

Secciones
Servicios
Destacamos
Es la cuarta economía española, con un peso sobre el PIB nacional del 9,3% (116.015 millones en 2019), una deuda pública de ... 50.807 millones y una tasa de desempleo situada en el 16,7% (datos de la EPA del segundo trimestre de 2021), además de 422.901 parados contabilizados el pasado septiembre. Su PIB per cápita asciende a 23.206 euros, por lo que se sitúa en el 87,4% respecto a la media española, «habiendo retrocedido posiciones en la primera década de este siglo, en parte a causa del mayor aumento demográfico» (algo más de cinco millones de valencianos), según la última ficha sobre la autonomía elaborada por CaixaBank Research.
Son los principales datos macroeconómicos de la Comunitat Valenciana, para la que CaixaBank estima un crecimiento del PIB de un 4,9% mientras que BBVA Research lo sitúa en el 6,7%. Entre ambas cifras, algunas incertidumbres derivadas del actual contexto de pandemia de Covid -aunque el avance de la vacuna es palanca de la recuperación- y del incremento de costes energéticos, del transporte marítimo y de las materias primas, lo que supone una amenaza para la cadena de suministros y los sectores industriales. Este es uno de los riesgos para la recuperación económica tras el impacto del Covid, una crisis que hizo que la economía valenciana se contrajera entre un 9,7% y un 10,6% en 2020, según los estudios de CaixaBank y BBVA, respectivamente. Eso sí, la caída fue inferior a la del conjunto de la economía española (-10,8%).
Con este escenario, ¿hacia dónde camina la economía de la Comunitat? ¿A qué retos de futuro se enfrenta? El Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), en la hoja de ruta de la reconstrucción que elaboró para la Generalitat, planteó una estrategia en la que instaba no sólo a recuperar los niveles preCovid sino a aprovechar la oportunidad para reducir la brecha respecto a España y corregir algunas debilidades. Entre las recetas apuntadas, aumentar la competitividad de las empresas, potenciar la inversión en I+D o modernizar la administración, además de agilizar el marco regulatorio.
Escenario mundial
«La economía valenciana lleva con dificultad el proceso de adaptación al nuevo escenario competitivo mundial del siglo XXI, como se observa en su pérdida de posiciones relativas en renta per cápita y su importante alejamiento de la media española y europea. Eso indica que nuestra capacidad de generar valor en los mercados es limitada, como confirma el bajo nivel medio de productividad de muchas empresas», explica el director del IVIE y catedrático emérito de la Universitat de València, Francisco Pérez.
«Tenemos dificultades para avanzar en un escenario que definen dos tipos de economías. Por un lado, los nuevos competidores que producen con bajos costes. Por otro, en las economías avanzadas, el aprovechamiento cada vez mayor del conocimiento y las nuevas tecnologías para competir, especializándose en actividades que generan mucho valor. La economía valenciana se sitúa en una peligrosa zona intermedia: sus costes son demasiado elevados para competir con los países emergentes, pero el peso de las actividades intensivas en conocimiento es todavía demasiado bajo», añade. Por ello, tiene claro que la apuesta pasa por «reforzar esta segunda estrategia mejorando nuestra productividad con más innovación y mayor eficiencia, y no la de competir con costes bajos».
La clave
Si hay una palabra que repiten tanto las organizaciones empresariales como los sindicatos al ser preguntados por el futuro de la economía valenciana, esa es innovación, considerada la clave para generar más valor «y mejorar la calidad no sólo de los productos sino de los procesos», apunta el máximo responsable del IVIE, que también alerta de una de las debilidades para alcanzar ese objetivo, que no es otra que «un tamaño de empresa demasiado pequeño y una formación y profesionalización de la dirección insuficientes».
Coinciden en esto tanto el decano del Colegio de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana (COIICV), Salvador Puigdengolas, como el secretario general de UGT-PV, Ismael Sáez. Este último recuerda que el tamaño de las empresas es uno de los retos «que vienen de antiguo y que dificultan la inversión en innovación y que se incorpore capital en forma de mayor valor añadido». Mientras, Puigdengolas resalta que las compañías son conscientes de ese reto de innovación pero su tamaño supone una barrera para poder afrontarlo.
