Propietaria de un pequeño comercio limpia su local, arrasado por las inundaciones. EFE/ Manuel Bruque

La factura mil millonaria de las riadas

Las consecuencias económicas de la dana tienen un impacto directo de 13.314 millones, pero conlleva también el cierre definitivo de pequeños negocios y la pérdida de confianza empresarial

Lunes, 30 de diciembre 2024, 00:27

Hacer balance económico del año 2024 en la Comunitat Valenciana es, por desgracia, sinónimo de hablar de la factura que deja la terrible dana y sus riadas. Además de las pérdidas humanas y materiales, sus devastadores efectos en la provincia truncan el buen ritmo ... económico que estaba registrando la autonomía, que anotó un avance 3,9% en el tercer trimestre respecto a 2023. El impacto de la tragedia recorta el crecimiento un 1,6%.

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Aunque es inevitable poner números sobre la mesa, lo cierto es que esta factura va mucho más allá de los daños más inmediatos. El recibo que deja esta tragedia no sólo cuesta los 13.314 millones de euros que ha calculado la Cámara de Comercio de Valencia, sino que incluye aspectos tan relevantes como la pérdida de negocios debido a aquellos que no volverán a abrir, así como otros más difíciles de calcular, como puede ser la merma de competitividad para aquellas empresas que durante su cierre temporal han sido adelantadas por la competencia.

Según explica Sergio Gordillo, socio director de la consultora Improven, el impacto de la dana del 29 de octubre es desigual en el ámbito mercantil. «Los más afectados son aquellos que han tenido pérdidas muy relevantes e incluso totales en bienes personales, empresariales y sociales. En general, las empresas valencianas, y sobre todo las más pequeñas, tienen una vinculación absoluta de estas tres dimensiones en la zona que actúan, por lo que se encuentran en una situación de absoluta desesperación», señala. A medida que la vinculación entre esas tres dimensiones es menor, la recuperación será más rápida y factible.

Pero, ¿cuál es el perfil de esas compañías que no podrán levantar la persiana de nuevo? Según Gordillo, aquellas con menos de 3 ó 4 personas y que ya vivían al día. «No sólo han perdido sus actividades empresariales sino también sus bienes personales. Su viabilidad económica a corto plazo no será factible, no por las ayudas que puedan recibir, sino por la imposibilidad de devolver préstamos e incluso en otras ocasiones por no querer mantener su vida en el lugar de los hechos», explica.

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En el empleo, el impacto se ha podido amortiguar gracias a la activación de ERTE por fuerza mayor. No obstante, las cifras de expedientes de regulación de empleo dan buena cuenta de la dimensión de la tragedia en términos laborales. Según los datos más recientes de Labora, el total de ERTES asciende a los 2.930, con 31.038 trabajadores afectados. El total de empresas en esta situación es de 2.846. Además, los trabajadores en ERTE suponen el 7,7% de las afiliaciones de la zona. Por su parte, el Ministerio de Trabajo sitúa la cifra de trabajadores acogidos a un ERTE en 31.668.

Además de el creciente número de trabajadores acogidos a un ERTE, la Seguridad Social calcula que el número de empleados afectados por la dana es de 400.000, un tercio de todo el empleo registrado en la provincia de Valencia. Más concretamente, hablamos de 350.000 asalariados y casi 70.000 autónomos, ha trasladado el número dos de Elma Saiz en el ministerio.

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Ante la ingente cantidad de trámites a los que se enfrentan las empresas damnificadas, Gordillo hace un llamamiento a las administraciones públicas para facilitar el proceso, debido al desgaste de recursos que supone este proceso. «Sin duda, el gestionar la vuelta a la normalidad, la tramitación de los seguros, así como la adecuación de instalaciones y equipamientos tendrá un impacto negativo tanto en la cifra de negocio como en las rentabilidades al tener que estar destinando recursos a estos menesteres, por lo que reducir los trámites legales será sin duda un deber de las administraciones», destaca Gordillo.

