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A la semana de que Ford pactase su primer Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en una década para afrontar la caída de la demanda en pleno terremoto por el cierre de Nissan en Barcelona, los despidos se extienden a la industria auxiliar valenciana. Uno de sus integrantes más veteranos, Grupo Segura, anunció este viernes que acometerá un ERE en su división de automoción, la principal de la corporación dedicada al diseño, desarrollo y fabricación de componentes metálicos para diversos fabricantes de automóviles como Ford, Jaguar Land Rover, Volvo, Volkswagen o BMW. Entre sus clientes no figuraba Nissan.
La dirección de la compañía, con oficinas centrales en Paterna, comunicó a los representantes legales de los trabajadores de la división española de automoción su intención de iniciar el procedimiento de despido colectivo «por la contracción de la demanda del mercado, agravada por el impacto del coronavirus».
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Según informaron desde el grupo, en el que actualmente trabajan unas 1.000 personas, el alcance del ERE se comunicará a la comisión negociadora cuando se constituya y arranque el periodo de consultas preceptivo.
El ajuste afectará a su división de automoción en España, integrada por las sociedades mercantiles Balpa, Ingeniería de Diseño y Utillaje, Matricería y Estampación F. Segura y Valenciana de Estampaciones Ensambladas, que trabajan directa y conjuntamente para el sector del automóvil, principalmente para la factoría valenciana de Ford y otras plantas de la multinacional del óvalo en Alemania o Estados Unidos, Jaguar Land Rover y Volvo.
El grupo cuenta con tres plantas productivas en la Comunitat Valenciana y otra en Hungría, puesta en marcha en 2008 en Szolnok para dar servicio a fabricantes del norte, centro y este de Europa y que, según su presidente y consejero delegado, Francisco Segura, representa en torno a la mitad de la plantilla y del negocio del grupo, que ronda los 170 millones de facturación.
Con la reordenación planteada, Grupo Segura «busca la alineación de su estructura y capacidad productiva para, de esta manera, establecer mejores bases de competitividad y eficiencia» que le permitan «afrontar la contracción de la demanda que se prevé, y las consecuencias que de la misma se puedan derivar».
Se trata de una medida en la misma línea que la pactada hace una semana en Ford Almussafes para capear la caída de la demanda previa al coronavirus y que, en la factoría valenciana, implica producir cien automóviles menos al día, 1.640, y hasta doscientos menos que hace dos años.
La pandemia agudizó la contracción de la demanda global de vehículos que se vincula a los nuevos hábitos de movilidad. Según BBVA Research, es uno de los más sectores perjudicados, con previsión de que las matriculaciones caigan un 40% este año, a 765.000 turismos, y en 2021 sean un 9% inferiores a las de 2019.
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