«Los retos a los que se enfrenta la economía de la Comunidad Valenciana son muy similares a los que afrontan la gran mayoría de economías de nuestro entorno y vienen marcados por aumentar la competitividad, incrementar nuestra inversión en I+D+i, retener y atraer talento y trabajar para que aumente la inversión», afirma el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda. Precisamente esta organización ha presentado recientemente la Fundación LAB Mediterráneo, con la que persiguen convertir a la Comunitat en un referente del emprendimiento. Del movimiento #QuieroCorredor a un #SociedadIlimitada para impulsar la I+D+ i en la empresa valenciana.
El camino
«La industria valenciana lo tiene claro y es consciente del reto que tiene por delante: la digitalización», resalta el decano de los ingenieros industriales. «Es de imperiosa necesidad», dice al tiempo que desgrana cómo el 12% de la población aún no tiene competencias digitales y el 59% las tiene en un nivel intermedio. Pero la digitalización «ayudará a mejorar la competitividad y la productividad».
Para el presidente de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), Salvador Navarro, «es imprescindible establecer un marco adecuado para incentivar el desarrollo de las actividades de I+D+i y el proceso de transformación digital, y aumentar la inversión, tanto pública como privada, en esta materia; puesto que, aunque la Comunitat es la segunda autonomía con más empresas innovadoras (representa el 22,7% del total de España), nuestro nivel de inversión en actividades innovadoras sigue siendo bajo». «Debemos aprovechar estas palancas estratégicas, junto a la formación y la internacionalización, para ser más competitivos», remarca el presidente de la patronal.
En la misma línea, el presidente de la Cámara de Comercio de Valencia y del Consejo de Cámaras de la Comunitat, José Vicente Morata. «Habíamos identificado la digitalización de las pymes como uno de los grandes retos para la mejora de la competitividad de nuestra economía. Esta crisis ha puesto de manifiesto que se trata de una tarea urgente porque sólo las empresas que ya habían acometido esa transformación han podido mantener su actividad, a través del teletrabajo o del comercio 'on line'. Ya sabíamos que teníamos ante nosotros un cambio estructural en nuestra forma de organizarnos, de comercializar productos, de trabajar y todo tiene un denominador común, que es un uso intensivo de las capacidades digitales. Sin embargo, la crisis ha acelerado la revolución digital y sin duda será uno de los retos que tendremos que acometer».
Según Francisco Pérez (IVIE), «los cambios asociados a la digitalización han entrado en una fase de expansión acelerada en todos los planos: digitalización de la producción y características de los bienes y servicios, de los modelos de negocio, de las competencias de los trabajadores y los directivos, del comportamiento de los consumidores, de las relaciones con los proveedores y clientes, del funcionamiento de los mercados y los intercambios, de las relaciones con las administraciones, etc. El reto es formidable para un tejido productivo como el valenciano».
Un camino en el que los fondos europeos Next Generation tienen mucho que decir y hacer. «Nos ofrecen una oportunidad histórica para acometer los cambios que necesitamos, no sólo para alcanzar cuanto antes los niveles previos a la pandemia, sino para salir reforzados de ella y preparados para crisis futuras», asegura el presidente de la patronal valenciana.
Transformación
Ese poder transformador de los fondos europeos es también apuntado desde el IVIE («pueden y deben usarse para que muchas empresas se digitalicen o mejoren sus prácticas medioambientales») y desde los principales sindicatos en la Comunitat. «Nos estamos quedando descolgados respecto a otros países del mundo y tenemos que aprovechar la oportunidad que se nos presenta», reflexiona Sáez (UGT).
