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En 2050, el 40% de la población española tendrá más de 65 años, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Iñaki Ortega, director de Deusto Business School, explica que esta realidad, lejos de verla como un problema, hay que visualizarla como una oportunidad para la economía y la sociedad en su conjunto. Así lo plasma en el libro 'La revolución de las canas', una obra que ha escrito junto a Antonio Huertas, presidente de Mapfre, y que se presentan el próximo martes 12 de noviembre en Valencia.
-¿Cuál es el objetivo del libro? ¿cómo surgió la idea?
-Surge como reacción a ese mantra de que el envejecimiento es malo. Hay muchos informes alertando del envejecimiento, la bomba demográfica, el tsunami de la longevidad, el crack de las pensiones, el crack del sistema de salud... Sin embargo, queremos todos ver a nuestros padres bien y que cuando cumplamos 60 tengamos la salud de una persona de 40 años. Entonces, hemos puesto negro sobre blanco nuestras ideas tras estudiar y debatir con varios investigadores para demostrar que esto es una oportunidad y que hay externalidades positivas.
-¿Cuáles son esas oportunidades?
-La primera es que un grupo de edad que antes no aportaba a la economía ahora sí puede hacerlo. Por ejemplo, es algo que ocurrió con los inmigrantes que vinieron y nos salvaron la economía hace 15 años. Si la gente está bien y tiene mejor salud, puede trabajar más y aportar más. Por otro lado, otra ventaja es la industria que se puede generar alrededor de la gente mayor, que consume más que hace cuarenta años. Además, si hablamos de una zona como Valencia, donde se vive bien, esta opción es aún mayor y se puede generar una industria en salud, ocio, tecnología, educación, movilidad y mucho más. Hoy día el 40% de consumo lo protagonizan los mayores de 60 años. Tenemos una idea errónea de la vejez, la vemos como un gasto en lugar de como un motor económico. La esperanza de vida ahora está en 82 años en el caso de los hombres y 86 en mujeres.
-El sistema de pensiones está en serio peligro, ¿como encaja ese escenario con el planteamiento que propone?
-Es la otra cara de la moneda. Defendemos que se puede aportar más a la economía porque se puede trabajar más años. Por otro lado, si tienes nuevos nichos de empleo, se puede generar una nueva actividad económica para financiar el estado del bienestar. La mayoría de jubilados recibe ingresos del sistema público, cuando nuestros vecinos franceses e ingleses también reciben pensiones de empresa. Aquí hay una oportunidad importante en ese sentido.
-Pero trabajar a partir de los 65 años puede ser inviable en sectores concretos debido a su dureza física...
-La idea es conseguir flexibilidad para que cada uno se adapte a lo que puede. Se puede ser profesor a los 70, pero no puedes trabajar en el campo a esa edad. Se debería establecer un sistema que facilite también cambiar de sector y mantenerse activos porque la verdad es que la salud de uno de 60 corresponde a la de alguien de 40 de hace 60 años.
-¿Qué papel y responsabilidad tienen las empresas para contribuir a esta 'revolución de las canas'? ¿Y la Administración pública?
-Hay tres vértices: los ciudadanos, la empresa y la Administración. La empresa puede ver dar la oportunidad de continuar trabajando o de recolocarlo, prejubilarlo, según la situación. La esfera pública, por su parte, puede incentivar y movilizar recursos para que esto vaya mucho más rápido. Tenemos que darnos cuenta de que las personas que vamos a vivir mucho más y que debemos adaptarnos a eso. Tenemos que asegurarnos una financiación, ahorrar más, ingresar más o trabajar más años...
-Esa opción de ahorrar de cara al futuro es bastante complicada para los que tienen salarios bajos...
-Por supuesto eso es otra responsabilidad de las empresas, que deben ser corresponder a su entorno.
-¿En qué posición se encuentra Valencia para impulsar esta industria alrededor de los más mayores?
-Valencia tiene las condiciones para ser lugar de referencia de la economía de las canas. Primero porque históricamente ha habido una tradición de viajar a la Comunitat para hacer turismo o bien tener una segunda residencia. Su clima, el sistema sanitario, su apertura al mundo, la seguridad, paz social...todo eso es un caldo de cultivo para generar actividades económicas vinculadas a los mayores. Portugal está atrayendo a jubilados de todo el mundo por su plan fiscal, ¿por qué no un plan así en la Comunitat? Si Valencia no aprovecha estas condiciones, serán otros los que cojan este tren. En Japón llevan años previendo esto, investigando y destinando fondos. Si es una oportunidad para Japón, por qué no para Valencia. No hay tantas zonas que puedan ofrecer lo que tiene Valencia. Yo creo que estamos a tiempo y que se están haciendo bien algunas cosas.
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