circular con una ITV negativa, es decir, seguir circulando con el vehículo al cual se le han detectado defectos muy graves acarrea una sanción de 500 euros. En estos casos, el vehículo no está autorizado a abandonar la estación de ITV por medios propios, sino que tendrá que hacerlo transportado por una grúa hasta el lugar de reparación y volver a la estación ITV, en un plazo máximo de 2 meses, para comprobar la subsanación de los defectos.

A esta situación de sanciones por no tener la ITV vigente, hay que añadir la no cobertura de la compañía aseguradora en caso de siniestro, lo que puede originar unos elevados gastos para el propietario del vehículo en función de la gravedad del siniestro.

Los cambios principales

Entre las novedades que entrarán próximamente en vigor destaca que desde el 1 de junio se considerará defecto grave el mal funcionamiento del sistema de frenada ABS en los vehículos donde no es obligatorio llevarlo. Esto quiere decir que si disponemos en nuestro vehículo de sistema ABS, aún no estando obligados a llevarlo, si se enciende el testigo de mal funcionamiento será considerado como defecto grave y motivo de inspección desfavorable. Hasta ahora esto simplemente era un defecto leve y no era motivo de rechazo. Lo mismo sucede con el posible desprendimiento de los espejos retrovisores que también pasa a considerarse como un defecto grave.

Además, se establece la posibilidad de comprobar los datos del permiso de circulación por medio del Registro General de Vehículos de la DGT en caso de no ser presentado éste en la estación ITV y se excluye a los vehículos del Reino Unido del Espacio Económico Europeo.

Los pasos de la ITV

Sin importar si es el titular del vehículo el que acude a la ITV o no, el procedimiento será el mismo. Lo más importante es que la persona que lleve el vehículo cuente con los documentos de identificación del mismo, es decir, con los originales de la tarjeta de inspección técnica y el permiso de circulación.

En la estación de ITV se revisan tanto aspectos mecánicos como administrativos relacionados con el vehículo. Lo primero que se inspecciona es la identificación del vehículo, comprobando la marca, modelo, número de bastidor y matrícula del vehículo, que deben coincidir con los que constan en la documentación del mismo. Además, debemos llevar los originales de la Tarjeta de Inspección Técnica y del Permiso de Circulación.

El vehículo no debe presentar defectos de oxidación y/o corrosión en elementos que afecten a los sistemas de seguridad ni aristas que puedan causar lesiones a los peatones. Elementos como los limpiaparabrisas y las puertas deben funcionar correctamente. En cuanto a los cristales, deben estar homologados y sin roturas que afecten a la visión. Además, el vehículo tiene que llevar los retrovisores necesarios, estar en buen estado y sus fijaciones deben ser las óptimas.

En el interior, los asientos tienen que estar perfectamente anclados a la carrocería. Los cinturones de seguridad deben ser los reglamentarios. Se presta especial atención a su correcto funcionamiento y a los sistemas de fijación y anclaje. En caso de llevar sistemas de retención infantil, también se revisa que sean los adecuados. Además, se verifica el funcionamiento del antihielo, antivaho y del antirrobo y velocímetro. También que no haya obstáculos que limiten el campo visual directo.

Con un aparato llamado regloscopio, los técnicos de la ITV comprueban la orientación de las luces de cruce y carretera. También que estén homologados todos los dispositivos de iluminación y señalización y que el vehículo lleve el número reglamentario de luces y que estas están en perfecto estado.

Se utiliza un analizador de emisiones para verificar que las emisiones del vehículo son inferiores a los límites establecidos de acuerdo a su fecha de fabricación y al tipo de combustible utilizado. También se comprueba el ruido que produce el vehículo y que este no supere lo que establece la legislación vigente.

Se revisa el estado y funcionamiento de los frenos, desde el pedal y hasta el bombín de la rueda. Mediante un frenómetro de rodillos se comprueba que la frenada es superior a la mínima exigida según el tipo de vehículo. También se verifica que las ruedas de un mismo eje frenan con el menor desequilibrio entre ellas.

Se vigila el estado, el funcionamiento y las posibles holguras que puedan tener el volante, la columna, la caja de dirección y toda la timonería y las rótulas del mecanismo de dirección del vehículo.

También se comprueba el estado general de los ejes y de las ruedas y que los neumáticos que lleva el vehículo son los homologados para ese modelo. Además, se revisan los componentes de la suspensión, sus fijaciones, daños, fugas o protecciones.

Se examina el estado del motor, prestando especial atención a las pérdidas de aceite y al estado de sus anclajes, a la batería, al depósito de combustible, tuberías y las posibles pérdidas del sistema de alimentación. También se revisa el sistema de escape, el estado de la transmisión y sus posibles pérdidas.

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