Desde CC OO-PV, su secretaria general, Ana García Alcolea, considera que esa inyección europea, destinada en gran parte a una economía verde, debe lograr que la recuperación económica «sea más social, con empleos decentes, y más sostenible». De ahí, la petición de impulso de sectores productivos «como el de las energías renovables, infraestructuras que minimicen el impacto medioambiental o la rehabilitación de edificios para que sean energéticamente más eficientes». Los desafíos ligados a la sostenibilidad y al cambio climático son también apuntados por Pérez.
Mientras, el responsable valenciano de UGT considera que ser respetuoso con el medio ambiente «no es incompatible con la creación de infraestructuras que son necesarias para que la economía funcione con dinamismo y nuestras empresas sean competitivas». Es aquí donde el presidente de la Cámara de Comercio remarca la oportunidad de la Comunitat de convertirse en un 'hub' logístico que conecte Asia, América Latina y Europa. A su juicio, «la Comunitat tiene una posición geoestratégica privilegiada que nos puede llevar a ser un enclave logístico de primer nivel, con un corredor mediterráneo reconocido por la Unión Europea como una de las redes transeuropeas de transporte prioritarias, capaz de unir puertos, aeropuertos, ferrocarril y zonas industriales en un territorio con una enorme potencialidad de desarrollo. Este es uno de nuestros principales activos como región y no podemos desaprovecharlo».
Según Morata, «en este objetivo, el puerto de Valencia es una pieza clave, ya que dota de valor a los espacios industriales de la Comunitat, impulsando su competitividad. La logística, además, ayuda a fijar territorio y permite que se desarrollen zonas de interior con nuevos parques industriales y logísticos». Sin olvidar tampoco «seguir apostando por la exportación».
Los trabajadores
Eso en cuanto a las empresas. Los trabajadores ponen sobre la mesa aspectos como «avanzar más decididamente en la igualdad entre mujeres y hombres, que debe tener un reflejo en el mercado laboral y en la sociedad en general», apunta García Alcolea (CC OO). También «más recursos» que permitan ganar «la carrera de la competitividad y la productividad», señala Sáez (UGT). O «acompasar los ciclos formativos a las demandas de las empresas. Tenemos que generar profesionales que puedan cubrir las necesidades de las empresa», según Puigdengolas (COIICV). «Reforzar el capital humano de las empresas para tener capacidad de identificar y asimilar tendencias», destaca Pérez (IVIE), mientras que Alcolea aboga por la cualificación profesional para adaptarse a los cambios.
Y todos coinciden en la necesidad de un nuevo modelo productivo, de transformar el actual. «El primero de los retos es el del cambio de modelo productivo, capaz de generar trabajos decentes, con salarios y condiciones dignas, que faciliten la posibilidad de desarrollar los proyectos de vida de la clase trabajadora, en especial de la juventud», comenta García Alcolea (CC OO).
Los empresarios
También Navarro (CEV) incide en «la modernización del modelo productivo actual y el aumento del peso de la industria en nuestro PIB». A su juicio, «necesitamos una industria igual de potente que nuestro turismo y ello conlleva, inevitablemente, una inversión pública».
No es la única reclamación empresarial ante los retos de la economía valenciana. CEV, AVE y Cámara coinciden en marca en rojo la agilidad y simplificación administrativa, la reducción de las trabas burocráticas, la seguridad jurídica o la colaboración público-privada. También hacen hincapié en una fiscalidad «competitiva» y «razonable» que incentive el emprendimiento y que sirva para atraer inversión.
«Y para atender todos estos retos tenemos un denominador común: los empresarios. Somos los empresarios los que sacaremos al país adelante y de los que dependen la recuperación y el crecimiento. Los empresarios somos los que generamos empleo (más del 80% del empleo viene del sector privado) y junto a nuestros colaboradores y trabajadores, a través del pago de impuestos, los que sustentamos el estado del bienestar. Por ello necesitamos más vocaciones empresariales, más empresas y que estas sean de mayor tamaño, para poder invertir, innovar, internacionalizarse, seguir generando empleo y apoyando iniciativas de la sociedad civil», resalta Vicente Boluda desde AVE.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La explicación al estruendo que sobresaltó a Valladolid en la noche del lunes
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.