Las nuevas formas de pagar las carreras de los taxis

Levantar y agitar la mano en mitad de la calle -en las ciudades donde aún está permitido, como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla- sigue siendo la manera más rápida y efectiva de tomar un taxi. Pero las costumbres están cambiando. El desembarco de la globalización tecnológica ha sacudido por completo a un sector al que muchos de los viajeros tachaban de atávico. Se han multiplicado las posibilidades para solicitar un servicio. Y también para pagarlo.

Antes solo se podía en efectivo. Pero eso quedó muy atrás. Los taxistas se fueron modernizando. Las tarjetas de crédito y débito vinieron a continuación. En algunas ciudades, como Madrid, es obligatorio que los taxistas tengan datáfono para cobrar. Pero hay usuarios que siguen siendo reacios a pasar el plástico por la ranura. Es ahí donde entra en juego Paypal, una plataforma que opera de intermediaria. Ella es la que hace el pago con el dinero que recoge de una tarjeta bancaria que el usuario debe registrar previamente. Es el método que emplean las nuevas aplicaciones. El más rápido, también. Desde la 'app', cuando termina la carrera, cobran automáticamente, sin necesidad de ejecutar ninguna maniobra.

A este maremágnum se han unido las fórmulas desarrolladas por los grandes gigantes tecnológicos. Con Apple Pay, Samnsung Pay o Google Pay, ahora es posible liquidar la factura con el teléfono, la tableta electrónica o incluso los denominados relojes inteligentes, con el simple gesto de acercarlos al datáfono, como si fueran tarjetas. Cada compañía varía las entidades bancarias con las que trabaja, pero la formula es la misma. El usuario introduce sus datos y, cuando el taxista le dice el importe de la carrera, en Apple, por ejemplo, solo tiene que poner la huella dactilar en el móvil.

«Somos muy flexibles y pijos en eso, nos gusta ir a la última», explica Rubén, taxista en Madrid acostumbrado a cobrar por cualquier vía. «Yo acepto hasta transferencias que me hagan al instante e incluso 'Bizum'», añade. Es la moda entre los 'milenials'. Los más jóvenes, muchos de ellos, nativos tecnológicos, usan esta aplicación que permite hacer transacciones entre personas o empresas donde solo es necesario el número de teléfono del destinatario.

Pero la revolución tecnológica no solo ha llegado a través de los pagos. Hasta no hace tanto, lo más común para coger un taxi era llamar a una centralita telefónica -las populares radio-taxis, siempre con números repetitivos fáciles de recordar- o desplazarse hasta una parada. Pero la llegada de internet abrió mucho más el abanico. En la actualidad, facilitan esta tarea más de 30 aplicaciones informáticas. Unas funcionan a nivel nacional y otras, a nivel autonómico. La Federación Española del Taxi asegura que el 25% del negocio se lleva a cabo a través de estas 'apps' y cree que en solo cinco años llegará al 60%. Este impulso viene propiciado por las empresas de movilidad, espoleadas por la aparición de las denominadas VTC (Vehículos de Turismo con Conductor), como Uber o Cabify. «Necesitábamos modernizarnos», responde con rotundidad José Antonio, taxista en la capital desde hace doce años.

«Nosotros aparecemos para ayudar al taxi a adaptarse al nuevo entorno», explica Jaime Rodríguez de Santiago, director general de Free Now en España. La empresa referencia, que pertenece a BMW y Daimler, antes llamada MyTaxi, opera en más de cien ciudades a nivel mundial, entre ellas Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia y cuatro de Asturias. «La tecnología ha impactado en la movilidad de dos maneras muy diferentes. Por un lado, los usuarios reclamaban formas distintas para pedir un taxi; y, por otro, es innegable que el sector se ha visto sometido en poco tiempo a una competencia que no esperaba y para la que no estaba preparado», afirma Rodríguez Santiago.

