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CARLOS BONELL
Domingo, 25 de julio 2021
Desde que la plaga del 'cotonet' de Sudáfrica adquirió signos de expansión preocupante y se agravó con la falta de insecticidas verdaderamente eficaces para mantenerla ... a raya (tras prohibirse el metil clorpirifos), todas las estrategias de lucha contra tan pernicioso insecto pasan inevitablemente por controlar las poblaciones de hormigas en los huertos de cítricos, porque está más que comprobado que éstas contribuyen a esparcir a los otros.
Las inteligentes y gregarias hormigas se dedican a 'sembrar' poblaciones de pulgones y cochinillas a lo largo y ancho de las plantas y árboles, en una peculiar asociación mutualista de beneficio común. Pulgones y cochinillas se alimentan del vegetal y las hormigas se aprovechan de las melazas que segregan unos y otras. En nuestro caso, el 'cotonet' sudafricano. De ahí que todas las 'sentencias' declaren unánimemente que las hormigas son culpables en la creciente incidencia de la que en estos momentos es la plaga más preocupante de los cítricos valencianos.
Pero la culpabilidad de las hormigas va más allá de la 'siembra' de insectos de los que aspiran a sacar provecho. Llegan a cuidar y 'pastorear' su 'ganado', protegiéndolo de las acciones de sus enemigos naturales, llegando a atacar a parasitoides y depredadores que se acerquen. Como hacen los grandes perros mastines que protegen a las ovejas de posibles ataques de los lobos.
Ante la presencia de 'Cryptolaemus montrouzieri', depredador voraz de todo tipo de 'cotonets', es fácil descubrir en algunas naranjas afectadas cómo las hormigas rodean a sus protegidos para evitar que su enemigo le dañe, incluso llegando a atacarlo. Lo mismo parece que sucede con el 'Anagyrus aberiae', el parasitoide traído de Sudáfrica para controlar al 'cotonet' 'Delettococcus' y cuya eficacia está quedando muy por debajo de lo esperado y anunciado, sin duda por sus dificultades de adaptación y multiplicación, donde cabe que estén jugando también un importante papel de 'descontrol' las traviesas hormigas.
Es tan destacado su comportamiento como enemigo indirecto a batir, cuando el sujeto que provoca el daño es otro, el 'cotonet', que, llegado el caso, la hormiga llega a suicidarse, o a dejarse 'suicidar', con tal de contribuir al bien común de su colonia. Esto se ha visto con ocasión de pintar en los troncos de los naranjos bandas con sustancias pegajosas que pudieran servir de barreras al paso de las hormigas. Al principio, efectivamente, muchas se quedan atrapadas allí, pero conforme van apareciendo diminutas grietas en la lámina de pegamento, por esas mínimas sendas ascienden de nuevo las hormigas, y al llegar a puntos en los que se interrumpe su camino, se pueden apreciar cadáveres que hacen de 'puente' sobre franjas de pegamento para que puedan pasar por encima otros congéneres.
De esta manera, la colocación de sustancias pegajosas se ha demostrado poco eficaz, o incluso desaconsejable, pues aparte de no servir del todo para frenar el ascenso de hormigas 'sembradoras', también se ha visto que se quedan atrapados allí depredadores de la plaga, lo cual no conviene para nada, así como en algunos casos pequeños mamíferos y pájaros.
Sin embargo, entre los últimos consejos de remedio parcial de la Conselleria de Agricultura frente a la plaga, ante la falta de insecticidas apropiados, recomienda «utilizar estrategias para la exclusión de hormigas, como pueden ser las barreras físicas, bandas o pinturas pegajosas», pero también advierte que «deben adoptarse las medidas necesarias para evitar la captura de especies no deseadas». Lástima que no se concrete cómo hacerlo para que resulte tan efectivo como se enuncia.
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