El expresidente del Gobierno, Felipe González, no ha defraudado a nadie durante su intervención este miércoles en la asamblea anual de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), donde ha sido el protagonista con permiso de los miembros de la organización -que ha alcanzado los 200 asociados-. Un acto al que ha regresado por tercera ocasión, pues también participó en 2011 y 2020, en este caso unas semanas antes de declararse el estado de alarma por la pandemia de Covid.
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La polarización, el estado de la democracia, la situación en España, la quita de la deuda autonómica, la llegada de Trump al poder o los conflictos de Ucrania y de Israel y el papel de Europa han sido algunos de los temas que ha abordado durante su intervención. Y la dana, donde no ha querido valorar la actuación de la Generalitat o del Gobierno central al existir demandas judiciales abiertas.
«La política no ha provocado la dana» pero, eso sí, para el expresidente del Gobierno, «la dana es un fracaso de la política en general» -afirmación que ha sido recibida con aplausos de los asistentes-, debido a la falta de inversión en infraestructuras durante los años previos a la riada, como se encargó de detallar la directora general de Proyectos Internacionales del IVIE, Matilde Mas durante la charla que ofreció para abrir la parte pública de la asamblea de AVE.
A su juicio, lo responsable sería constituir una comisión de Estado, compuesta por todas las administraciones y por técnicos, para que se trabaje en un proyecto «que nos obligue a reparar algunas de las cosas que no hemos reparado sabiendo que podría venir una tragedia. Porque vendrá otra dana», ha advertido. »Es importante prepararse siempre para lo peor«, ha añadido además de confesar que él también vivió »amargado« por los avisos de gota fría durante sus mandatos.
«Tomémoslo en serio», ha instado sobre la reconstrucción y la necesidad de acometer las infraestructuras pendientes. Y ha lamentado que no se haya creado una oficina única para la tramitación, por ejemplo, la renovación de los papeles al tiempo que ha instado a que se den ayudas directas «porque la gente se ha quedado sin nada».
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De la polarización a la financiación
González, que no ha esquivado ninguno de los temas planteados, se ha detenido también en la situación actual de España. A la pregunta «¿Qué está pasando en España?» lanzada por el director general de AVE, Diego Lorente, el expresidente ha sido directo: «Soportamos una polarización de arriba a abajo, es la política la que enfrenta a los ciudadanos».
«Los ciudadanos quieren vivir en paz y quieren políticas de consenso y eso se da entre las grandes fuerzas representativas; lo que se polariza en los extremos no favorece la convivencia», ha reflexionado. »La polarización está matando la convivencia«, ha añadido.
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De ahí a la quita de la deuda de las autonomías, tema que centra el Consejo de Política Fiscal y Financiera, que se celebra también en esta jornada. El expresidente ha sido muy crítico con el acuerdo para la condonación de la deuda de Cataluña y «la subasta» constante del Ejecutivo central. «No tiene que haber comunidades de dos categorías», ha comentado y ha reconocido la infrafinanciación de la Comunitat.
Para González «la deuda nos la vamos a tragar entre todos» porque, como ha explicado, »quitar deuda a una comunidad no es quitar deuda a los españoles; es pasarla de aquí a aquí al lado«.
«La polarización está matando la convivencia»
Felipe González
Recado también para su «paisana», María Jesús Montero, a la que no ha mencionado directamente (tampoco lo hizo de Pedro Sánchez) pero presente en la reflexión «quien está sentado en la caja no puede estar repartiendo y ser candidata de tal o cual cosa».
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Por ello, Felipe González ha instado a PSOE y a PP a alcanzar acuerdos de Estado que frenen la polarización -si no, «esto se nos va a ir»- y la dependencia de siete votos de los independentistas catalanas. Según el socialista, «el 'procesismo' lo tenemos en Madrid, donde ganan por siete votos».
De Ucrania a Estados Unidos, pasando por Israel
Felipe González también dedicó una parte de su intervención a abordar la situación internacional actual. «Se nos va el tiempo para hablar del mundo», ha bromeado no sin antes dejar algunas reflexiones: «Temo que el efecto de Trump sea la decadencia de Estados Unidos y el triunfo definitivo de China», «Europa es el mejor lugar para vivir pero está en proceso de decadencia» o «Me duelen algunas contradicciones. En la política de Venezuela vamos con Europa, en la de Israel-Palestina vamos por nuestra cuenta».
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