Esta hecatombe en forma de ERTE y de cierre de negocios ha tenido una onda expansiva que se ha dejado ver en el comportamiento de los consumidores, como es lógico. En la zona cero, compuesta por 15 municipios, el gasto con tarjeta cayó un 83% entre el 30 de octubre y 5 de noviembre respecto al promedio de facturación del 1 al 28 de octubre, según un informe de CaixaBank Research a través de los datos facilitados por CaixaBank. En cambio, en el conjunto de las 74 localidades golpeadas por la dana el gasto cayó un 27% en ese periodo. El gasto con tarjetas extranjeras en la zona cero cayó un 91%, mientras que en el conjunto de los municipios afectados la reducción fue del 53%.

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Otro indicador del golpe que supuso la dana para el consumo durante los primeros días es el de los bizums realizados. Según un estudio de BBVA Research, estas operaciones cayeron en picado entre el 29 de octubre y el 4 de noviembre en los municipios más castigados. En Paiporta y Algemesí fue donde se registraron las mayores caídas, con un desplome de cerca del 30%. El promedio de toda la provincia también se vio afectado, al reducirse los bizums un 10% aproximadamente. Tras el 4 de noviembre se empezó a recuperar la actividad de este tipo de operaciones con el teléfono móvil. De hecho, los bizums se utilizaron de forma masiva y generalizada a partir del 11 de noviembre, especialmente en los municipios más afectados.

Y, por supuesto, la venta de vehículos es otro claro indicador de los efectos de la dana. El crecimiento de las matriculaciones en la provincia también superó al del resto de España al aumentar un 51% interanual entre el 29 de noviembre y 5 de diciembre frente a la caída del 17% nacional.

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Otro de los puntos clave para entender la dimensión de la tragedia es el de las ayudas. El Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) a mediados de diciembre sólo había abonado 304 millones de euros de los 3.500 millones en los que presupuestó. Por su parte, la Generalitat asegura haber puesto en marcha 854 millones de euros en ayudas directas.

¿Y qué se espera del 2025? Pues el informe de Coyuntura y Perspectivas Económicas de la CEV prevé que la recuperación no será completa antes de 2026. Ahora, a las puertas de 2025, uno de los principales desafíos a los que se enfrentan las empresas afectadas es la pérdida de confianza para mantener sus actividades en la zona, según destaca Gordillo. «Compañías y clientes entenderán que para mitigar sus riesgos futuros es factible que busquen proveedores en ubicaciones diferentes a la zona afectada, por no decir el encarecimiento de los seguros así como la reducción del valor de los inmuebles», afirma.

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Sector agrario: Hasta cinco años para poder recuperarse

La recuperación más lenta se dará en el sector agrícola, en el que la plena producción de los árboles arrancados podría retrasarse hasta los cinco años, según la CEV. Desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) se traslada un panorama negativo. Los daños directos causados por la dana se estiman en 1.379 millones de euros.

Industria del metal: La puntilla a un sector en horas bajas

En el sector industrial, la recuperación será más heterogénea entre sus diversas ramas, y algunas, como la del metal, no prevén recuperar los niveles previos hasta mediados de 2026. El impacto en la rama del metal es de 1.210 millones de euros, según Cámara Valencia. Esto se suma a la complicada situación de la que partía el sector en el último año.

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Madera: Nueve meses para conseguir la reactivación

La industria de la madera prevé que en nueve meses se recupere un alto porcentaje de la producción, pero advierte de que «es difícil» saber el grado de recuperación total, dado su peso en l'Horta Sud. Los daños directos en el sector de la madera y el mueble se sitúan en desde 1.300 millones, según Fevama, mientras que Cámara calcula 316 millones.

Maquinaria: Un golpe de 1.215 millones de euros

En la industria de fabricación de maquinaria y aparatos eléctricos se le estima un elevado daño directo de 1.215 millones, según Cámara. Si bien en la zona cero su incidencia ha sido reducida al situarse en un 7%. Cabe destacar el elevado número de empresas del sector de artes gráficas y reparación de maquinaria ubicadas en los municipios con elevada afectación de la dana. El perfil de las firmas arrasadas es de empresas de reducido tamaño, en su mayoría familiares, por lo que tienen un elevado grado de vulnerabilidad frente a desastres naturales.

