Juguetes Cayro, el mundo al alcance de una tirada de dados

A veces, las decisiones aparentemente más simples son las que determinan el camino hacia el éxito. Eso fue lo que le sucedió a la juguetera alicantina Cayro, que en los años 80 optó por centrarse en el desarrollo de juegos de mesa para todas las edades y mantuvo en un segundo plano los juguetes convencionales, más enfocados en el público infantil. «Desde entonces, hemos ido sacando tanto juegos más tradicionales como otros más innovadores con un fuerte componente tecnológico», explica Rosario Carrió, directora general de la compañía que acaba de ser galardonada por estar presente en la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes desde su fundación hace medio siglo.

El hecho de ampliar los sectores a los cuales se dirigen sus productos permitió a la firma compensar el carácter estacional de esta industria, cuyo pico comercial se alcanza en Navidad. «Cayro ha evitado la estacionalidad propia del sector de los juguetes y podemos decir que vende durante todo el año, sea cual sea la coyuntura económica», destacan desde la compañía, que fue fundada en 1954 en Dénia.

Por lo que respecta a sus datos, la mercantil vendió en 2016 más de 880.000 juegos y juguetes, un 15% más que en 2015. En total, la facturación alcanzó los cuatro millones de euros, de los cuales, el 38% procedió de cerca de veinte países diferentes, según asegura Carrió. Para el cierre de este año, espera incrementar sus ventas alrededor de un 15% y llegar al 40% de exportaciones a través de 30 países.

Cayro sostiene una fuerte apuesta por el mercado internacional, tal y como explica su directora general. «Nos gustaría que el 50% de la facturación procediera de las exportaciones», cuenta la empresaria sobre los planes de futuro de la compañía. Actualmente, la juguetera vende en Portugal, Finlandia, Francia, Bélgica, Holanda, Reino Unido, Italia, Polonia, Marruecos, Australia, Canadá, Chile, México, Colombia y Ecuador, entre otros.

«El mundo es muy grande y queremos seguir creciendo», asegura Carrió, tras señalar que este año se han lanzado a Emiratos Árabes. Los orígenes de Cayro se remontan 1954, cuando el abuelo de los actuales propietarios comenzó elaborando productos auxiliares para otros sectores. Sin embargo, una vez entrados los 60, la firma decidió diseñar y producir sus propios juguetes. A día de hoy, la mercantil alicantina tiene una plantilla de diecisiete empleados directos y alrededor de 1.000 puestos de trabajo indirectos, si se tienen en cuenta la subcontratación de producciones, tanto a nivel nacional como en Asia. Según explica la compañía, los empleados tienen una edad media de 40 años, con una antigüedad en la empresa de 15 años de promedio, cosa que «refleja la firme estabilidad de sus trabajadores».

Por lo que respecta a su método de fabricación, Cayro destaca su implicación en toda la cadena, desde el diseño del concepto hasta el 'packaging'. «Detectamos qué productos son los más solicitados o donde tenemos carencias -según edad, tipo de juegos, número de jugadores- y a veces ideamos nosotros mismos los juegos desde nuestro departamento de desarrollo de producto o contamos con la ayuda de expertos desarrolladores de juegos de mesa externos», cuentan desde la firma.

En concreto, cinco personas intervienen en el proceso y cuentan con la ayuda externa de un equipo de ocho personas más. Además, Rosario Carrió subraya como factor clave del éxito la capacidad para adaptarse a nuevas tendencias e ir un paso por delante del mercado. «Por eso destinamos 50% de los beneficios al departamento de Innovación y Desarrollo, con el objetivo de invertir en la creación de nuevos juegos y en los cambios de 'packaging', de los productos para adecuarlos a las nuevas tendencias», aseguran.

En un último apunte, Carrió no quiere olvidarse de la denominada 'responsabilidad social', un concepto que, a su parecer, toda empresa debe cumplir sin esperar a que se lo exijan. «Nosotros creemos que todas las partes deben ser ganadoras», sentencia la empresaria, que también ha sido galardonada en el cincuenta aniversario de la Asociación Española de Fabricantes por ser la primera mujer en formar parte de la Junta Directiva.