La hostelería prevé recortar 60.000 empleos y pérdidas de 6.700 millones

valencia. Cielo soleado, temperaturas agradables. Por contraste, mesas y sillas recogidas, playas vacías y silencio en las calles y plazas de cualquier municipio español. La crisis sanitarias del coronavirus tiene también su impacto en la economía y uno de los sectores más afectados es la hostelería, que en Semana Santa afronta el inicio de su temporada alta -adelantada en Valencia por las Fallas- pero cuyos locales están cerrados desde el 14 de marzo.

Los efectos de esta pandemia podrían provocar una caída de la facturación anual del sector hostelero en España de hasta 55.000 millones durante 2020, equivalente a un 40%, según el informe 'Impacto de Covid-19 en la hostelería en España' elaborado por las consultoras Bain & Company y EY. Además, el empleo podría sufrir también un «fuerte» impacto, con hasta 680.000 puestos de trabajo afectados en los momentos más críticos del proceso y una pérdida estructural definitiva de 207.000 puestos de trabajo.

Un informe que también su reflejo en la Comunitat. Así, según datos facilitados por la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (FEHV), el sector afronta unas pérdidas de 6.740 millones y podrían verse afectados hasta Navidad unos 60.000 empleos directos. Porque, como explica, el presidente de la FEHV, Manuel Espinar, «habría que sumar los indirectos procedentes, por ejemplo, del canal Horeca». O de los agricultores, que apuntaban hace unos días pérdidas de hasta 65 millones por el cierre de restaurantes y hoteles.

De hecho, el sector servicios (hostelería y comercio) concentró el 66% de los nuevos desempleados de marzo y el 87,2% de las solicitudes presentadas de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

El del Covid-19, además, no ha sido «el único golpe» que ha recibido la hostelería valenciana, sino el tercero. «La DANA de enero, que nos quitó diez días de facturación y arrasó locales; la suspensión de las Fallas, con las contrataciones ya en marcha; y el cierre de nuestros establecimientos desde el 14 de marzo»

«Ahí empezó el calvario», señala Espinar, que también detalla cómo marzo es, además de un «mes importante» en la facturación de estos negocios, «un tiempo en el que se concentran pagos de diciembre a febrero». Por eso insiste en la necesidad de contar con liquidez pero no con una moratoria de los pagos de impuestos, sino con una exoneración de impuestos directos e indirectos. «Esa sería la mayor vía de liquidez para nosotros en estos momentos porque no veremos una recuperación hasta marzo o abril de 2021 y eso es imposible de aguantar», resalta el presidente de la Federación de Hostelería.

Los hosteleros, además, son conscientes de que serán de los últimos en salir de la hibernación de la actividad económica. «Queremos que se haga con toda la seguridad jurídica posible para empresas, trabajadores y clientes», reclama Manuel Espinar.

Para la reapertura de los locales habrá que poner en marcha medidas como el distanciamiento de mesas, la reducción de aforos o el cambio de mecanismo de apertura de puertas, además de la presencia de geles desinfectantes o la apuesta (aún mayor) por productos de proximidad. Un proceso en el que los hosteleros confían en tener el acompañamiento por parte de la Administración. Por ello, ya han pedido una reunión con la Conselleria de Sanidad para conocer «cuál va a ser el protocolo de regreso».

Un aspecto sobre el que también esperan claridad desde la Asociación Empresarial de Salones de Banquetes y Catering, que se integra dentro de la FEHV. «Entendemos y respetamos cualquier cautela para proteger la salud de nuestros clientes pero, desde el punto de vista económico la rentabilidad de restaurantes y salones de banquetes depende mucho del volumen», señala su presidente, Ignacio Aliño.

«Las autoridades deberán ser conscientes de esta circunstancia con las ayudas o exenciones correspondientes o la reapertura parcial será más lesiva económicamente que el actual cierre total», añade. A su juicio, «la vuelta a la normalidad para todos los sectores y, en concreto, para el nuestro, pasa por la generalización de los tests del Covid-19».

De momento, empresas y particulares están trasladando las fechas de eventos y bodas a los meses de otoño.