En tiempos de coronavirus, la digitalización se consolida como una necesidad generalizada para ciudadanos, empresas y Administración, y los emprendedores tecnológicos advierten de que, si no reciben apoyo público, difícilmente se podrá acometer esa transformación digital.
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Desde la asociación Startup Valencia se suman así a las críticas a los mecanismos de liquidez prometidos para capear el coronavirus, realizadas desde el comercio, la hostelería e incluso la patronal autonómica, y aseguran que "ni los préstamos ICO del Gobierno ni los IVF-SGR de la Generalitat están llegando a las startups valencianas".
Así lo reflejan sus asociados en una encuesta, en la que la línea de préstamos del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), con aval de la Sociedad de Garantía Recíproca Afín SGR, figura como la peor valorada por las startups.
Entre otros motivos, porque "en algunos casos llegan a solicitar avales personales del 100% de la operación a los propios emprendedores" para acceder a la financiación.
Para su presidente, Juan Luis Hortelano, esa exigencia de avalar personalmente todo el crédito "es algo incomprensible en el actual marco de ayudas, en las circunstancias que vive la economía".
Según los requisitos publicados por el IVF, el organismo que dirige Manuel Illueca solicita a autónomos y microempresas "una garantía efectiva de cobro", entendida como el aval de un banco o una sociedad de garantía recíproca. En este caso, Afín SGR, presidida por Illueca y encargada de tramitar esas solicitudes.
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Preguntados por la exigencia de aval personal, desde la Conselleria de Hacienda niegan un cambio de criterio y aseguran a LAS PROVINCIAS que "se suele pedir aval personal en empresas de nueva creación o, lógicamente, en situaciones en las que la solvencia de la operación es baja".
En este caso, se da la paradoja de que, ante la inclusión de esa condición del IVF, hay quien opta por pedir el préstamo a bancos privados y lo obtiene sin aval personal, según apunta el portavoz de Industria del PP en Les Corts, Felipe Carrasco, y confirman diversas fuentes empresariales.
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"Hay microempresas que, al plantearles trabas como la exigencia de afianzamiento personal, rechazan la supuesta ayuda y se van a entidades financieras, con la sorpresa de que varias les aprueban el crédito, sin fianza personal, y pueden elegir la más ventajosa", asevera Carrasco.
Más allá de pedir aval personal a quienes acuden en busca de liquidez con aval público para sobrevivir al parón, desde Startup Valencia critican que los criterios de concesión "están penalizando los modelos de negocio planteados por emprendedores tecnológicos que necesitan liquidez de forma inminente".
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En este sector, según explican, es habitual dedicar un año o más tiempo al desarrollo de un producto, sin facturar, y "cuesta que salgan los números para convencer a un banco desde el plano meramente económico".
Además de señalar esas particularidades, las startups valencianas piden "menos burocracia, agilidad en plazos y transparencia" a las administraciones y defienden que "la innovación y la tecnología facilitarán que los sectores más afectados por la crisis sean más competitivos y se puedan adaptar rápidamente a los cambios que ha traído el Covid-19".
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