La paja de chufas se quema sin apenas molestias

Es tiempo de recolección de chufas en l'Horta Nord, donde se centra este cultivo tan típicamente valenciano, y, para proceder a ello, la primera tarea necesaria consiste en quemar la paja, una vez culminada hace un par de meses la fase de desarrollo, hasta quedar muertas las plantas en su parte aérea. Los pequeños tubérculos crecen enterrados en los caballones, de los que se extraen con tractores provistas de grandes bombos de malla que hacen de cribas. La máquina va recogiendo la tierra (con las chufas) y la introduce en dicho bombo, el cual no cesa de dar vueltas; la tierra cae de nuevo al campo y las chufas quedan dentro de la criba, para ser trasladadas al remolque de otro tractor, que las lleva al lavadero.

Pero antes que nada hay que eliminar la paja, quemándola, operación que, a diferencia de lo que ocurre en el arrozal, apenas causa molestias ocasionales y pasajeras, dada la menor extensión, el alargamiento de esta tarea durante meses y el cuidado que ponen los agricultores para no importunar al vecindario.