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Transporte: Un impacto con onda expansiva a otros sectores

La factura de la dana en el sector del transporte y logística es de 2.189 millones de euros, según Cámara Valencia. La cadena logística se vio gravemente afectada tanto por los daños en las carreteras como en naves de empresas. Este sector venía de un tercer trimestre con un crecimiento superior al 4% respecto al anterior.

Construcción: De damnificado a pieza clave para reconstruir

La construcción en la Comunitat vive una paradoja, como también sucede en el de la madera. Por un lado, hay empresas afectadas, con un daño de 3.813,1 millones de euros. Mientras que, por otro, será uno de los sectores que más deberá contribuir a la reconstrucción de la zona afectada, lo que supone un desafío y una oportunidad.

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Químico: Un oasis optimista dentro del desastre

Los efectos directos en el sector químico «no han sido cuantiosos», según la CEV, pero sí les afectarán por vía indirecta, a través de los sectores cliente más dañados. Según la Asociación de Empresas Químicas de la Comunitat Valenciana (Quimacova), las pérdidas estimadas se sitúan en 130 millones de euros. Desde la asociación esperan recuperar los niveles de actividad previos a la dana «antes de finalizar el primer trimestre de 2025». No obstante, desde el punto de vista de la organización, la recuperación «podría ser antes si las ayudas del Gobierno llegan pronto y bien». Para el conjunto del año, la asociación señala que el sector en la Comunitat Valenciana acabará con buenas cifras tras, «remontar en ventas nacionales y en exportaciones», esperando terminar el ejercicio del año «en positivo». Con respecto al empleo y la inversión, también se realiza un buen balance, gracias a las mejoras productivas.

Plástico: Daños de 61 millones y un año para recuperarse

Los daños en el sector del plástico ascienden a 61,7 millones. Las dificultades logísticas para operar con normalidad ha afectado al suministro de materias primas. Prevén un año para recuperarse.

Hostelería: Más de 200 empresas pueden cerrar

La dana ha afectado a aproximadamente 1.400 empresas de la rama hostelera y ha ocasionado daños directos por valor de 301,6 millones de euros, según la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (FEHV) . Además, se estima que un 15% de los establecimientos están valorando el cierre definitivo, lo que se traduce en 210 compañías en riesgo potencial de no volver a levantar la persiana nunca. De cara al 2025, se estima que la facturación «no va a llegar ni al 60%» de la cifra de 2024, ya que los efectos de las riadas en la provincia de Valencia se van a notar durante todo el 2025. A esto se agrega otro dato: puede existir una pérdida de empleo en el sector del 15 %. El sector no espera recuperar las cifras de actividad y empleo hasta el año 2026. La tragedia ha llegado en un momento de desaceleración de la actividad en el tercer trimestre, aunque anotaba un avance del 7% entre enero y septiembre.

Automoción: Puntapié a una industria ya tocada

Si había un sector que antes de que llegase la dana ya estaba atravesando un año complicado ese era, sin lugar a dudas, el de la automoción. La fabricación de automóviles y componentes, un sector que aporta un 8% al PIB de la Comunitat, vivía un momento difícil debido a la caída de ventas, a la falta de un plan concreto y eficiente para virar hacia la electromovilidad y a la entrada con fuerza del vehículo asiático en Europa. Tras la tarde del 29 de octubre, los males se multiplicaron. Aunque la fábrica de Ford no se ha sido afectada, sí lo han sido una parte significativa de sus proveedores. Los daños directos estimados para el sector se estiman en 1.126 millones de euros, de los cuales 562 millones de euros corresponden a la zona cero, según Cámara.

Los accesos a la planta de Ford Almussafes, motor de gran parte de la industria de la automoción en la región, quedaron anegados. Naves de empresas auxiliares completamente inundadas, maquinaria destrozada, piezas perdidas y un paro de producción total durante más de una semana. La solidaridad y colaboración entre empresas del sector fue el primer paso hacia esa nueva normalidad que busca no solo el sector de la automoción, sino todo el tejido industrial valenciano. Desde Avia, el clúster de automoción y movilidad de la Comunitat, consideran que se ha producido «un aluvión de ofertas generosas de colaboración y trabajos diversos para apoyar a las empresas afectadas» procedentes tanto de «otros asociados de Avia que no estaban afectados, como de compañías de fuera de la provincia de Valencia y de otros clústeres». Sin embargo, como explica Francisco Segura, presidente de la patronal, «todo esto no es suficiente».

