Las deducciones fiscales para el deporte aflorarán la economía sumergida de gimnasios y entrenamientos

Y es que, tal y como señala Enríquez, para que los usuarios de gimnasios, clubes y cualquier servicio de entrenamiento puedan beneficiarse de una deducción del 30%, que puede llegar hasta los 150 euros, deben realizar sus pagos por vía bancaria, ya sea transferencia, tarjeta de débito o crédito o bizum. Es decir, atrás debe quedar el pago en metálico para los que pretendan aplicarse estas rebajas en la declaración de la Renta. Esto, según el decano, llevará a los usuarios a exigir en sus centros de entrenamiento o clases deportivas el cobro en estos formatos, una práctica que todavía se resiste en algunos gimnasios o clases organizadas al aire libre donde sólo permiten el pago en efectivo.

«Con estas medidas se incentivará una actividad sana y que está tan extendida hoy en día, por lo que tendrá un impacto generalizado. Además hay un efecto inducido que requiere disponer de factura y que el pago lo hagas mediante transferencia o tarjeta. Esto supone que los prestadores de esos servicios, sean dentistas o monitores deportivos, lo hagan por esta vía porque la gente se lo va a requerir. Pero en los supuestos que no sea así, debería ser un acicate para que tengan un mejor cumplimiento de sus obligaciones tributarias», explica Enríquez, quien agrega que habrá clubes o entrenadores que simplemente no aceptaban hasta ahora el pago con tarjeta por ahorrarse ese coste de la entidad financiera y no necesariamente con la intención de ocultar ingresos a Hacienda.

Por otro lado, Enríquez recuerda que estas rebajas fiscales beneficiarán a una gran parte de la población valenciana y recuerda que es para todos aquellos con base liquidable inferior a 32.000 euros, lo que no es lo mismo que contar con unos ingresos inferiores a esta cantidad. «Una persona que gana 38.000 euros brutos al año, perfectamente su base liquidable puede ser menos 32.000 euros. Se comprueba en la declaración de la Renta. Antes de aplicar la tarifa nos aparece la base liquidable, por lo que podemos comprobarla», explica Enríquez, quien recuerda que si, por ejemplo, una persona paga 200 euros anuales por el gimnasio, en su declaración de la Renta del año siguiente Hacienda le devolverá el 30%, es decir, 60 euros. O bien le restarán esta cantidad si al contribuyente le saliera a pagar.

No obstante, aunque el decano aplaude estas rebajas, detecta dos problemas: la retroactividad de la medida desde el 1 de enero y la exclusión de estos beneficios para los hijos mayores de 18 años que vivan con sus padres. «Creo que no era necesaria esa retroactividad, no sé si tiene justificación y va a suponer una dificultad añadida. Los beneficiarios deberán recurrir a sus prestadores de servicios en algunos casos para obtener las facturas generadas hasta ahora para presentarlas en la próxima declaración», señala.

Otros gastos deducibles, aparte de los relacionados con el dentista y las actividades deportivas y federadas, son los vinculados a la adquisición cristales graduados y lentes de contacto; los tratamientos de salud mental; los gastos derivados de enfermedades raras; y los generados por cuidar personas con alzhéimer. Todos ellos cuentan con una rebaja del 30%, con un límite que oscila entre los 100 y 150 euros.