Plataformas como Free Now -hay otras muchas- han suscitado debate entre el gremio de taxistas. Para muchos, son competencia. Otros, en cambio, las ven como una oportunidad. Lo que ya tienen claro es que el futuro del sector va por ese camino. «Tan mal no lo estaremos haciendo cuando el resto de cooperativas y radioemisoras tienen ya o preparan sus propias aplicaciones para el teléfono», dice Rubén, que lleva más de siete años trabajando en Madrid con Free Now. «Los que antes nos llamaban esquiroles ahora copian nuestra forma de trabajo», apostilla. La Asociación de Radio-Taxi de España ha impulsado PideTaxi, la 'app' que quiere integrar a las más de 110 radios locales repartidas por la geografía nacional.

El asunto que aviva el debate entre los defensores de uno y otro modelo es el de las comisiones. Las empresas de movilidad que trabajan con el sector del taxi cobran un tanto por ciento fijo por cada carrera. Free Now, concretamente, un 12,5%, más IVA. En los treinta euros que está fijada la tarifa al aeropuerto de Barajas desde cualquier punto de la M-30, se quedan con siete. Hay quien lo considera excesivo. «La proporción de la comisión es bastante baja para el sector de la movilidad. Los VTC cobran entre el 20 y el 25%», se defiende Rodríguez Santiago, que lo conoce bien ya que, antes de desembarcar en Free Now, fue director de BlaBlaCar (dedicada a unir usuarios que comparten coche) en España, Portugal y Alemania.

«Nosotros no cobramos nada a nuestros asociados», destaca Raúl Sánchez, jefe de central de PideTaxi. «En la cuota está incluido el uso de la aplicación, independientemente del número de servicios que se haga con ella. Además, nuestros precios son los oficiales, siempre los mismos; ni lo subimos ni los bajamos en función de las horas ni nada por el estilo», agrega. «El plus de pagar una comisión es que la compañía te aporta valor añadido al hacer campañas de publicidad y ofrecer promociones. No solo a los clientes. Free Now nos bonifica si llegamos a un número determinado de servicios, siempre tienen algo», apunta Rubén.

La baza que de las empresas de movilidad es que controlan informáticamente el mercado, lo que les permite hacer políticas de descuentos en las horas valle donde hay menos servicios o durante los fines de semana. En Free Now crearon en julio la oferta 'Lite', con la que los usuarios pueden tener un precio cerrado en la tarifa. Es otra de las vías por donde circula el futuro del taxi. Las grandes cooperativas ya se han puesto con ello. «A los usuarios les aporta seguridad y transparencia. Hoy en día, todos estamos ya acostumbrados a saber con anterioridad lo que tenemos que pagar», explica José Manuel Fernández, vicepresidente de Radioteléfono PideTaxi. Era la mayor desventaja que tenían con los VTC. Sin embargo, aún tendrán que esperar a que la Comunidad de Madrid fije finalmente las tarifas para los servicios predeterminados. En el gremio esperan que sea a partir del 1 de enero. Desde ese momento, cualquiera que coja un taxi por la aplicación y marque un destino sabrá por cuánto saldrá la carrera. Con una salvedad: en Madrid, a diferencia de lo que sucede en Barcelona, los taxistas estarán obligados a encender el taxímetro y si, al final del trayecto, es menor que el precio marcado por la 'app', deberán cobrar el de menor importe. En la ciudad condal, el importe de la carrera es el fijado previamente, sin necesidad de cotejar el taxímetro. Conocer lo que vas a pagar antes de subirte en el taxi ya es posible desde hace tiempo en muchas aplicaciones, como Ntaxi, JoinUp, Taxi Ecològic, Free Now, Taksee, Radio Taxi Catalana, Radio Taxi Barcino, Ey Taxi, Zolty, Taximès, El taxi y Taxi Click.

El Ayuntamiento madrileño también quiere aprobar una tarifa ecológica, con descuentos para los clientes del 10%, cuando se active la alerta por contaminación, algo que sucede con bastante frecuencia lo largo del año. Una forma de fomentar el uso del transporte público. Esta modalidad aún está en el aire, ya que es posible que no dé tiempo a tener listo el 'software' necesario para instalarlo en todos los vehículos antes del 1 de enero, que es cuando los taxistas deben conocer las tarifas que aplicarán en 2020.