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Línea de producción de Ford Almussafes D. Torres

Ford Almussafes despedirá a 1.150 trabajadores en el nuevo ERE, el 20% de la plantilla

El Gobierno recuerda que las ayudas públicas para fabricar los coches eléctricos a partir de 2026 están condicionadas al mantenimiento del empleo

Viernes, 10 de marzo 2023, 11:18

Golpe al empleo en uno de los pulmones industriales de la Comunitat Valenciana. La dirección de la planta de Ford en Almussafes ha confirmado ... el peor de los escenarios, que el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) conllevará el despido de 1.144 personas. De esta forma, la compañía prescindirá de casi un quinta parte de la plantilla actual formada por unos 5.800 trabajadores.

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Así lo confirmó la firma del óvalo al comité de empresa encabezado por UGT en la primera reunión de la comisión negociadora del que será el mayor ERE en los últimos años. La masa laboral de los anteriores fue mucho más baja, con 630 y 350 despidos, pero la magnitud del actual será gigantesca, con sus posteriores consecuencias en el tejido económico autonómico.

Algunos actores esperaban que la propuesta de recorte fuera menor ya que en la actualidad está en vigor un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que afecta a unas 700 personas y se extiende hasta verano. En este caso estaba justificado por la falta de unos componentes fundamentales para la fabricación de vehículos como son los microchips semiconductores, que han sido un bien muy demandado desde la pandemia y cuyo suministro se empieza ahora a normalizar. Pero, contra este argumento, se ha decidido ir más allá para que en el corto plazo no haya que aprobar otro ERE adicional.

Hasta ahora siempre se había apostado por cubrir las salidas de la planta valenciana con prejubilaciones y bajas voluntarias para evitar los temidos despidos forzosos, pero la plantilla tiene claro que, tras varios expedientes, lo más probable es que no habrá personal suficiente para repetir esta estrategia.

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La contundente medida llega después de que se confirmase en 2022 que la factoría valenciana sería la elegida para fabricar coches eléctricos a partir de 2026 tras imponerse a la alemana de Saarlouis. Una noticia que garantiza el futuro de la planta, pero que también implica la reducción de la mano de obra y una verdadera travesía por el desierto hasta que lleguen las nuevas inversiones.

La planta valenciana dejará de producir este abril dos de los cuatro modelos que se ensamblan en la actualidad, el S-Max y el Galaxy. Unas bajas que se suman a la del Mondeo, que dejó de salir de las líneas de producción en 2022. Y este es justo el argumento que se exhibe desde la dirección de Ford en Madrid, cuyas oficinas también se verán afectadas por este ERE, para justificar la avalancha de despidos.

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La multinacional sostiene la necesidad de aprobar un ERE al dejar de fabricar dos de los cuatro modelos actuales

De esta forma, Almussafes sólo cuenta ahora con la furgoneta Transit Connect, que también tiene una fecha de caducidad próxima por definir, y el Kuga, que pese a ser la joya de la corona no puede mantener la plantilla actual. Este modelo será al que se aferrará la plantilla hasta 2026. Será este año cuando llegue un nuevo vehículo que se espera confirmar, aunque se apunta que será el Mustang o un vehículo con un tamaño grande, donde se ha descubierto un nicho de negocio. A partir de ese momento se podría recuperar parte de la carga de trabajo que ahora se perderá, aunque también dependerá de si se confirma un ansiado tercer modelo.

La noticia fue recibida con desánimo en la clase política, aunque llamó de forma especial la respuesta de los dirigentes valencianos, muy poco contundentes respecto a una decisión así. Aitana Mas, vicepresidenta y portavoz del Consell, aseguró que, aunque el ERE "preocupa y nunca es una situación agradable", respeta la decisión que enmarcó en el proceso de reestructuración que vive la factoría de cara a fabricar coches eléctricos. Por su parte, Ximo Puig, presidente de la Generalitat, no se pronunció al respecto.

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Mucho más contundentes fueron desde el Gobierno de España. La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, se sumó a trasladar su "preocupación", pero fue un paso más allá al advertir de que las ayudas públicas del Gobierno para impulsar la transición eléctrica en el sector del automóvil "están condicionadas al mantenimiento del empleo".

Ford buscaba captar ayudas públicas en la segunda convocatoria del denominado Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) del vehículo eléctrico financiado con los fondos europeos de la pandemia. Una aspiración que llegó después de renunciar a presentarse en la primera tanda, pero que ahora podría quedar comprometida.

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Dificultad de acuerdo

A partir de este momento se abre un período de negociaciones entre la empresa y el comité de empresa encabezado por UGT. El sindicato acostumbra a llegar a acuerdos con la multinacional como el que favoreció la adjudicación de vehículos eléctricos, pero en esta ocasión se enfrentará a un gran reto por la magnitud del expediente. El objetivo de los representantes de los trabajadores es tratar de que el número de 1.144 despidos planteado por la empresa pueda reducirse lo máximo posible. Por su parte, Ford se limita a asegurar que "trabajará constructivamente con los sindicatos para reducir el impacto de esta situación en los empleados, sus familias y la comunidad local".

Los dirigentes de UGT ya admiten abiertamente que, a diferencia de otras ocasiones, va a ser difícil alcanzar un acuerdo con la dirección, aunque no renuncian a iniciar una negociación que definen como "más que complicada". "La empresa deberá avenirse a acordar unos planes acordes a esta situación tan delicada", exponen desde el comité de empresa, que no renuncia a intentar que el mayor número de salidas sean voluntarias y se expriman al máximo las prejubilaciones.

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Mucho más críticos fueron desde el otro sindicato minoritario que está presente en el comité de empresa, STM-Intersindical. "Es un dato dramático y siempre hemos esperado que sea inferior", recalcó Daniel Portillo, portavoz de la central, que espera que en las negociaciones que se extenderán durante un mes se pueda reducir el número de afectados. El representante de STM-Intersindical dejó claro que no aceptarán ninguna salida traumática. Un punto que, ante esta situación, parece casi imposible y que aleja a este actor de las negociaciones cuya primera reunión tendrá lugar el próximo jueves 16 de marzo.

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