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Alicante
Viernes, 12 de enero 2018, 10:07
El empresario ilicitano José Torres Fenoll, uno de los fundadores, junto a su padre y sus hermanos Luis y Vicente, de la popular firma de golosinas Damel (Dama de Elche), ha fallecido a los 93 años.
La compañía fue la artífice de populares y míticas golosinas como los chicles Cheiw, los caramelos balsámicos Pectol, o los masticables Snipe y Palotes.
Los orígenes de la empresa se remontan al año 1860. Juan Torres Torres y su hijo José Torres Almela regentaban en aquella época una confitería en la calle Corredora. El negocio se mantuvo estable durante más de 60 años, hasta que en la década de los veinte del siglo pasado la tercera generación de la familia, encabezada por Luis Torres Castaño, creó en el piso superior del establecimiento una pequeña industria de caramelos, con una máquina adquirida en Barcelona y el asesoramiento de artesanos confiteros catalanes.
En los primeros años de la década de los treinta, Luis Torres intentó vender sus productos por toda España a través, sobre todo, de vendedores ambulantes de caramelos.
Después de la Guerra Civil se incorporó la cuarta generación, Luis Torres Fenoll, y sus hermanos José, encargado de la parte económica, y Vicente, que estudió Químicas. Comenzaron a fabricar caramelos con melaza y más adelante con mosto de la uva mezclado con almendra pelada, envueltos con papel aluminio, los llamados Nata- Torres.
Una vez afianzada la producción, hacia 1948, se constituyó la sociedad de responsabilidad limitada Luis Torres Castaño y Compañía. La sede de la empresa se establecía en el número 3 de la calle José María Buck de Elche y el objeto social era la fabricación de caramelos, turrones y dulces en general.
La empresa eno deja de crecer y hay que trasladarse a unas nuevas instalaciones. En 1950 se registró la marca Cheiw; en 1953, Pectol; en 1958, Snipe; y en 1961, Damel, marca por la que se conocería a la firma. Ya a principios de los años sesenta, los tres hermanos, Luis, José y Vicente, se convertirían en los propietarios y gerentes de la empresa, con un capital social que se fijó en 1,5 millones de pesetas.
Damel llegó a ser una de las empresas más importantes de Elche, hasta el punto de que tenía una plantilla de 1.200 trabajadores. No obstante, la crisis de los años ochenta también tuvo su incidencia en la fábrica y hubo que suspender pagos. Sin embargo, pudo remontar el vuelo con un plan deviabilidad y de ajuste, lo que hizo que unos años más tarde llegara a alcanzar unas ventas anuales que superaron los 4.000 millones de pesetas.
En la década de los años noventa la compañía se acabaría vendiendo a una empresa sueca, Procordia, que, posteriormente cedería la gestión a una firma finlandesa que inicialmente se implantó como el nombre de Leaf Iberia. Pero con el paso al siglo XXI la firma volvería a recuperar la marca Damel. En esos años precisamente tuvo lugar el traslado de las instalaciones a Crevillent.
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