Que las obras de carreteras en la Comunitat se desarrollen a ralentí parece haberse convertido en una tradición. Sucedió con los retrasos en la ejecución del tercer carril de la A-3 y de la V-21 (que luego pasó a ser un bus- ... VAO) y ahora con la ampliación del by-pass, en concreto, con las obras del llamado tramo norte de los tres en que se dividió esta actuación que se planificó en 2014 (aunque el primer proyecto data de 2007) y que se licitó en junio de 2021. Las obras, que discurre entre los enlaces de la CV-32 y la CV-35, comenzaron en abril de 2022 y fue ese agosto cuando las máquinas empezaron a dejarse ver en la zona comprendida entre Moncada y Bétera y el barranco del Carraixet.
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Y ahí se han quedado hasta ahora, dado que los trabajos han avanzado a un ritmo más lento de lo inicialmente previsto debido a la aparición a lo largo de todo el trazado de una serie de servicios afectados (telecomunicaciones, agua, gas, telefonía, electricidad, etc.) que obligaron a realizar ajustes en las reposiciones previstas en el proyecto de construcción.
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Arturo Cervellera
¿Consecuencia? La aprobación de un modificado de la obra inicial por parte del Ministerio de Transportes hace apenas un mes, según confirma la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana. De hecho, a finales del pasado octubre, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba una resolución ministerial para el levantamiento del acta previa de ocupación de los terrenos del gasoducto de Enagás y el expediente de indemnización.
Una tramitación administrativa que se ha prolongado nueve meses y que, junto con la intervención para el desvío de los servicios afectados, va a provocar el retraso en la finalización de las obras que se extienden a lo largo de 11 kilómetros por los municipios de El Puig, Rafelbunyol, Massamagrell, Museros, Moncada, Bétera, Valencia, Godella y Paterna. Así, su nueva planificación se prevé para el primer trimestre de 2026, entre diez y doce meses más tarde de lo fijado en el contrato, que recogía un plazo de ejecución de 36 meses. La obra se adjudicó a la UTE Dragados-Pavasal por 110,4 millones.
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El proyecto contempla la ejecución de cuatro nuevos viaductos (dos sobre el Carraixet y dos sobre la CV-310) y cuatro muros, junto a nuevas pasarelas en la CV-315 y la CV-310 y la adaptación de la pasarela sobre la CV-32, además de 18 pasos superiores, ocho inferiores y seis obras de drenaje. La ampliación permitirá contar con dos calzadas laterales, una a cada lado y adosadas al by-pass, que conectarán entre sí los enlaces actuales y permitirán separar el tráfico de agitación (es decir, trayectos cortos) del de largo y medio recorrido.
En paralelo, el ministerio ya apuntó que trabaja en la redacción de los proyectos de los tramos siguientes, que abarcan desde el enlace con la CV-35 hasta el de la A-3, considerándose prioritario el tramo contiguo (CV-35 y CV-370) al que está en obras al ser el que soporta el mayor volumen de tráfico. En este sentido, el director-gerente de los contratistas, Manuel Miñés, considera «urgente» licitar estas obras, sobre todo hasta el enlace con la V-30 «al ser la única vía de acceso al puerto de Valencia». Y apunta unos datos para insistir en la urgencia: este tramo alcanzó un aforo de 114.741 vehículos/día en agosto y entre 2021 y 2022 se registraron 312 accidentes.
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Precisamente sobre concentración de tráficos, la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística (FVET) y el Ayuntamiento de Riba-roja reclamaron este miércoles «soluciones urgentes» a los colapsos del área industrial de este municipio, especialmente entre la A-3 y la salida al by-pass para garantizar la conectividad de los vehículos que pasan por este punto. En este sentido, el alcalde, Roberto Raga, avanzó la «inminente» licitación de las obras del puente de Baló una vez el proyecto reciba el visto bueno del ministerio. En la reunión, también les informó del proyecto de construcción de una nueva rotonda entre el puente sobre la C3 y la rotonda central, redactado por parte del área de Carreteras de la Diputación de Valencia.
Por su parte, el presidente de la FVET, Carlos Prades, ha insistido en la necesidad de impulsar las iniciativas necesarias para descongestionar, de una vez por todas, el área industrial de Riba-roja. «El trasporte valenciano no aguanta más esta situación. Necesitamos que se desarrollen iniciativas a corto plazo que permitan aumentar la fluidez y, por supuesto, solucionar el caos. Si se amplía el área en estas circunstancias, el caos aumentará», ha afirmado.
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