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Encontrar monedas de oro o un tesoro no es algo que pase con mucha frecuencia, pero no quiere decir que no suceda. De hecho, la ley española tiene previsto un método de actuación. Debes avisar a la Guardia Civil o a la Policía Nacional. Si no lo haces puedes incurrir en un delito de hurto o robo silencioso. La multa puede ascender a los 600.000 euros.
El artículo 352 del Código Civil considera que un tesoro oculto es un «depósito oculto e ignorado de dinero, joyas u otros objetos preciosos cuya legítima pertenencia no sea conocida o sea imposible conocer a los sucesores del dueño originario» (Sentencia del Tribunal Supremo, Sala de lo Civil, de 27 de junio de 1988). La ley obliga a entregarlos a las autoridades para que sean ellos los que evalúen su valor. Aunque no puedes quedártelo según la ley, sí que te corresponde una recompensa.
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Si lo encuentras en el terreno privado, el tesoro es de su propiedad. Así se establece en los artículos 351 y 614 del Código Civil. Por otro lado, si el territorio no tiene propietario, o es del Estado, le pertenece la mitad de su valor a la persona que se lo haya encontrado.
En caso de que el Estado lo considera un bien de interés científico o artístico, le pueden comprar su mitad a quién lo ha hallado. Si la Ley 16/85 de Patrimonio Histórico lo considera como un objeto de alto valor histórico, el Estado puede reclamar la totalidad de su propiedad.
Eso sí, dependiendo de dónde lo encuentres, puedes llegar incluso a quedártelo. Un ejemplo es si lo encuentras en el mar. Puede que ya no estés bajo la lesgilación de ningún país.
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