Clara Alfonso
Valencia
Viernes, 24 de marzo 2023, 02:02
Conseguir ahorrar unos pocos euros a final de mes es tarea difícil en los tiempos que corren. Si bien es un objetivo que perseguimos todos, de una forma u otra, la capacidad para lograrlo varía mucho en función de cada persona, ya que influyen factores como los ingresos, los gastos y el estilo de vida que llevemos. No obstante, la mayoría de métodos de ahorro que se conocen se basan en la planificación y el sentido común. En este contexto, existe una herramienta que puede ayudarnos a establecer metas realistas de ahorro: la Fórmula Greene.
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Se trata de una ecuación matemática popularizada por la analista Kimmie Greene, que permite calcular cuánto dinero deberíamos tener ahorrado en teniendo en cuenta dos variables básicas: la edad y salario bruto anual. Como la mayoría de los expertos en finanzas domésticas, lo que propone Greene propone es comenzar a ahorrar lo antes posible. En condiciones ideales, el hábito de gastar menos de lo que se ingresa hay que consolidarlo ya entre los 20 y los 25 años, momento en que la mayoría de los trabajadores obtienen su primer empleo.
El objetivo principal en esos primeros años es gastar como máximo un 75% del salario bruto anual y ahorrar el 25% restante. En este sentido, a estas cifras se podrían agregar aportaciones familiares o ahorros previos, pero lo más importante en esa etapa no es la cantidad acumulada sin acostumbrarse a ahorrar por sistema una cuarta parte de lo que se gana.
Según José Antonio Herce, presidente del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones, «El hábito hay que crearlo desde el inicio de la vida laboral». En su opinión «la clave está en el ahorro precautorio, es decir, el destinado a dar respuesta a a la incertidumbre sobre los ingresos futuros».
La primera meta parcial del método es llegar a los 30 años habiendo ahorrado el equivalente a un sueldo anual. A partir de ahí, lo ideal es adoptar un ritmo de ahorro lo más constante posible, teniendo en cuenta las variaciones salariales que se vayan produciendo.
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Greene afirma que cada cinco años de trabajo la persona debe ahorrar un sueldo anual bruto:
-A los 35 años, un trabajador debería tener ahorrado el doble de su sueldo anual.
-A los 40 años, se debería contar con unos ahorros equivalentes al triple del salario.
-A los 45 años, los ahorros deberían suponer, al menos, el cuádruple de nuestro sueldo anual.
-A los 50 años, el dinero ahorrado por un trabajador debería ascender al salario anual bruto multiplicado por 5.
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Es importante mantener ese ritmo constante hasta llegar a los 65 años, edad aproximada de jubilación, con el equivalente a ocho salarios anuales brutos en el banco.
Greene afirma que el método es una pauta general que permite cierto grado de discrecionalidad. Si bien no hay que perder de vista el objetivo final ni las metas parciales, tampoco hay que agobiarse demasiado si surgen imprevistos y es imposible mantener el ritmo de ahorro previsto.
En opinión de la asesora, en una trayectoria de más de 40 años de estricta disciplina financiera, los contratiempos puntuales tienden a verse compensados con acontecimientos de saldo positivo, como posibles herencias, aumentos de sueldo o cobros de incentivos por rendimiento.
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Por último, tal y como indica Greene, quedarse relativamente cerca de los objetivos iniciales, aunque no se cumplan por completo, no resulta un mal balance. Siempre será preferible llegar a la edad de retiro con entre 100.000 y 150.000 euros ahorrados, que hacerlo viviendo al día.
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