PPLL
Miércoles, 29 de abril 2015, 23:36
La planta de motores de Almussafes es una de las joyas de la corona de la marca en Europa. Se inauguró en 1975, un año antes que la línea de producción, y se especializó desde el principio en los motores de gasolina de 0,9, 1.1 y 1.3 litros de cilindrada que se equiparon durante años en las gamas Fiesta y Escort. Estos motores fueron rápidamente conocidos en Ford como los 'tipo Valencia'. Su producción se mantuvo durante décadas, equipando las mejoras adecuadas, como la inyección de combustible, nuevas piezas más robustas e intervalos de mantenimiento cada vez más largos. Su exportación fue masiva, tanto a otras fábrica de Ford en Europa como a diferentes factorías del mundo, y fueron utilizados tanto en coches como en algunas aplicaciones en el mundo de la náutica.
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Del 'tipo Valencia' a la gama Endura
Poco a poco las normas anti-contaminación fueron imponiendo cambios en las mecánicas, como culatas multiválvulas para mejorar la combustión y reducir los consumos o el turbo para aumentar las prestaciones. A su vez, la ganancia en peso y tamaño de cada nuevo modelo hizo que los motores 0,9 y 1,1 litros se dejaran de fabricar, dejando el 1.3 litros de 60 CV para coches más pequeños, donde el motor, bautizado como Endura debido a sus mejoras, tuvo un matrimonio perfecto con el Ford Ka. El pequeño modelo urbano, primero que se fabricó en exclusiva en la planta de Almussafes, tuvo en el motor 1.3 un perfecto aliado, ya que su peso ligero permitía un bajo consumo, aprovechando además la alta fiabilidad que lo hacía indestructible. El Ka se estuvo fabricando desde 1996 a 2008 con diferentes evoluciones del motor 1.3 litros.
Tras el cese de producción de esta mecánica, Ford aprovechó las instalaciones para producir la gama de motores Duratec HE que, con diferentes cilindradas, han superado el millón de unidades producidas en la planta de Valencia. Pero de nuevo, han sido los últimos cinco años los más importantes para la factoría, ya que en 2010 se inició la fabricación de los nuevos motores 2.0.
La llegada del 2.0
Este tipo de mecánicas incorporan inyección directa de gasolina y turbo, y son los más potentes y eficientes que tiene la marca en su gama. La producción se inició en 2010 con 38.000 unidades sobre un total de 194.000 fabricadas. En 2011 el motor 2.0 ya supuso casi la mitad de los producidos, con 146.000 unidades sobre las algo más de 300.000 que salieron de Almussafes. 2012 supone un salto exponencial con 350.000 de las 442.000 producidas. De nuevo, en 2013 la producción crece hasta las 467.000 unidades, superando la producción total el medio millón de motores, cifra que se repitió en 2014, cuando el EcoBoost superó el medio millón de unidades ante el cese de la familia Duratec HE. El motor 2.0 EcoBoost se utiliza en Europa en los Mondeo, Galaxy y S-Max, como en las versiones deportivas del Focus, además de suministrar esta unidad a otros fabricantes, como Land Rover, que lo ha estado utilizando en el Evoque en su configuración de gasolina.
En Estados Unidos el motor de cuatro cilindros se ha incorporado incluso a la gama de pick-ups Ford F-150, modelos que, hasta hace pocos años sólo se vendían con mecánicas V8.
Tras el récord alcanzado en 2014 Almussafes reducirá la producción en los próximos meses. El motivo es que más de la mitad de las mecánicas fabricadas se exporta a Estados Unidos, por lo que Ford ha decidido realizar el montaje de las unidades necesarias en este país. Para ello la factoría de Cleveland recibirá desde Almussafes los elementos más importantes de la mecánica, como el bloque del motor, las culatas o el cigüeñal, incorporándose en la planta americana las piezas accesorias, como bombas de aceite, agua, correas o intercooler.
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Motores y coches valencianos
Además de reducir la producción la planta comenzará a utilizar una parte de los motores fabricados en los propios modelos producidos, ya que ahora los Ford Mondeo, Galaxy y S-Max que equipan este motor de 2.0 litros se fabrican en Valencia. Por una parte Ford ahorra costes de logística, aunque por otra los financieros de la marca prefieren las exportaciones netas porque siempre generan beneficio, mientras que al incorporarlo en los coches hay que generar la venta del modelo completo para que la planta de motores recupere su inversión.
Esta reducción de producción no significará que haya despidos en la planta. Según fuentes de la empresa los empleados de motores pasarán bien a las líneas de carrocería, pintura y montaje o bien a la preparación de los envíos de componentes a Estados Unidos. Con una fabricación prevista de más de 300.000 unidades y el aumento de la venta de coches en Europa, la planta de motores tiene un gran futuro por delante.
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