La oleada proteccionista internacional castiga las exportaciones valencianas

El creciente proteccionismo es una de las grandes amenazas para la economía valenciana, que cerró el primer semestre con un crecimiento del 2,9% -según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef)- pero perdió tres décimas respecto al trimestre anterior. Desde Cámara Valencia alertan de que la incertidumbre internacional puede moderar ese dinamismo, con riesgos como el 'Brexit', el encarecimiento del petróleo, el distinto ritmo de la política monetaria de Estados Unidos y la Unión Europea, y el proteccionismo impulsado por Donald Trump.

Ese fenómeno, que dispara la incertidumbre y ralentiza el comercio internacional, ya ha dado muestras del perjuicio que puede causar a las exportaciones valencianas.

A mediados del año 2014 comenzaron las sanciones comerciales recíprocas entre la Unión Europea y Rusia, como consecuencia de las acciones emprendidas en Ucrania, y que actualmente siguen en vigor.

El veto ruso a productos europeos hundió un 84% las ventas de alimentos valencianos a ese país en apenas tres años, de acuerdo con el informe presentado este lunes por la Cámara. Según cálculos del sector agrario, las pérdidas para el campo valenciano superaban los 600 millones de euros al cierre de la tercera campaña, aparte de los excedentes hortofrutícolas que el mercado ruso solía demandar antes del veto y contribuyen ahora a saturar el mercado.

En 2016 se produjeron dos hechos que, a día de hoy, siguen haciendo mella en las exportaciones de la Comunitat Valenciana. Por un lado, los británicos votaron salir de la UE y, por otro, Argelia estableció limitaciones a las importaciones de productos, que este año ha ampliado a más de 900 partidas, a raíz de la caída de ingresos por petróleo y el fuerte aumento de su déficit comercial.

Las ventas de azulejos, principal producto exportado por la Comunitat al mercado argelino, cayeron un 56% en 2017. Este año, tras un paréntesis de cinco meses con envíos, volvió a cerrar fronteras mientras ultima aranceles de hasta el 200%.

El 'Brexit', por su parte, confirma mes a mes los temores del empresariado. Las exportaciones de la Comunitat a Reino Unido, su tercer mayor mercado, se han contraído un 23% desde el referéndum. Superados los dos años de negociaciones sobre el proceso de salida de la Unión Europea, y aún «sin una solución clara», la incertidumbre crece entre las empresas, tanto británicas como europeas, apuntan los expertos.

A esos dos hechos habría que sumar un tercer acontecimiento acaecido en 2016 y que, de momento, es el que menos afecta a las exportaciones. Se trata de la elección de Donald Trump como presidente en Estados Unidos a finales de ese año, que supuso un cambio radical en la política exterior estadounidense, hacia un mayor proteccionismo, para reducir su déficit comercial, sobre todo con México y China. Y, de ahí, la paralización de los acuerdos comerciales con la UE, con los países del Pacífico e, incluso, del ya firmado NAFTA con México y Canadá.

Según José Vicente Morata, presidente de Cámara Valencia, «por ahora no está habiendo un deterioro de las relaciones con Estados Unidos», al margen de algunos descensos mensuales de las exportaciones.

No obstante, ese panorama se complicaría si Trump cumple su amenaza de subir del 2,5% al 25% los aranceles que impone a los vehículos importados de la Unión Europea. Al mercado americano se envían cerca del 11% de los vehículos fabricados por Ford en Almussafes -la mitad de las Transit Connect que produce la planta- y nueve de cada diez motores 'made in Valencia'.

Frente al proteccionismo, numerosos países trabajan por una mayor integración comercial a nivel global, como atestiguan los acuerdos de libre comercio de la Unión Europea con Canadá (CETA) y Japón. Según la eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez-Piñero, el CETA «empieza a dar sus frutos en la Comunitat», al haberse duplicado las exportaciones de cítricos a Canadá en el primer semestre y rondar ya los cincuenta millones de euros.