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Marina de Empresas, el polo de emprendimiento e innovación impulsado por Juan Roig, crece, pero no la hará en la ubicación que estaba en la hoja de ruta, en el Tinglado 4, sino junto a las Atarazanas, en un edificio de nueva construcción en el que se van a invertir 20 millones y cuya tramitación de las obras comienza este mismo mes.
Es el anuncio que realizaba este miércoles Marina de Empresas y que pone fin a una propuesta anunciada en julio del año pasado, cuando el entonces alcalde, Joan Ribó, visitaba las instalaciones de Edem, Angels y Lanzadera y allí se anunciaba la cesión del Tinglado 4, próximo a la antigua estación marítima y propiedad del Ayuntamiento (aunque en desuso), para la ampliación de las instalaciones de la Marina, en las que Roig ya ha invertido 100 millones desde su creación en 2015.
¿El motivo de descartar ahora este espacio? La demora que arrastra esa cesión, de la que ya alertó la propia entidad el pasado febrero cuando incluso se visitaron instalaciones de Barcelona tras comprobar que la agilidad prometida por Ribó en julio de 2022 no se había materializado. Fue entonces, a comienzos de este año, cuando el Ayuntamiento activó el proceso y realizó unas modificaciones necesarias en las fichas de los tinglados que fueron llevadas al pleno municipal para luego ser remitidas a la Conselleria de Territorio. Casi once meses después, y a pesar de la predisposición del Ayuntamiento (remarca Marina de Empresas en un comunicado), se ha optado por renunciar a los casi 12.000 metros cuadrados del Tinglado 4.
De fondo, además, todo el galimatías en que se encuentra la Marina, en concreto, el Consorcio Valencia 2007, que tiene prorrogado su mandato hasta diciembre sin posibilidad de extenderlo en el tiempo y que obliga a las administraciones implicadas (Ayuntamiento, Generalitat y Gobierno central) a encontrar una solución para la creación de un nuevo órgano que gestione los edificios y espacios de la Marina, donde, además, la Autoridad Portuaria de Valencia también quiere jugar.
Todo ello genera una incertidumbre jurídica que afecta a las empresas que están allí instaladas, como han denunciado las asociaciones en los últimos meses, y que, de forma colateral, también sobrevuela en la decisión de Marina de Empresas, ya que una vez configurado un nuevo gestor habrá que diseñar el plan de usos de los distintos espacios. Es decir, más meses de espera. En este sentido, desde el polo impulsado por Roig ya tienen sobre la mesa peticiones de grandes empresas y corporaciones que quieren unirse a Marina de Empresa y no se quiere perder esas oportunidades.
La nueva ubicación responde, además, al interés manifestado por Marina de Empresas de crecer en esta zona de la ciudad, ya que su objetivo es el de continuar en este espacio una vez se articule el nuevo marco jurídico. Por ello, Marina de Empresas y el Ayuntamiento seguirán trabajando conjuntamente para analizar futuras ampliaciones.
El nuevo edificio en el que Marina de Empresas ampliará sus instalaciones tendrá cuatro plantas y contará con 9.000 metros cuadrados de superficie útil, con una capacidad para acoger a 730 trabajadores. Se caracterizará, según han explicado, por su sistema constructivo innovador y altamente industrializado.
El solar donde se construirá el nuevo edificio, de 1.700 metros cuadrados, se sitúa entre las calles Vicente Brull y San Pascual y la plaza Conde de Pestagua, junto a las Atarazanas. El proyecto del edificio lo está ejecutando el estudio valenciano ERRE Arquitectura y la tramitación de la obra se iniciará este octubre con la previsión de que se finalice en 2025.
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