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Reuters/EP
Jueves, 8 de noviembre 2018, 23:47
Los fabricantes alemanes de vehículos acordaron gastar hasta 3.000 euros por vehículo en Alemania para ayudar a reducir las emisiones de los vehículos diésel más antiguos.
Según el ministro de Transporte alemán, Andreas Scheuer, Volkswagen y Daimler están preparadas para sufragar de su propio bolsillo modificaciones de hardware en los coches diésel más viejos, pero BMW se niega a dicha medida.
No obstante, los tres grandes fabricantes del país germano se han comprometido tras cinco horas de reunión con el Ejecutivo alemán a gastar hasta 3.000 euros en diversas medidas, incluyendo incentivos de intercambio.
Tales incentivos tienen como objetivo convencer a los clientes alemanes de que cambien su vehículo antiguo por uno más nuevo y menos contaminante, y que no se vean afectados por las prohibiciones de conducción que están adoptando distintas ciudades en Alemania.
El Gobierno alemán ha presionado a las firmas alemanas para que asuman más de la carga que supone la modernización de los vehículos antiguos.
«Volkswagen, Daimler y BMW se asegurarán de que sus clientes puedan permanecer móviles», señaló Scheuer ante los medios de comunicación, instando a firmas extranjeras, como Fiat y Peugeot, a que se unan a los esfuerzos que las empresas alemanas han hecho.
Durante el encuentro, un tribunal alemán ha dictaminado que las ciudades Bonn y Colonia deberán prohibir la circulación de vehículos diésel antiguos en determinadas áreas de sus zonas más antiguas a partir de abril de 2019, con el fin de cumplir con los niveles de calidad del aire exigidos por las autoridades europeas.
La crisis del diésel
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