La Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia han materializado el esperado acuerdo para cerrar el proceso de refundación de Feria Valencia para convertir el ente en una institución pública dependiente de la administración autonómica. Joan Ribó, alcalde de Valencia, se ha reunido con los consellers de Hacienda y Economía, Vicent Soler y Rafael Climent, para cerrar el pacto que conlleva que, en la práctica, será la Generalitat la que contará con el recinto del ente ya que la cesión será indefinida siempre que se dedique el terreno a eventos y otras actividades compatibles.
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En la rueda de prensa posterior a la cita, Ribó ha admitido que este ha sido «un problema de primera magnitud» heredado del PP pero celebró que se haya podido cerrar un documento base después de una infinidad de procesos que se han dilatado en el tiempo. De esta forma, la Generalitat asumirá la titularidad del terreno y de los edificios de la institución, ahora en manos del Ayuntamiento de Valencia, a través de la fórmula de la fórmula jurídica de la mutación demanial externa y así la administración autonómica podrá incorporarla a lista de empresas públicas como Ferrocarril de la Generalitat o À Punt.
Feria Valencia permanecía en un excepcional limbo legal entre lo público y lo privado que había llevado a grandes complicaciones y que es único en toda España. Además, la institución arrastra una gigantesca deuda a raíz de la ampliación del recinto que de forma teórica tenía que devolver a la Generalitat a través de una cuenta acreedora y eso la sitúa en una quiebra técnica y un posterior concurso de acreedores si no se podía rescatar antes del 31 de marzo. La situación se ha complicado desde la pandemia ya que la mayoría de eventos no se pueden celebrar. Por ello, se han solicitado también inyecciones extra de liquidez que se ansían como agua de mayo y que se espera que también se desbloqueen en el corto plazo.
Las diferentes partes se han comprometido en público (ya que no se ha firmado ningún acuerdo por escrito) a que durante el mes de febrero se pueda aprobar el acuerdo en el Ayuntamiento y el Consell y cerrar todos los flecos legales para que en el próximo mes y medio pueda ponerse fin a esta etapa. El consistorio encabezado por Ribó, pese a ceder la titularidad, no sufrirá quebranto patrimonial ya que en última instancia podría recuperarlo y habrá una cláusula de rescisión por la que si se dedican los terrenos a otro uso volverían a manos municipales. Aún así se deja cierto margen para desarrollar otras actividades complementarias que deberán ser aprobadas por una comisión de seguimiento donde estarán los dos actores, lo que también da cierto margen a la Generalitat a la hora de gestionar el recinto.
Los dos consellers han dejado claro que con este paso ya se podrá realizar actuaciones sobre Feria Valencia, que ahora estaban muy limitadas, y han afirmado que el objetivo es que la institución sea viable por sí misma. Un punto que puede ser real ya que en los ejercicios previos al Covid se habían logrado el equilibrio financiero.
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La gran diferencia del acuerdo anterior es que desde la conselleria de Hacienda ya no se habla de la fecha límite de 2051, que era la propuesta del Ayuntamiento. En este año la concesión ahora en manos de la empresa de Feria Valencia, iba a volver al Ayuntamiento pero se insiste en que con el nuevo acuerdo pasará a ser directamente de la Generalitat. Esto quiere decir que, a nivel práctico, Feria Valencia será una entidad autonómica como contraprestación de asumir al gigante deuda que arrastra.
La portavoz del PP en el Ayuntamiento de Valencia, María José Catalá, advirtió que el informe definitivo municipal sobre la mutuación demanial ha eliminado una de las cláusulas de la reversión (recuperación de todos los inmuebles de Feria Valencia) en favor del Ayuntamiento: la finalización del plazo de concesión en 2051, lo que consideran que es una claudicación de Ribó al dar su brazo a torcer. Algo que apuntó que no habría permitido la exacaldesa Rita Barberá, que se negó a un acuerdo similar cuando el PP encabezaba el Consell.
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Catalá fue muy dura al señalar que «el alcalde Ribó ha renunciado de manera definitiva a defender los intereses Valencia y se pliega ante el presidente Puig al dejar perder un patrimonio que es parte esencial dentro de la historia de la evolución económica de la ciudad». «Rebaja aún más las condiciones y regala la Feria sine die», insistió. Además, destacó que no queda claro que no exista una pérdida patrimonial, algo que desde el consistorio remarcan que está más que descartado.
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