Manuel Espinar: «A la hostelería nos han utilizado como moneda de cambio dentro del Botánico»

Con el «jarro de agua fría» de la prórroga del cierre de la hostelería, el presidente de Conhostur y la FEHV, Manuel Espinar, remarca que el sector «sólo quiere trabajar».

–¿Qué esperan de la desescalada apuntada por Ximo Puig?

–Como estamos en la CEV, vamos a incorporarnos a la mesa de negociación de la desescalada porque no podemos reabrir en las condiciones con que cerramos (limitaciones de aforo, horario hasta las cinco de la tarde) pues es inviable. Está demostrado que no somos culpables de los contagios. Somos espacios seguros, con los protocolos más estrictos de toda Europa.

–¿Van a seguir el camino del País Vasco y acudir a los tribunales?

–Estamos estudiándolo. Queremos poner en marcha una demanda, pero la casuística es distinta en la Comunitat. Lo hicimos en agosto y la justicia la tumbó.

–Algunos locales van a abrir el próximo martes como protesta.

–Es una verdadera locura. Estamos en contra, no vamos a apoyar nada que sea ilegal. Es un movimiento de irresponsabildiad por parte de algunas asociaciones. Nosotros seguiremos trabajando desde la legalidad.

–¿Qué echan en falta por parte de la administraciones?

–La poca sensibilidad que se ha tenido con un sector que es fundamental para la economía y tiene efecto tractor sobre otros. Esa efervescencia actual de ayudas ha llegado tarde porque la hostelería ha vivido con restricciones desde mayo de 2020. Tampoco el Gobierno central ha hecho nada hasta la fecha a pesar de tener una petición a nivel nacional de un plan de rescate de 8.400 millones. Sólo le ha pasado la patata caliente a las autonomías. Por eso, desde Conhostur vamos a poner en marcha una iniciativa legislativa popular para recoger 500.000 firmas destinadas a modificar la ley de segunda oportunidad y poder ayudar a las familias que se han quedado en el camino y las que puedan venir. La hostelería vive una tragedia sin precedentes.

–¿Cuál es la radiografía del sector en este momento?

–Hay más de un millón de parados en España. Y la segunda parte llegará con aquellos locales cerrados que ya no vuelvan a abrir, pues esos puestos de trabajo tienen una difícil recolocación. Aquí, donde somos 32.000 empresas, el 30% han cerrado, con la pérdida de 100.000 empleos. Ahora llegará la devolución de los ICO, pues aún no han articulado la prórroga, y no tenemos liquidez.

–¿Qué medidas son necesarias?

–Agilidad en las ayudas, pues tienen que llegar en menos de 15 días para que los hosteleros tengan liquidez y puedan levantar sus persianas en marzo. Eso es lo más urgente. Cuando desaparece la hostelería, el siguiente es el comercio. También prolongar los ERTE todo el año porque 2021 va a ser complicado. Y vacunación más rápida de lo que va a ahora. Estamos ante un verano que puede ser igual o peor que el pasado si no tenemos la inmunidad de rebaño. Y eso sería una catástrofe para el turismo, donde representamos la mitad del 14% que se aporta al PIB.

–¿Se ha demonizado al sector?

–Se ha demonizado y se ha criminalizado. Siempre nos ha hecho culpables de la pandemia. No nos pueden cerrar de esta manera cuando los datos dicen que somos seguros: sólo hay un 2,3% de contagios en la hostelería según informes del Ministerio de Sanidad. ¿Qué sentido tiene que estén abiertos comercios, centros comerciales, supermercados, transporte, etc. y nosotros cerrados? Nos han utilizado como moneda de cambio dentro de este Botánico porque hay dos partidos que, sí o sí, llevan desde octubre queriendo cerrarnos y al final lo han conseguido. Hemos servido de aceite para engrasar el Botánico, para que las relaciones se calmen entre ellos. Nos hemos sentido utilizados políticamente.