La fundadora de una hamburguesería de éxito anticipa el día que habrá que pagar para que nos atienda una persona y no un robot

La irrupción de la inteligencia artificial ha tenido un impacto en el mundo que aún es difícil de calibrar. Tras el impacto mediático que tiene ChatGPT, Gemini o ahora Perplexity se encuentra un mundo que genera avances descomunales en la medicina o en los negocios, y que puede afectar a las relaciones comerciales más sencillas.

La Inteligencia Artificial invade nuestro día a día y ya son habituales los chatbots que la emplean para comunicarse con clientes. Una de las empresarias con más éxito de los últimos años, Daniela Goicoechea, fundadora de la cadena de hamburgueserías Goico, ha anticipado que lo que vemos como un peligro para el trabajo humano puede convertirse en menos tiempo de lo que imaginamos en una ventaja para los empleados... y un nuevo modelo de negocio y de ingresos para algunas empresas.

Dani, cofundadora junto a su hermano de la cadena de hamburgueserías Goiko Grill, consiguió que las hamburguesas se convirtieran «en algo más que comida» e introdujo en España el concepto de la experiencia inolvidable en algo que antes solo era fast food. Ahora, como cofundadora de la consultora de marketing Brandcrops se dedica a construir marcas y tiene una amplia visión sobre el camino que van a recorrer muchas de ellas de la mano de las nuevas tecnologías.

«El trato humano va a acabar siendo un servicio premium», ha asegurado recientemente en una amplia entrevista con Sergio Beguería y Juan Domínguez, conductores del podcast 'Tengo un plan'. «Hay un melón que es el de la automatización y la Inteligencia artificial, que también es maravilloso», ha comenzado a analizar. «Lo que estamos buscando es conectar directamente con la persona, ya no queremos que nos hablen como si yo soy parte de una cosa masiva, sino que me hablen a mí de la forma que yo quiero».

Y en ese contexto considera que «estamos llegando a un desborde de demasiadas cosas automatizadas, demasiada Inteligencia artificial, dónde está el humano... Es una tendencia. Y eso tiene que ver con el miedo al cambio también. Siempre somos renuentes a cambiar cuando viene algo, y más con una tecnología exponencial como la Inteligencia artificial, que ha llegado así a cambiarnos la vida a todo el mundo. Es como 'ya va, ¿qué pasó? ¿Dónde está Manolito, que me atendía siempre?'», ha reflexionado, para considerar que «esas cosas conseguirán la forma de balancearse con el tiempo y sí, el humano, más allá de ser un convenience (una ventaja), será quizás un Premium. Oye, que te atienda Manolito te va a costar más caro. ¿Qué prefieres, que te atienda Manolito o que te atiende un robot?«, anticipa. »Y tomarás tu decisión«, ha concluido. El mundo al revés.

«El trato puede ser muy personalizado, pero ya sé que hay una IA. Ya sé que el que me está hablando detrás no es Manolito sino que es... Y eso qué importa... No estamos hablando de trato humanizado... estamos hablando de trato personalizado», finaliza.

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