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¿Qué es una orden de domiciliación SEPA?

Este sistema elimina las barreras de pagos transnacionales y ofrece una mayor comodidad y seguridad tanto a particulares como a empresas

Jueves, 14 de noviembre 2024, 23:46

Cuando alguien nos pide que rellenemos una orden de domiciliación SEPA, hablamos de un mecanismo utilizado para autorizar el cobro de pagos recurrentes de una cuenta bancaria a favor de una entidad o proveedor de servicios, como por ejemplo, una empresa de telecomunicaciones, el pago de una hipoteca, o el abono mensual de un gimnasio. El sistema SEPA (Single Euro Payments Area, por sus siglas en inglés) facilita los pagos y cobros en Europa, eliminando las barreras de pagos transnacionales y ofreciendo una mayor comodidad y seguridad tanto a particulares como a empresas.

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Con la domiciliación SEPA, el titular de una cuenta autoriza a un tercero a cobrar de forma periódica un importe acordado. Este método ha ganado terreno por su eficacia, seguridad y la comodidad que ofrece tanto a los usuarios como a las empresas, eliminando la necesidad de realizar pagos manuales y asegurando el cobro puntual. Sin embargo, aunque es una herramienta sencilla, existen varios aspectos que deben entenderse a fondo para aprovechar al máximo su funcionamiento.

¿Cómo funciona una orden de domiciliación SEPA?

La domiciliación SEPA comienza cuando el titular de una cuenta bancaria (deudor) autoriza a un tercero (acreedor) a cargar pagos directamente en su cuenta, de manera recurrente o puntual. Este acuerdo se formaliza mediante un mandato SEPA. El mandato es un documento en el que el titular de la cuenta concede su consentimiento al acreedor para que se realicen los cargos.

En este contexto, es importante saber que el mandato SEPA puede ser físico o digital, y debe contener una serie de datos esenciales para garantizar la correcta ejecución del pago. Los elementos clave de este mandato son:

- Los datos del titular de la cuenta (nombre y dirección).

- Los detalles del banco (nombre del banco, código IBAN y BIC).

- La firma del titular (en caso de ser físico, o la autenticación digital, en caso de ser online).

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- El número de referencia único del mandato, que identifica de forma exclusiva esa autorización.

Este mandato puede ser enviado directamente al proveedor del servicio o a la entidad que va a gestionar el cobro. Una vez firmado el mandato, el acreedor (por ejemplo, la empresa que cobra el recibo del agua, luz, etc.) tiene la capacidad de enviar una solicitud de cobro a la entidad bancaria del deudor y el banco la procesará según los términos acordados. Esto significa que, por ejemplo, si el pago se establece para el primer día de cada mes, el banco procederá a realizar la domiciliación de acuerdo con el importe y la fecha establecida en el mandato.

Asimismo, el banco siempre enviará un preaviso o notificación al titular de la cuenta si el importe a cobrar es variable o si el cargo no es fijo, de modo que el deudor esté informado antes de que el dinero se deduzca de su cuenta.

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Requisitos y plazos

Para crear una domiciliación SEPA, es imprescindible tener los datos bancarios correctos del deudor, especialmente su número de cuenta (IBAN) y el código BIC/SWIFT de su banco. En este sentido, el titular de la cuenta tiene el derecho de revocar el mandato SEPA en cualquier momento. Para ello, debe comunicarse con su banco y con el acreedor para anular la domiciliación, lo que se suele hacer mediante una notificación formal. Además, el deudor puede solicitar la devolución de un pago si considera que ha sido incorrecto, siempre que se haga dentro de los 8 semanas siguientes al cargo.

Con respecto a los plazos, los pagos domiciliados se deben realizar con al menos 5 días de antelación para que el banco pueda procesarlos. Si el pago tiene fecha fija, la domiciliación debe hacerse antes de esa fecha para evitar problemas con el cobro.

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En caso de que un cargo no se pueda procesar por fondos insuficientes, el banco devolverá el pago y el titular de la cuenta podría enfrentar cargos por sobregiro, dependiendo de los términos del contrato con su entidad bancaria. Asimismo, si el deudor no autoriza el pago, el banco podría bloquear la domiciliación o incluso generar cargos adicionales por impagos.

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