Perú desvía ríos andinos para poder exportar más frutas

La disponibilidad de grandes extensiones de tierra fértil y virgen, buen clima, abundancia de agua mediante modernas infraestructuras de distribución, facilidad exportadora y condiciones fiscales favorables suponen factores de atracción para importantes inversores -también españoles- que constituyen grandes explotaciones modernas y tecnificadas, lo que a la vez atrae a un amplísimo elenco de profesionales y empresas de suministros -también de España- que trasladan y aplican allí conocimientos y tecnologías aprendidas y desplegadas antes aquí.

En estos momentos, el Gobierno peruano tiene en liza cuatro grandes proyectos de nuevos regadíos, con inversiones públicas de más de 5.000 millones de euros, que pondrán en producción otras 250.000 hectáreas, lo que significará generar un millón de empleos y duplicar la superficie actual de producciones hortofrutícolas de todas clases (incluidas naranjas y mandarinas para exportar). Otras 170.000 hectáreas podrían añadirse en breve y las cifras finales no tienen freno, pues el país cuenta con más de 11 millones de hectáreas agrícolas.

Para dotar de agua a los nuevos regadíos se realizan grandes desvíos de afluentes andinos del Amazonas, desviando caudales para las nuevas tierras orientadas hacia el Pacífico.