Los mayores y sus nuevas formas de vida: ni lastres, ni cargas, ni estorbos

Rosana tiene 75 años. Ha trabajado toda su vida como ama de casa y vive de una pensión no contributiva. Su marido falleció hace años, y no tiene derecho a combinar su pensión con la de viudedad al ser incompatibles por norma general. ¿Conclusión? Que a sus 75 años, vive muy justita. Y lo peor de todo: Rosana está sola, vive en un piso que, afortunadamente, tiene en propiedad; pero prácticamente no sale de casa.

A María José, por su parte, no le falta dinero. Tiene 79 y ha trabajado toda la vida en una mercería que tuvo que cerrar hace ocho años porque el siglo XXI no es un buen siglo para los negocios de toda la vida. Su problema, lejos de ser económico, es que sus hijos viven ambos fuera de Valencia. Quieren que Rosana viva en una residencia para que no se pase el día sola, pero ella se niega en rotundo. «Ahí a los viejos nos abandonan para que no demos la vara», cuenta a LAS PROVINCIAS.

Rosana y María José comparten el problema de la soledad no deseada, que afecta a dos de cada cinco españoles y a cerca de tres millones de mayores. Lo llaman la «epidemia silenciosa» de nuestro siglo.

Las dos ancianas tienen claro que no quieren pasar el tiempo que les queda en soledad. Pero ninguna de las dos desea ingresar en una residencia. Por ese motivo, ambas están pensando en una forma alternativa de vivir su vejez. Envejecimiento activo, coliving o economía plateada son conceptos que antes les hubiesen sonado a chino pero que ahora, después de haberse informado, empiezan a cobrar un significado determinante en sus vidas.

Aristóteles decía que el ser humano es un ser social por naturaleza. En España, la soledad es un problema persistente y afecta más a mujeres que a hombres. Hay asuntos de los que no se suele hablar porque no suponen un perjuicio económico. Pues bien, la soledad no deseada supuso en 2021 un gasto asistencial de 14.141 millones de euros, más de un 1% del PIB español.

Ante una situación de tal magnitud, tampoco es que estemos parados. Existen multitud de centros de asistencia y ocio para mayores, proyectos de vivienda comunal e iniciativas al estilo de 'Adopta un abuelo' que tienen como objetivo establecer un punto de conexión entre las generaciones jóvenes y las maduras. Sin embargo, no hay que ser muy avispado para darse cuenta de que queda un largo camino por recorrer (y más teniendo en cuenta que España es el segundo país de Europa que más ha envejecido en la última década).

«No queremos ir a una residencia, ni tampoco ser una carga para nuestros hijos. Por eso elegimos el cohousing». Son palabras de Anabel Bastida, actual presidenta de la Cooperativa Resistir de vivienda comunitaria para mayores. El proyecto surge de una idea muy clara: envejecer en positivo. Y parte de la idea importada de Dinamarca del coliving, esa forma de vida en la que las personas tienen en su vivienda zonas de uso privado y otras de uso común. En Godella, el primer edificio de Resistir ya está a punto de inaugurarse. Tienen a muchos mayores en la lista de espera y sus impulsores aseguran que esto no ha hecho más que empezar.

«Siempre pensamos que la vejez es cuesta abajo, pero a nosotros nos interesa seguir creciendo», explica Bastida, que se encuentra en el proceso de venta de dos viviendas en el centro de Valencia para apostar por este modo de vida. La estructura de Resistir está muy bien hilvanada. Del alquiler de las viviendas se hará cargo la cooperativa sacando dinero de un fondo común, de modo que si en un momento dado alguien no puede hacer frente al gasto siempre habrá cierto margen de maniobra en ese fondo de previsión.

Anabel es muy crítica con la percepción social de los mayores. «La soledad arrastra otros problemas. Si estás solo pierdes el humor para ir al cine, al teatro, al gimnasio, de paseo… Pero en la cooperativa siempre hay gente que hace de todo», indica. Además, cuenta que todos sus planes estarán abiertos al público general, de modo que la idea de Resistir también es aportar valor al tejido socioeconómico valenciano.

Por su parte, Martín García, portavoz de la cooperativa, cuenta que al principio había quien se reía de ellos, los impulsores del proyecto: «Nos decían: ¡eso es una comuna! Y es mucho más sencillo. Tan solo se trata de estar en compañía en nuestros últimos años de vida. Se trata de no estar solos», sentencia. Además, Resistir no tiene ánimo de lucro, y las viviendas en ningún caso serán de los socios, sino de la cooperativa, que cederá el uso a dichos socios. Esto significa, que las viviendas no se podrán alquilar, vender o traspasar, lo que evitará la especulación.

Durante la pandemia, la plataforma Jovesólides (que se dedica a impulsar proyectos de inclusión social) lanzó una iniciativa de acompañamiento telefónico a mayores que vivían solos. Aquella idea traspasó los límites del confinamiento, y a día de hoy, un equipo de psicólogas atiende a más de 200 personas de la Comunitat, realizando una media de 150 acompañamientos semanales.

Jovesólides lleva veinticinco años trabajando en la inclusión, y una de sus líneas maestras son los mayores. Pero su trabajo no está concebido como una ayuda unidireccional trabajador-anciano. Para nada. Lourdes Mirón, presidenta de Jovesólides, lo explica muy bien: «Los mayores participantes no solo comparten y aprenden, sino que también contribuyen a su comunidad, reforzando el envejecimiento activo y saludable, en la lucha contra la soledad no deseada». De hecho, cuentan con una base estable de voluntarios mayores que dinamizan actividades socioculturales y encuentros quincenales.

Más de 3.000 personas han participado ya en sus proyectos de envejecimiento activo, que se enfocan en varias áreas además del acompañamiento telefónico: realizan encuentros presenciales convivenciales en los barrios de Valencia, actividades socioculturales grupales en Valencia y Elche, formaciones TIC, propuestas culturales, voluntariados… Todas sus actividades son gratuitas y altruistas.

Resistir y Jovesólides son tan solo dos de los muchos ejemplos de fomento del envejecimiento activo que existen en nuestro país. Sin embargo, en algunos aspectos todavía estamos en pañales, por lo que conviene fijarse en cómo otros países cuidan a sus mayores.

Hemos recopilado algunas medidas implementadas durante los últimos años. Desliza para conocerlas:

Este reportaje ha sido realizado por LAS PROVINCIAS y Caixa Popular, la entidad cooperativa, valenciana, con valores sociales y solidarios. Una banca diferente que destaca por la gestión ética y profesional y por su solvencia. Una cooperativa que crece generando riqueza local, ocupaciones estables y con una sensibilidad social diferente a otras entidades. La principal entidad financiera valenciana se convierte en un ejemplo práctico de cómo la banca puede contribuir a una economía más justa y equitativa mediante los valores de la Economía Social.

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