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CARLOS BONELL
Lunes, 1 de noviembre 2021, 00:12
valenciA. El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) dispone en estos momentos de un distinguido abanico de nuevas variedades de mandarinas obtenidas en el centro que cuentan con un enorme potencial de futuro, a la vista de sus condiciones de calidad, productividad y ausencia de problemas y dudas que se presentaron en casos anteriores.
Se trata de cinco mandarinas híbridas y triploides, aspecto éste último que alude a que el número de cromosomas es múltiplo de tres y, por tanto, los frutos están siempre exentos de semillas, incluso en el caso de registrarse polinización cruzada con otras variedades que florezcan cerca.
De hecho, en la Estación Experimental de Vila-real, próximos a los árboles de estas variedades hay ejemplares de la variedad clásica Clemenvilla, para forzar la polinización cruzada, y ningún fruto de unas y otras presenta semillas.
La semana pasada fueron presentadas las nuevas mandarinas-clementinas en este centro, dependiente del propio IVIA y del Servicio de Transferencia de Tecnología.
La mayoría de ellas son fruto de la colaboración entre el IVIA y la iniciativa privada de los viveristas asociados en AVASA (Agrupación de Viveristas de Agrios), que han invertido para ampliar el abanico disponible con variedades valencianas. En consecuencia, José Cuenca, director técnico de dicha entidad; Vicente Tejedo, director del centro experimental, y Pablo Aleza, investigador de Citricultura del IVIA, fueron los encargados de explicar a los citricultores interesados las características de las nuevas clases de mandarinas, durante una jornada de puertas abiertas.
No tienen nombres comerciales todavía, sólo números de orden (TRI-707, PRI-87, 88, 89...) que se les asignaron en el largo proceso de obtención de híbridos (cientos o miles en cada caso) y progresiva selección, hasta distinguir lo más adecuado por su comportamiento y perspectiva comercial.
De entre ellas sobresalen híbridos de Clemenules y mandarina común Oceola, cuyos frutos mejoran la consistencia y productividad regular de la Clemenules actual y adelantan su madurez, por lo que en estos momentos ya podría estar la fruta recolectada y comercializada.
Por supuesto que mejoran en mucho la oferta actual de clementinas precoces en todos los órdenes y su disponibilidad futura permitirá sin duda hacer frente con ventaja a las últimas mandarinas tardías del hemisferio sur.
También se ha seleccionado, entre todos, un híbrido de Clemenules, prácticamente igual que la 'madre' pero más consistente y de maduración retrasada, que podría alargar su campaña. Otros híbridos entre Clemenules y Satsuma serían factibles para sustituir posiblemente parte de la oferta actual satsumera.
Finalmente, entre estas futuras 'reinas' se cuenta con una auténtica 'estrella': una variedad híbrida por cruce entre Afourer y Ortanique que mejora muchísimo a todo lo que hay ahora tardío en el mercado.
Pero todo esto tardará en estar a disposición del citricultor, porque los trámites burocráticos de comprobación y registro oficial son muy rígidos y lentos, por lo que, desafortunadamente, pasarán de tres a cinco años (según casos) para que el material vegetal se pueda multiplicar y plantar en los campos.
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