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Mandel NGAN / AFP
La factura valenciana de Trump

La factura valenciana de Trump

La posible subida del 10% a 20% puede dirigirse a los sectores que más venden a EE UU como alimentación, automoción y maquinaria

Lunes, 27 de enero 2025, 00:41

Las aguas del comercio internacional vuelven a removerse. En esta ocasión, a cuenta de las últimas declaraciones de Donald Trump y de su entorno sobre sus intenciones de aplicar aranceles a las exportaciones europeas y, en concreto, a ciertos sectores que en el caso de la Comunitat tienen un peso considerable. Eso sí, todas las afirmaciones del recién llegado a la Casa Blanca han sido someras y sin llegar a concretar dónde aplicaría este incremento.

Aunque el impacto «directo» sobre la economía española de un posible aumento de entre el 10% y 20% se prevé limitado, dada la relativamente menor exposición comercial respecto al resto de países de la eurozona, el último análisis elaborado por BBVA Research destaca que hay regiones y empresas que pueden verse particularmente afectadas.

«Las semimanufacturas y los bienes de equipo son los que muestran una mayor exposición a Estados Unidos y serán previsiblemente de los más desfavorecidos», se advierte en el informe. Estos sectores venden productos químicos y otros bienes de equipo y las regiones que concentran la mayor parte de estas exportaciones son la Comunitat Valenciana, Comunidad de Madrid y País Vasco (bienes de equipo) y, Cataluña, las de productos químicos.

En concreto, las empresas valencianas exportaron por un valor total de 3,36 millones de euros en 2023, según los últimos datos de Cámara Valencia. En el peor de los casos, la factura rozaría los dos millones de euros si el aumento de las tasas se aplica en automoción, aparatos y material eléctrico, productos cerámicos, maquinaria, productos químicos y alimentación. Según el informe de BBVA Research, el tercer sector con mayor exposición es el de la alimentación, siendo Andalucía y Cataluña las principales regiones españolas exportadoras a EE UU, con particular importancia del aceite de oliva.

El director del Instituto de Economía Internacional de la Universitat de València (UV), Vicente Pallardó, sostiene que detrás de las amenazas del magnate americano lo que hay es una estrategia para conseguir que Europa compre más gas, más coches y más material militar a Estados Unidos. «Hay que valorar si entramos directamente en una guerra de aranceles o si negociamos sobre estas partidas que él considera estratégicas», agrega Pallardó.

Aunque sólo se trate de amenazas, lo cierto es que Pallardó también ve un efecto positivo para la Comunitat en caso de llevarse a término la aplicación de aranceles. «No olvidemos que las políticas de Trump refuerzan el dolar. Si el euro sale más barato, lo que perdemos por aranceles lo ganaríamos porque venderíamos más», explica.

A esto se sumaría otro elemento favorable para la Comunitat: la fuerza de las industria tradicionales como el mueble, cerámica y calzado. «Estas empresas venden producto de calidad. Por tanto, dado que vendemos vía calidad, con precios altos, un arancel del 10% no debería suponer un hándicap para que se deje de comprar un producto de alta calidad. Desde luego el mueble que se hace aquí no se va a fabricar en EE UU», indica.

Una de las incógnitas que plantea una posible imposición de aranceles es si se aplicarán por igual a todos los países de la Unión Europea. «El coste que puede suponer para determinadas producciones valencianas dependerá mucho de si son para todos igual o diferenciales por países. Si nos suben un 10% pero a nuestros competidores un 20, nosotros vamos a vender más», destaca.

La imprevisibilidad de Trump, además, añade incertidumbre al panorama comercial, ya de por sí inestable por diversos conflictos. «Bienes de equipo, químicos, farmacéuticos y agroalimentarios son productos que sin duda serían seleccionados, pero ya es mucho suponer. Es cierto que aranceles a la automoción y al sector agroalimentario harían daño a la Comunitat Valenciana», añade.

No obstante, la calidad de la industria manufacturera valenciana y la fortaleza del dólar frente al euro, llevan a Pallardó a huir del alarmismo. «Preocupación, sí, alarmismo, no. Tenemos que tener en cuenta todos los elementos y además estamos en el terreno de la especulación», afirma, el director del Instituto de Economía Internacional de la Universitat de València (UV).

«Si se negocia con habilidad, en lugar de ir al choque con él, hay margen de actuación», sostiene Pallardó, que apuesta por que Europa rebaje también los aranceles a la automoción norteamericana. «Aunque bajaran no creo que hubiera una invasión de coches americanos en Europa», afirma.

Por su parte, el informe de BBVA Research también pone el acento en las importaciones de bienes. Según indica, los sectores más dependientes de Estados Unidos son el energético, los de semimanufacturas y bienes de equipo. Entre los bienes que más importancia tienen en las compras están el petróleo y derivados, productos químicos y otros bienes de equipo.

Y, por regiones, Andalucía, Madrid y Cataluña son los principales importadores. En el caso de la Comunitat, los productos que más se importan del gigante americano son vehículos, almendras, nueces, maquinaria, aparatos mecánicos y material eléctrico.

Por lo que respecta al canal financiero, la inversión extranjera directa procedente de Estados Unidos representó en 2023 casi el 27% del total en España, por lo que el impacto a través de este canal podría ser elevado, sobre todo si parte de estos flujos están relacionados con la producción de bienes que se exportan a los EE UU.

Por regiones, la Comunidad de Madrid es el principal destino, alrededor del 60%, seguido de la Comunitat Valenciana, que acumula un 26,6% y Cataluña, con un 6%. Aparte de esto, el impacto «indirecto» podría ser más elevado dada la mayor vulnerabilidad que presentan socios comerciales importantes.

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