Los nuevos aranceles de Trump ponen en jaque más de 3.500 millones de euros del campo español

El mensaje no menciona más detalles sobre qué productos se verían afectados ni si habría excepciones. Tampoco está claro si este anuncio se incluye en el plan ya anunciado para la imposición de aranceles «recíprocos» sobre casi todos los socios comerciales de EE UU. Pero el anuncio ha hecho saltar las alarmas en el campo español. España vende al país norteamericano productos por valor de 3.566 millones, según datos de Datacomex correspondientes a 2024.

El aceite puede ser el producto que podría resultar más dañado con ventas de 640 millones, seguidos del vino -entre 300 y 340 millones- y otros productos como queso, pimienta o aceitunas de mesa por debajo de los 100 millones. «Pueden parecer que no son cifras importantes si se compara con China, pero sí lo son, por lo que pedimos es que el Gobierno y la Unión Europea actúen, económica y comercialmente. Tiene que haber un acuerdo en ese sentido», afirma Miguel Padilla, secretario general de COAG.

Una reclamación a la que también se sumó este martes la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), que pide a Bruselas que sea «beligerante» y esté «a la altura de proteger» los intereses del sector agrícola, que es «absolutamente estratégico». Su secretario general, Cristóbal Cano, apuesta por ser «prudente», ya que Trump «cambia de opinión, incluso a las pocas horas de hacer algunos anuncios».

Precisamente, China y Canadá anunciaron este martes un incremento a las tasas de las importaciones estadounidenses, en respuesta a los aranceles de Trump, que en el caso chino serán de hasta un 15% en los productos agrícolas y en el canadiense de hasta un 25%. El Gobierno mexicano, por su parte, estudia su respuesta. España exporta menos de un 5% a EE UU y el déficit comercial (la diferencia entre las exportaciones y las importaciones) con Washington supera los 10.000 millones de euros, el país norteamericano es el séptimo destino de los productos del campo y pesquero español.

La consecuencia inmediata de un arancel a estos productos será una caída en las exportaciones. En 2019, la consecuencia directa sobre el aceite de oliva fue un descenso del 60% en el peor episodio de la guerra comercial durante el primer mandato de Trump. En aquel momento esos arancelens no fueron homogéneos y no todo el aceite de oliva en todos sus formatos se vio gravado.

No obstante, este retroceso tendrá una envergadura limitada porque las exportaciones a EE UU de este tipo de productos son relativamente modestas en el conjunto de las exportaciones españolas -384.500 millones de euros-. En concreto, representan menos de un 1%. Y porque estos gravámenes se puden ir modulando por varias vías: exportaciones en otros formatos, acuerdos o negociaciones, inventarios estratégicos o modificaciones en la frecuencia de los envíos.

Raúl Mínguez, director de estudios de la Cámara de Comercio de Españaconsidera que el impacto sobre los productos alimenticios y el tabaco sería menor que si se estableciese sobre metales como el hierro, el acero o el alumino o incluso sobre maquinaria o productos químicos y farmacéuticos «que son los grandes bloques que conforman el sector exterior de bienes». El experto recuerda que los productos alimenticios y el tabaco son «relativamente inelásticos». Es decir, son bienes de primera necesidad sin sustitutos con las mismas características o igual de bien posicionados en la mente de los usuarios.