Los pensionistas cada vez reciben más dinero del que aportan, salvo los que se prejubilan

«Las reformas acometidas en 2021 y 2023 han sido insuficientes y no han logrado frenar el cada vez mayor desequilibrio entre el valor actual actuarial de los ingresos por pensiones que una persona recibe a lo largo de su jubilación y el valor actual actuarial de las cotizaciones que ha realizado durante su carrera laboral para jubilación», concluye un reciente informe realizado por estos profesionales que, haciendo uso de estadísticas y teoría financiera, analizan los riesgos de situaciones futuras y cuantifican los posibles impactos financieros de determinados hechos.

Este colectivo de profesionales advierte de que el desequilibrio entre lo aportado y lo recibido dentro del sistema de pensiones español «no ha dejado de empeorar en los últimos cinco años». Es decir, la generosidad de las pensiones ha crecido pese a las medidas encaminadas a contener el gasto. Así, según sus minuciosos cálculos, un trabajador con una carrera laboral ininterrumpida y con bases medias de cotización (que ellos denominan 'individuo tipo') recibirá como pensionista un 62% más de lo que ha aportado al sistema con sus cotizaciones sociales, mientras que en 2020 percibía un 55% más. La eficacia de las reformas para equilibrar el sistema se ha encontrado con dos enemigos ajenos, externos: la mayor esperanza de vida (las probabilidades de supervivencia han aumentado un 1% en el último lustro) y el menor crecimiento económico futuro.

Aunque este aumento de la generosidad se registra en la mayor parte de jubilados, hay dos colectivos a los que, por el contrario, la cuantía se les ha recortado: los trabajadores con carreras laborales cortas y aquellos que eligen jubilarse de forma anticipada. Esta rebaja sí se debe a la puesta en marcha de las dos últimas reformas de las pensiones, no solo la última tanda, sino también la de 2011, que va retrasando la edad ordinaria de jubilación progresivamente y aumentando el número de años cotizados. Así, en 2025 la edad ordinaria de jubilación se sitúa en 66 años y 8 meses, mientras que en 2020 era 65 años y 10 meses. Al mismo tiempo, la edad de jubilación ordinaria se mantiene en 65 años para carreras laborales de 38 años y 3 meses o más en 2025, mientras que en 2020 bastaban con 37 años.

Los actuarios advierten de que, a falta de nuevas acciones, la generosidad de las pensiones seguirá creciendo hasta el punto de que un jubilado tipo recibirá más del doble de lo que cotizó durante su etapa de trabajador. Así, el factor de equidad actuarial (los euros que se lleva el pensionista por cada euro cotizado) se elevará al 2,14 en 2045 y al 2,20 en 2065 debido, de nuevo, a que cada vez vivirán más y a unas previsiones económicas menos halagüeñas.

Por ello, estos profesionales defienden la necesidad de adoptar ajustes automáticos en las pensiones vinculados a la esperanza de vida y al crecimiento económico a semejanza de lo que han hecho otros países europeos.