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Con daños cuantificados en más de mil millones de euros la industria de la automoción se enfrenta a un proceso de obligada recuperación, que no será nada sencillo de llevar a cabo. A la complicada situación de la que partía la industria antes de la llegada de la dana se suma ahora un escenario tan inesperado como inoportuno. De modo que el sector, que en los últimos años ya ha demostrado su capacidad de resiliencia, mira hacia delante, aunque para hacerlo debe aferrarse a las ayudas aportadas tanto por el Gobierno como por la Generalitat. En ese sentido, la patronal critica la agilidad y la cantidad de las mismas: «Las empresas necesitan que se agilicen las ayudas que se han comprometido y que, además de ser insuficientes, no están llegando con la agilidad requerida».

Con Ford Almussafes produciendo a cuentagotas un único modelo de coche y el resto de la industria peleando por hacerse un hueco en el mercado, la diversificación es cada vez más necesaria. Es decir, no mirar de manera exclusiva al sector del automóvil, sino readaptar la actividad de las empresas de la industria para ofrecer soluciones a otros sectores.

Comercio: De 900 a 1.500 cierres definitivos

Más de 8.000 comercios en la provincia de Valencia están afectados por la dana y las pérdidas materiales incluyen locales destruidos, inventarios perdidos y maquinaria inservible. Entre los negocios más vulnerables se encuentran los del pequeño comercio, cuyas previsiones son demoledoras. Confecomerç calcula que entre el 25% y 40% de los negocios afectados «sufre potencial riego de cierre definitivo». Esos porcentajes se traducen en una horquilla de entre 900 y 1.500 comercios, en su mayoría negocios locales y de proximidad.

Desde la Asociación de Trabajadores Autónomos de la Comunitat (ATA-CV) hacen un cálculo similar. Su presidente, Alberto Ara, explica que una persona que ronda los sesenta años y tiene que hacer frente a un daño de 120.000 o 150.000 euros es probable que opte por cerrar. Ara también da una cifra asoladora: uno de cada cuatro autónomos corre el riesgo de no volver a abrir su negocio tras el desastre.

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Además, según la patronal del comercio que preside Rafael Torres, dadas las fechas, en sectores como alimentación y hostelería, que ya contaban con los productos de la campaña de Navidad, o las floristerías, que estaban a dos días de su campaña más fuerte del año, las pérdidas suponen hasta un 35% de la facturación anual de muchos de estos negocios. «La demora en la reactivación económica afecta también al tejido social, pues estos comercios son el sustento de miles de familias y contribuyen significativamente a la economía local», remarca la organización empresarial, que también alerta de que la falta de pago de las pólizas de seguros contratadas «está elevando las previsiones de cierres definitivos de comercios».

Es llamativo también el impacto que tuvo en el consumo el primer mes tras la dana, puesto que en noviembre se ha registrado una disminución de las ventas de hasta el 80%, con unos efectos que se han extendido a la ciudad de Valencia, según Confecomerç. Para más inri, según datos del último informe publicado del Consorcio, solo el 6,3% de las solicitudes de indemnización han sido resueltas y de ellas, solo el 0.34% corresponden a comercios. Tal y como denuncia Confecomerç, este retraso «imposibilita» que los establecimientos puedan iniciar obras de reparación, reponer inventarios o adquirir equipamientos necesarios para retomar su actividad.

Aunque la estocada más letal se la ha llevado el pequeño comercio, la dana también arrasó con 11 centros comerciales, según Cámara. Además, en algunos casos no sólo sufrieron las inundaciones, sino también los saqueos. Por otro lado, una parte importante de los comercios de mayor tamaño que se han visto perjudicados se encuentran en parques industriales y polígonos, que suponen más del 13% del suelo industrial valenciano.

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