DKV se cae de Muface y Adeslas y Asisa se ocuparán de la sanidad de los funcionarios

Las dos compañías ya habían confirmado que acudirían a la última oferta lanzada por el Gobierno para el nuevo concierto del servicio, que entrará en vigor el próximo mes de abril. Pero aún quedaba por confirmar si DKV -la tercera jugadora hasta ahora- se mantendría firme o no en su negativa inicial. Finalmente, ha decidido abandonar el modelo ante las pérdidas generadas en los últimos años y al estimar que, pese a las sucesivas mejoras en la oferta del Gobierno, su negocio no termina de cuadrar con el sistema.

Ahora queda por ver qué ocurrirá con los cerca de 200.000 funcionarios que integran su cartera. Una de las vías será que Adeslas y Asisa asuman estas coberturas, donde también podrían darse casos de funcionarios que decidan pasarse a la san idad pública, sobre todo después de la incertidumbre vivida estos meses con un sistema en el que todas las partes -desde Sanidad a Función Pública, pasando por las propias aseguradoras- coinciden en que debe ser revisado.

Tras una licitación desierta y otra mejorada en dos ocasiones –con duras e intensas negociaciones de por medio– Adeslas y Asisa ya confirmaron que acudirían a la oferta final del Gobierno, que implica una mejora de las primas del 41,2% en el periodo y un presupuesto de 4.808 millones de euros, frente a los 1.276 millones del convenio vigente, de dos años de duración. Con el 'sí' de estas dos entidades, el sistema retiene la cobertura de más de 872.600 funcionarios que actualmente mantienen en cartera. Pero aún queda en el aire la de los 199.619 mutualistas de DKV, la tercera aseguradora que actualmente presta el servicio y la más reacia a volver a hacerlo.

El Gobierno no solo se ha visto obligado a elevar el presupuesto para mantener vivo Muface, sino también a incluir una cláusula para el «restablecimiento del equilibrio económico-financiero» en casos de «riesgos imprevisibles» para los que no haya una solución alternativa, como por ejemplo la situación vivida durante la pandemia, con un aumento en el número de pacientes considerable, al que siguió el fuerte repunte de costes derivado de la subida de la inflación.